Y uno más del Wired de noviembre. La columna de Bruce Sterling (Science's Next Big Score). plantea una idea arriesgada pero muy atractiva. En primer lugar, narra lo sucedido en la conferencia Ars Electronica 2004 celebrada en la Linz (Austria) [un buen seguimiento en Elastico] en la que se desarrolló un taller sobre “The Language of Netoworks" en la que confluyeron académicos que trabajan en redes sociales, diseñadores gráficos con experiencia en la visualización (y uso artístico) de las redes, y consultores y gente de empresa con interés en el uso de las redes sociales en la gestión empresarial. En esta reunión quedó patente el potencial de las redes sociales para explicar sistemas complejos (como la cultura, las organizaciones sociales, la empresa o la ivestigación científica) y su atractivo como método de análisis y visualización.
Sterling propone al idea de que el análisis de redes sociales puede ser un buen instrumento para evaluar el impacto de la actividad de un científico (sus relaciones, vía co-autoría y/o citas de trabajos) e influencia en la investigación de otra gente. Ya tenemos algo parecido usando los índices de impacto de las revistas y otros derivados que se basan en las citas recibidas por cada artículo. El uso de redes sociales podría significar una mejora de este tipo de sistemas. Sterling propone utilizar este tipo de métodos (básicamente mapas de relaciones entre científicos) como herramienta para evaluar el trabajo de investigación y tomar decisiones sobre la asignación de financiación.
Hoy en día parece aventurado, pero, asumiendo que la financiación debe incentivar el trabajo de calidad, se deben buscar métodos que permitan medir de un modo objetivo y claro el impacto científico del trabajo de cada uno, mejorando los indicadores en uso hoy en día. En mi opinión una gran idea que merece ser explorada y experimentada.