El New York Times dedicó hace unas semanas un largo artículo a Jeffrey Sachs y el programa de Naciones Unidas para la erradicación de la pobreza mundial (Spend $150 billion per year to cure world poverty) [suscripción de pago; en este enlace alternativo podéis encontrar el artículo completo].
Sachs, asesor especial del Secretario General de la ONU, dirige un programa cuyo objetivo final es incrementar significativcamente la inversión en desarrollo (hasta 150 mil millones US$). El planteamiento es simple: a pesar de todos los problemas de corrupción y mal gobierno es los países pobres (que según Sachs no son especialmente graves con respecto al mundo desarrollado), si la ayuda económica fuese suficiente se podría erradicar la pobreza.
Un día despúes (8 Noviembre 2004) del artículo de NYTimes, apareció en El País una entrevista con James Wolfensohn, director del Banco Mundial, en el que planteaba críticas a las propuestas de condonación de la deuda externa. Sus razones principales eran la reducción de la capacidad financiera de los donantes y el mal ejemplo que puede suponer para los países que cumplen y pagan sus deudas. Desde mi punto de vista una crítica implicita a las posturas de la ONU y Sachs.
En el blog mexicano La Bóveda se critica la solución de los 150 mil millones de dólares:
Yo no estoy tan convencido. En realidad, no veo cómo esos países lograrán salir adelante sin una suerte de "neocolonialismo". Antes de que reciba amenazas de muerte, déjenme explicar. Ni yo ni nadie quiere un regreso a los viejos malos tiempos de dominación por la misma dominación/explotación. Pero al mismo tiempo es un tanto ilusorio pensar que todos los países más humildes tienen la capacidad para salir de su abyecta condición. Vamos, Haití lleva más de 200 años de independencia y miren cómo sigue. De alguna forma, se deben establecer las condiciones e instituciones básicas para que pueda funcionar un país. En un estado fracasado, es algo que requiere de cierta injerencia externa. Puede ser la ONU, como sucedió en Timor del Este, o una coalición de gobiernos con ONG. Tras cumplir ciertas metas explícitas, permitirían un mayor control nacional.
Y por útlimo, El País Semanal en su último número (domingo 5 diciembre 2004) aparece un gran artículo de John Carlin sobre las causas de la pobreza en el mundo. Ennumera ocho razones que se podrían resumir en dos básicas: el mal gobierno y la corrupción local y las barreras al comercio y subsidios que establecen los países ricos (espcialmente a los productos agrícolas de los países pobres). El artículo se basa en la campaña que Intermón Oxfam (IO) está desarrollando por un comercio con justicia y en que se denuncia que los subsidios y las barreras al comercio impiden a las países pobres salir de la pobreza.
Creo que IO es una de las pocas ONGs que están abordando el problema del desarrollo correctamente y atacando directamente los comportamientos hipócritas (y poco liberales que aplican gobiernos "liberales") que mantenemos en el "primer mundo".