Curiosas las diferencias entre ambos lados del Atlántico en las políticas de acceso a la información pagada con fondos públicos. La legislación norteamericana hace que cualquier dato o información generada con fondos públicos no esté sujeta a copyright y pueda ser utilizada libremente por cualquier ciudadano del mundo. En cambio, en Europa la información "pública" está sujeta a derechos de propiedad y los gobiernos la comecializan para generar ingresos propios.
James Boyle lo explica en su columna de esta semana en Financial Times (Public information wants to be free):
On one side of the Atlantic, state produced data flows are frequently viewed as potential revenue sources. They are copyrighted or protected by database rights. The departments which produce the data often attempt to make a profit from user-fees, or at least recover their entire operating costs. It is heresy to suggest that the taxpayer has already paid for the production of this data and should not have to do so again. The other side of the Atlantic practices a benign form of information socialism. By law, any text produced by the central government is free from copyright and passes immediately into the public domain. Unoriginal compilations of fact - public or private - may not be owned. As for government data, the basic norm is that it should be available at the cost of reproduction alone. It is easy to guess which is which. Surely, the United States is the profit and property-obsessed realm, Europe the place where the state takes pride in providing data as a public service? No, actually it is the other way around.
Los datos meteorológicos son un buen ejemplo. Por el precio de una caja de DVDs vírgenes (si eres español recuerda incluir el canon para que todo sea legal) puedes acceder a toda la información meteorológica generada por EEUU. En el caso europeo, el coste de esta información es enorme y, lo que es peor, las trabas burocráticas necesarias para conseguirla nos harían desisitir del intento. De hecho ya ha pasado, algunos modelos globales de clima, generados para comprender los monzones (algo de enorme inetrés social, véanse los efectos del reciente tusnami) no se pueden "correr" por que los datos del clima europeo no están accesibles (o el coste de acceso es prohibitivo). Un ejemplo claro de "anti-commons".
Pero, aún hay más. Boyle denomina al sistema americano "socialismo benigno". No estoy de acuerdo con la denominación y me baso en sus propios datos. La información meteorológica norteamericana genera un retorno para la economía 39 veces superior a la inversión estatal, gracias a un floreciente negocio de predicción meteorológica, incluyendo cuestiones como los seguros para protección contra desastres, mucho más desarrollados que en Europa [hace oco hablábamos precisamente de la potencialidad de los micro-seguros ante catástrofes naturales]. En Europa el retorno es sólo 7 veces superior. La lógica de mercado es aplastante, a no ser que el único interés de los gobiermos sea su propia rentabilidad y no la y rentabilidad social y eocnómica de sus ciudadanos.
Por cierto, algunas directivas de la UE intentan cambiar el panorama, pero parece que hay fuerte oposición y no está claro el desenlace.
Marginal Revolution se hace eco del artículo de Boyle, y el título de la entrada no tiene desperdicio: Copyrighting Storms. El análisis económico y legal de la información meteorológica se basa en el artículo de Peter Weiss “Borders in Cyberspace,” publicado por las National Academies of Science.