Science publica hoy el primer artículo realizado desde hace varias décadas sobre la ecología de los humedales iraquíes. Estos humedales fueron históricamente muy extensos y jugaron un papel ecológico clave en la región (serían los famosos "Jardines del Edén"), pero hace ya varias décadas que se encuentran prácticamente extintos.
Richardson et al. (The restoration potential of the Mesopotamian marshes of Iraq, Science 307:1307-1311; resúmenes accesibles previo registro gratuito) analizan las condiciones ecológicas de los humedales iraquíes y las posibilidades de restauración para recuperar parcialmente la extensión y funcionalidad que presentaban antes de la década de 1950. Los resultados se basan en el trabajo de campo realizado por científicos americanos e iraquíes tras la caída del régimen de Sadam Husseim.
Science dedica otro largo artículo (Reviving Iraq's Wetlands) a la historia del proceso de destrucción de los humedales y a comentar las iniciativas en marcha tras la caída del régimen de Husseim. Parece que la degradación se inició antes del régimen dictatorial, y su causa principal fue la construcción de numerosas presas para la regulación del agua y la desecación de amplias zonas para dedicarlas a usos agrícolas. A partir de aquí se reduce drásticamente el área ocupada por las marismas (hasta más de un 95% en algunas regiones). Posteriormente, la guerra con Irán (los humedales se sitúan en gran parte en la frontera entre ambos países) agravó el problema, al provocar la construcción de más presas para facilitar las operaciones militares a ambos lados de la frontera.
Tras la caída de Husseim, muchas de las presas fueron directamente derribadas por la población como un acto de respuesta al régimen y a la crisis económica a que los había conducido (de hecho la población en estas regiones se ha reducido radicalmente durante la dictadura como consecuencia de la degradación ambiental y de los recuros naturales). Como consecuencia de estas acciones, el nivel del agua se recuperó muy rápidamente, pero sin llegar a los niveles originales. En paralelo, diversos grupos científicos extranjeros (especialmente americanos e italianos) trataban de monitorizar el estado de estos ecosistemas, al mismo tiempo que empezaban a formar a científicos iraquíes (que durante décadas tuvieron prohibido investigar en esta zona!!). Este trabajo no está resultando fácil por las reticencias de la población local y los ataques de los insurgentes.
Además, existe una cierta polémica sobre la oportunidad de restaurar, en todo o parte, los humedales. Por una parte, los defensores (fundamentalmente grupos ecologistas y científicos extranjeros e iraquíes exiliados) defienden las mejoras ambientales (y en calidad de vida de la población local) y sus consecuencias en el ecoturismo. Pero por otra parte, la población local ha cambiado sus costumbres de modo que hoy en día prefieren dedicarse a la ganadería y agricultura "terrestre" y no a cultivos propios de zonas húmedas (como el arroz), que eran los típicos en la primera parte del siglo XX. Y por esta razón se oponen a la restauración.
En cualquirer caso, parece que sólo será factible técnicamente (dados los caudales actuales del Eufrates y Tigris, los grandes ríos que los alimentan) la restauración de una parte de los humedales. Pero tambiñen parece que la decisión va a depender poco de las comunidades locales, incluso del gobierno iraquí, y estará más relacionada con la postura y financiación, en forma de ayuda al desarrollo, de los países "ocupantes".