Howard Rheingold ha publicado un ensayo corto en The Feature (Farmers, Phones and Markets: Mobile Technology in Rural Development), en el que explica como nuevas tecnologías como la telefonía móvil o las redes wifi permiten a pequeños agricultores localizados en regiones geográficas desconectadas de los grandes flujos globales, como Africa, Perú o India, acceder en tiempo real a información sobre los precios de sus productos en los mercados finales. Esta información está resultando clave para poder mejorar la comercialización de sus productos incrementando los precios de venta.
Analiza dos modelos alternativos: el caso de Kenia donde los proveedores de información e infraestructuras son iniciativas privadas puramente comerciales, y el de Perú resultado de proyectos públicos con fuertes apoyos financieros procedentes de la ayuda al desarrollo internacional. En el caso de Perú, además de información de mercados, el sistema es utilizado para la gestión de recursos hídricos.
Aunque no se analiza comparativamente el éxito de ambos modelos (comercial vs. público), las expectativas parecen buenas en ambos casos. El hecho de que el modelo comercial basado en emprendedores locales y el uso de tecnologías baratas y eficaces sea exitoso debería hacernos reflexionar hasta que punto la ayuda al desarrollo debe ir dirigida a implantar infraestructuras o a fortalecer las capacidades y desarrollar una cultura emprendadora y de la innovación en las poblaciones locales. En mi opinión esta segunda aproximación es la más robusta y sostenible
También comenta el proyecto ICT4B (Information and Communication Technology for Business) del CITRIS (Center for Information technology Research in the Interest of Society) de la Universidad de Berkeley, liderado por Eric A. Brewer. ICTB4 trata de prestar el conocimiento tecnológico preciso para desarrollar poryectos como los comentados más arriba.
Todos estos proyectos utilizan la idea del leapfrogging que ha divulgado ampliamente Worldchanging: las regiones en desarrollo pueden experimentar con tecnologías, modelos e ideas emergentes para mejorar sus sociedades sin necesidad de seguir el mismo proceso que han experimentado las sociedades desarrolladas. Un ejemplo claro de leapfrgging es la implantación de telefonía móvil en zonas donde nunca ha llegado la telefonía convencional.
Estas historias son muy similares a nuestra experiencia en Galicia con Lonxanet, una empresa en la que participan cofradías de pescadores artesanales, socios financieros y emprendedores surgidos del mundo universitario. Su objetivo es dar acceso a los pescadores a los mercados de los productos pesqueros, caracterizados por largas cadenas de intemediación y una eficiencia muy baja para los productores. Esta situación es resultado de una actividad productiva (la pesca) muy local pero inmersa en un mercado totalmente globalizado. Podéis leer un par de artículos sobre este proyecto tanto desde la perspectiva de las tecnologías de la información y gestión empresarial (por Enrique Dans y yo mismo) como desde la perspectiva de las ciencias sociales (por Antonio García-Allut).
Aunque la experiencia de Lonxanet es prometedora, su aparición en el mercado no ha sido tan disruptiva (o al menos más lentamente) como cabría esperar. En mi opinión existe un hecho fundamental que diferencia los mercados pesqueros en Galicia de los mercados agrícolas en regiones en desarrollo, como las presentadas por Rheingold en su artículo. En contra de lo que muchos puedan pensar, los mercados están mucho más controlados por la administaración pública y son más rígidos en el caso gallego (los productores estñan obligados a vender únicamente en ciertos puntos y exclusivamente mediante sistemas de subasta; no pueden, o lo hacen con mucha dificultad, buscar nuevos mercados ni negociar con potenciales clientes). Este factor limita en gran medida las posibilidades de utilización por los propios productores de la información sobre el mercado para su propio beneficio (para maximizar el precio obtenido). Rheingold comenta que la clave para el éxito de las iniciativas en marcha en Kenia, Perú o India está en que el acceso a la información que proporciona el uso de teléfonos móviles y redes wifi (y qye tiene un coste no negligible para los agricultores) pueda ser capitalizado en forma de mejores precios de venta.
En resumen, tres ideas me parecen básicas; el leapfrogging es posible y necesario, las iniciativas privadas comerciales son posibles (y al menos de una eficacia equivalente a los proeyctos públicos), y la libertad de mercado es esencial para capitalizar la innovación.