Un artículo en Wired News comenta (Global Warming's Silver Lining) los argumentos de los defensores de que el calentamiento global puede generar beneficios para el hombre. Se presentan datos de antropólogos, epidemiólogos y economistas que aducen que, por ejemplo, las muertes por frío disminuirán (8,000 por cada grado Celsius de incremento en Reino Unido), se incrementará la producción agrícola (por la mayor concentración de CO2 atmosférico), la actividad económica (por ejemplo gracias a la apertura de un canal navegable en el Artico, que se estima sucederá en 10 años).
El artículo es bastante equilibrado y presenta también los argumentos de la contraparte, aquellos que estiman que el cambio global tendrá un efecto neto negativo ambiental y económicamente. Así se citan los incrementos en muertes por olas de calor, los aumentos en la prevalencia de enfermedades propias de zonas cálidas en latitudes templadas (¿llegará la malaria al Reino Unido?) y diversas estimaciones del IPCC que preveen un efecto económico neto negativo.
En conjunto, se resumen las evidencias "a favor" y "en contra" del cambio global y se pueden obtener referencias a los trabajos originales (numerosos informes y libros aparecidos recientemente).
Como es lógico, dado que el cambio (o calentamiento) global es un fenómeno complejo, generará consecuencias complejas en los sistemas socioecológicos. Y por esta razón, muchos de los argumentos de ambas partes son correctos y, muy posiblmente, los efectos netos totales son difíciles (imposibles?) de predecir (por ejemplo, nunca se habla de la varianza de estas predicciones, o sea su grado de fiabilidad). Deberíamos empezar por formular adecuadamente las preguntas. En realidad el problema del cambio climático se compone de una serie de factores (en parte independientes aunque se confunden en muchos debates):
- ¿Existe un cambio global del clima? (¿y este cambio supone un calentamiento?)
- ¿Es este cambio producto de la actividad humana?
- ¿Qué efectos ambientales y ecológicos tiene el cambio global (a nivel global, regional y local)?
- ¿Qué impacto económico tienen los cambios ambientales? (y, ¿son positivos o negativos?, y ¿a qué escala espacial y temporal?)
- ¿Cuál es el efecto económico agregagado de los cambios ambientales?
- ¿Es posible revertir el cambio global?, ¿cuál es su coste y beneficios esperados?
Creo que se están acumulando numerosas evidencias sobre las dos primeras preguntas (y en su mayor parte soporta la existencia de un cambio debido a la actividad humana). Se conoce ya bastante peor la estructura espacial del cambio. Respecto a la tercera pregunta (y por tanto la cuarta y quinta, que son consecuencia directa) las evidencias son ya mucho menos robustas (el artículo de Wired News resume bien las discrepancias). La última pregunta es sobre la que quizás se ha hecho menos trabajo, cuando, posiblemente, sea la más relevante para nuestro futuro.
El Consenso de Copenhage es una iniciativa del Bjorn Lomborg (muy polémico por su libro The Skeptical Environmentalist) y el gobierno danés (involucrando a especialistas, principalmente economistas, de prestigio internacional, algunos de ellos Premios Nobel) que pretende evaluar los costes y beneficios de diversas formas de inversión de la ayuda al desarrollo internacional. Entre las acciones analizadas se encuentra la lucha contra el cambio global. Sus conclusiones fueron que invertir en cambio climático es poco efectivo dado que los efectos netos serán escasos y muy costosos. Todas las iniciativas relacionadas con el cambio climático (como el protoclo de Kyoto o las tasas sobre emisiones de Carbono) fueron calificadas como "bad projects" al final de la lista de todos los analizados (la lucha contra el sida, la malaria y la malnutrición, y la liberalización del comercio fueron los proyectos mejor valorados).
Como es fácil imaginar, ha habido numerosísimas críticas al Consenso de Copenhage, que se fundamentan en varios aspectos. Algunos especialmente interesantes aquí son: la selección de expertos (muchos de ellos de gran prestigio pero sin experiencia directa en los problemas analizados), el plantear un escenario de inversión cerrado (y una cantidad anual global, unos 50 billones de dólares, que muchos consideran escasa), y el método de discusión y elaboración del ranking final de los proyectos. Como ejemplo de críticas, los artículos del blog del economista australiano John Quiggin (aquí podéis encontrar un listado de todas las entradas sobre este tema, y (aquí y aquí los que pueden ser más relevantes).
Aquí podéis encontrar los artículos que The Economist, que avaló la iniciativa, publicó sobre el Consenso.
Pero el tema del Consenso de Copenhagen lo trataremos otro día con más calma, por que lo merece. Sólo quería mostrar aquí la dificultad de evaluar los beneficios de los proyectos de control del cambio global (la sexta pregunta, suponiendo que tengamos respuesta a las cinco previas).
Y para finalizar un comentario. En el artículo de Wired News la postura más negativa hacia los efectos del cambio global la presenta Kert Davies, Research Director de Greenpeace. Me ha llamado la atención está declaración:
"None of the benefits that could be obtained by opening this route can be matched by losing animals like the polar bear"
Se refiere a la apertura de la ruta comercial del Artico, pero me parece un ejemplo claro de como no se debe plantear el debate. Simplifica el problema (si se abre ese canal, ¿se extingue necesariamente el oso polar?), y es demagógico (utiliza al oso polar como símbolo, un animal carismático que casi nadie en el mundo desarrollado verá nunca, pero que a todos nos enternece ver en documentales; existen problemas ambientales mucho más graves pero menos vistosos). Pero, además, plantea un dilema que puede volverse en contra de los postulados de Greenpeace: supongamos que la apertura de la ruta del Artico genera un florecimiento económico de la zona (como muchos autores proponen) que mejore drásticamente las condiciones de vida de las poblaciones indígenas (hoy en día en grave crisis). ¿Qué preferimos, "conservar" al oso polar o a los esquimales?. Si, la pregunta es simplista y demagógica; en el mismo estilo que la afirmación de Davies.