Mucho se ha debatido sobre la clase creativa y su papel en la dinámica socioeconómica de las ciudades (aquí tenéis enlaces a algunas críticas a esta idea). Ahora empiezan a considerarse algunos de los efectos secundarios.
Un artículo en The New York Times, Vibrant Cities Find One Thing Missing: Children, nos cuenta como lo que denominan "ciudades vibrantes" (modernas, innovadoras y dinámicas) se están encontrando con una huída generalizada hacia suburbios de parejas con hijos. La razón es simple, pero de difícil solución. La propia dinámica de la ciudad genera un encarecimiento del precio del suelo que dificulta enormemente el acceso a viviendas de un tamaño mínimo para familias "numerosas" (o sea de más de uno o dos miembros). A partir de aquí se entra en un círculo vicioso: al desaparecer los niños, se cierran escuelas, lo que a su vez impide la llegada de nuevas familias con hijos.
NYT se apoya en los casos de diversas ciudades estadounidenses, como San Francisco y, especialmente Portland (Oregon), pero este parece ser un proceso global. Y lo que es peor, en España está sucediendo también en ciudades que no son particularmente creativas o "vibrantes".