Las organizaciones están cambiando. Los modelos de "command-and-control" parecen agotados, y los nuevos modelos descentralizados, auto-organizados y en red, parecen mucho más efectivos. Especialmente cuando las tecnologías de la información permiten superar las barreras comunicativas que antes dificultaban su desarrollo.
Pongamos dos ejemplos muy diferentes entre si:
Grant McCracken nos comenta como los ejércitos más avanzados (en concreto el estadounidense y el israelí) están adoptadando modelos de funcionamiento en red, en los que cada uno de los "nodos" adquiere responsabilidad en la toma de decisiones (contando con la información apropiada) y no se limitan, como hasta hace poco, a ejecutar órdenes dictadas por una jerarquía superior. McCracken centra su análisis en el éxito que los antigüos militares educados en esta cultura en red tienen en el mundo empresarial (parte de su análisis se basa en este artículo del The New York Times), y afirma que las escuelas de negocios se ecuentran con un serio (e inesperado) competidor. [La crítica a la artificialidad y poca utilidad del método del caso, con la que finaliza el artículo, es cuando menos provocadora].
Jamais Cascio nos comenta en Worldchanging el lanzamiento de un proyecto de la University of Illinois at Urbana-Champaign, que pretende aprender del comportamiento colaborativo de los insectos sociales para su aplicación en las respuestas a catástrofes naturales. El proyecto integra a biólogos, científicos sociales, informáticos, e ingenieros y parte de la constatación de que una estrategia de respuesta a emergencias basda en la asunción de que se dispone de toda la información necesaria de un modo instantáneo es incorrecta. Los insectos pueden mostrarnos como funcionan sistemas descentralizados y auto-organziados con mecansimos de comunicación en red. Estos modelos son los que, según los investigadores, son apropiados para afrontar crisis humanitarias o catástrofes naturales. [Nuestro análisis de las respuestas de las comunidad científica a la marea negra del Prestige pone de manisfiesto, en cierto sentido, la misma necesidad].
Las organizaciones cambian y el ordeno-y-mando se extingue. Las redes son la respuesta.