Los programas de conservación biológica han diferenciado tradicionalmente dos formas de explotación humana de los recursos naturales (de subsistencia y comercial). La primera se ha considerado en muchos casos (no en todos) compatible con la conservación de áreas protegidas, mientras que la segunda no se considera apropiada y se tiende a excluir como opción. Por ejemplo, en España, los "usos tradicionales" de los recursos naturales son aceptados dentro de los Parques Naturales, pero no así otros usos "no tradicionales" (pero este concepto no aparece definido adecuada y operativamente en ninguna parte creando una enorme ambigüedad e incertidumbre en el diseño de los planes gestores).
Conservation Biology publica en su número de Abril de 2005 un artículo de M.D. Madhusudan donde analiza en un caso concreto este problema (The Global Village: Linkages between International Coffee Markets and Grazing by Livestock in a South Indian Wildlife Reserve) (Abstract).
Madhusudan revisa la definición de uso de subsistencia, que se aplica a aquellos regímenes de uso de los recursos anturales destinados al consumo local en los que los niveles de explotación están determinados por las necesidades de las comunidades locales. Por el contrario, los usos comerciales señalan regímenes bien organizados de explotación tecnológicamente intensiva destinada a la obtención de beneficios económicos. En el primer caso, la sobre-explotación puede aparecer como consecuencia de la sobre-población, mientras en el segundo es consecuencia del sobre-consumo.
En el sur de la India se sitúa el Parque Nacional de Bandipur, un área de reserva integral de grandes animales (como tigres o elefantes, entre otros). En su entorno existen numerosas comunidades agrícolas y ganaderas que subsitían (hasta hace pocos años) con una agricultura de baja intensidad (por la poca productividad del suelo) y algunos productos ganaderos (fundamentalmemnte leche, dado que por razones religiosas no se puede sacrificar el ganado ni consumir su carne). Este sistema conllevaba una situación de pobreza extrema (la mayor parte de la población sobrevivía con menos de un dolar diario).
En regiones próximas se ha desarrollado el cultivo de café que, desde finales de los 1990, crece espectacularmente por la demanda internacional. Brasil, el mayor productor mundial de café (no nos olvidemos que el café, después del petróelo, es el segundo producto por su valor en la transacciones comerciales mundiales), sufre periodicamente descensos acusados de su producción en años con heladas. En estos años, la demanda de café indio se dispara y como consecuencia los productores capitalizan su inversión y pueden ampliar sus cultivos. El cuello de botella del cultivo de café se situaba por esas fechas en los fertilizantes. El gobierno indio subvenciona los fertilizantes químicos, pero aún así, aparece la posibilidad de utilizar los excrementos de ganado como alternativa (a pesar de que su precio es mayor que el de los fertilizantes subvencionados; la razón es que el precio que alcanza este café de "cultivo biológico "es superior). Los productores de café empiezan a importar excrementos de las comunidades próximas a Bandipur.
Como consecuencia, se crea un nuevo mercado floreciente en la región de Bandipur. Los ingresos de los ganaderos se incrementan, y se generan nuevos trabajos (por ejemplo, recolectores de excrementos en el campo; los dueños del ganado comercializan los excrementos que se producen en sus instalaciones pero no los que se generan en las zonas de pastoreo). De hecho, se establecen derechos de "uso" (de recolección de excrementos) que se asignan mediante subastas.
Una de las conclusiones del autor es que la distinción entre subsistencia y uso comercial no es clara como se asume habitualmente. El caso presentado muestra como una misma actividad humana puede pasar de ser de subsistencia a tener un objetivo claramente comercial en función de la dinámica global de los mercados. También muestra (estas son conclusiones mías) como las comunidades locales se adaptan rápidamente a las "oportunidades de negocio", y como la globalización puede generar beneficios en comunidades tradicionales aparentemente muy alejadas de los flujos financieros globales.
¿Cuáles son los efectos sobre la conservación de la zona protegida?.
En primer lugar debemos tener en cuenta los siguientes factores: la zona de estudio soporta una de las mayores densidades registradas de herbívoros; el ganado consume pastos en el Parque Nacional (a pesar de estar legalmente prohibido); la fertilización natural (mediante excrementos) determina la productividad de los pastos; y existe una competencia por el alimento entre el ganado y los megaherbívoros de interés en conservación.
Uniendo todos estos factores, las evidencias presentadas sugieren que:
- la explotación de excrementos (se estima que más de la mitad de la producción se recoge para su exportación a zonas cafeteras) reduce la productividad de los pastos,
- el éxito económico asociado ha generado un incremento en las cabezas de ganado (que además se encuentran con menos alimento), y
- se ha reducido la abudancia de especies protegidas por la competencia directa con el ganado.
Por tanto, la globalización de los mercados de café ha generado un efecto negativo sobre la conservación de los megaherbívoros del Paruqe Nacional.
Llegados a este punto, Madhusudan reflexiona sobre las estrategias de conservación de zonas naturales cuando los intereses económicos y ambientales entran en conflicto. Propone que cuando el objetivo es "biológico" se deberían plantear medidas de conservación centradas en la conservación, lo que en la práctica, en casos como este, implicaría limitar la actividad comercial de las comunidades locales.
Así como el trabajo me parece muy bien elaborado y de extraordinaria relevancia, esta conclusión es muy discutible. Yo personalmente no puedo entender la conservación biológica como un objetivo en si mismo, sin incluir en el sistema a las comunidades locales (que se encuentran en este caso por debajo del umbral de la pobreza). Los objetivos deben jerarquizarse; salir de la pobreza debe ser prioritario, la conservación biológica vendrá después. La clave está en buscar alternativas que compatibilicen ambos objetivos (sin maximalismos), pero si esto no es posible la erradicación de la pobreza debe ser prioritaria (cuando además la eficacia de las medidas de conservación suele ser limitada; por ejemplo, a pesar de la prohibición, el ganado pasta en el parque).
En conjunto, el trabajo muestra las complejidades de la interacción entre los usos locales de los recursos naturales y los mercados globales de esos productos. La diferenciación entre susbsistencia y uso comercial no debería magnificarse: una actividad humana no es de subsistencia o comercial por si misma, depende de las circunstancias. Y no existen comunidades de subsistencia o basadas en una economía de mercado, todo depende de las oportunidades de comercialización (y de las limitaciones legales).
Referencia:
Madhusudan MD
(2005). The Global Village: Linkages between International Coffee
Markets and Grazing by Livestock in a South Indian Wildlife Reserve. Conservation Biology 19 (2), 411-420.