La última obra de Rem Koolhaas se acaba de innagurar. A Casa da Música en Oporto.
Prevista para 2001 (coincidiendo con la "celebración" de la Ciudad Europea de la Cultura), se ha innagurado en 2005. El concurso se convocó con un plazo de tres (si, sólo 3!) semanas, y sólo se presentaron tres proyectos. La obra ganadora es en realidad una adaptación (un cambio de escala) de un proyecto original para una vivienda particular.
Un prodigio de buena planificación de la admistración convocante y contratante, y de improvisación, prototipado rápido y desarrollo "just in time" del equipo de arquitectos. Aunque hay opiniones para todos los gustos, parece que los resultados finales son buenos como icono urbano (no nos olvidemos que seguramente ese era el principal o único objetivo de los promotores) y como "casa da música".
The New York Times ha publicado un crítica con el título Rem Koolhaas Learns Not to Overthink It, que pone de manifiesto la capacidad de adaptación del arquitecto a las circunstancias. Luis Fernández Galiano habla en el suplemento Babelia de El País (Volúmenes en vilo, 9 de abril) sobre la Casa da Música, las necesidades de márketing arquitectónico en las ciudades y la moda de la arquitectura escultórica que se dedica a jugar con la fuerza de la gravedad.