Metropolis Magazine publica en su número de Mayo un artículo de Joel Kotkin titulado The Rise of the Ephemeral City. El artículo plantea que las ciudades están externalizando muchas de sus funciones dentro de un sistema económico globalizado. Una parte de los servicios que tradicionalmente se proporcionaban en los centros de estas grandes ciudades se prestan ahora bien en otros paises bien en zonas suburbanas próximas. Como resultado muchas de estas ciudades cambian de estrategia para atraer a los "nómadas" ricos, a los jóvenes y a los turistas (ofreciendo fundamentalmente atracciones turísticas, cultura y entretenimiento), conviertiéndose en ciudades "efímeras". Propone como ejemplos ciudades como San Francisco, París, Berlín, Viena y, en parte, Nueva York. En concreto, Berlín ha fracasado en su intento de convertirse en un nodo de la economía global y ahora busca su futuro en esta nueva modalidad de ciudad "efímera".
Apoyándose en los casos de algunas ciudades estadounidenses, como las del estado de Michigan, Kotkin subraya que las políticas municipales basadas en la cultura, el entretenimiento y el turismo (y normalmente asociadas a la creación de grandes edifcios públicos emblemáticos, como palacios de congresos, y la organización de grandes ferias y festivales) no han tenido excesivo éxito. Así, las ciudades que han seguido esta estrategia siguen perdiendo peso demográfico y económico en favor de otras ciudades o de zonas suburbanas.
Aunque el artículo no introduce en la discusión la teoría de la clase creativa, propuesta por Richard Florida, los paralelismos entre las ciudades "efímeras" y las ciudades "creativas" parecen claros (en esta entrada comentábamos dos artículos donde se criticaba esta teoría y en esta otra la respuesta de Richard Florida a sus críticos). Muchas de las políticas muncipales que se comentan en el artículo de Metropolis se han utilizado tanto para atraer a esa clase "nómada" de alto poder adquisitivo como para atraer a una clase creativa "sedentaria" (que genera actividad económica in situ). Kotkin critica abiertamente este tipo de propuestas y políticas por su ineficacia y porpone estrategias alternativas:
To retain an important role in the future, a city needs upwardly mobile people whose families and businesses identify them with a place. A great city is more about clean and workable neighborhoods, thriving business districts, and functioning schools than massive cultural buildings or hipster lofts. Architects may prefer to design stunning museums or luxury high-rises, but they would do better to focus on middle-class housing, places for artisanal industry, family-friendly public spaces, and houses of worship both large and small.
A mi modo de ver el principal problema se encuentra en el modelo de gestión urbana. Los responsables políticos tienden a aplicar modelos de gestión top-down que, buscando la atracción de la clase creativa, consiguen en realidad atraer a turistas y ricos, conviertiendo sus ciudades en efímeras. La causa es el exceso de planificación, confundiendo la creación de condiciones con el dirigismo de todo el proceso.
Si volvemos la mirada a las ciudades españolas en general y gallegas en particular encontramos numerosos casos que confirman las hipótesis anteriores. Hemos vivido una explosión de palacios de congresos, museos de arte contemporáneo o paseos marítimos; en muchos casos se ha incrementado la afluencia turística a estas ciudades; pero casi nunca estas acciones han revertido la tendencia declinante de las economías locales.