Zaid Hassan publica en Worldchanging un largo ensayo (el tercero de una serie titulada Postcards from the Global Food System, #1 & #2).en el que analiza los sistemas globales agrícolas y como las lógicas "del norte" (del Primer Mundo) se han aplicado de una forma acrítica al "sur" (países en desarrollo). El ensayo analiza básicamente dos grandes temas:
- los efectos de los subsidios agrícolas. El autor defiende su eliminación para permitir que el comercio genere rendimientos económicos a los países en desarrollo, pero presenta también posturas opuestas, muchas de ellas procedentes, curiosamente (y para mi inexplicablemente), desde perspectivas económicamente liberales.
- el ensayo discute que la agricultura industrial, desarrollada gracias al progreso tecnoecientífico en el Primer Mundo (que a su vez se concentra en latitudes templadas), ha convertido a los alimentos en commodities: productos genéricos manufacturados (con cadenas de distribución y transformación asociadas). El rendimiento de este tipo de agricultura se mide con indicadores macroeconómicos basados en la productividad agregada. Además, el cultivo de productos de zonas templadas se ha trasladado a zonas tropicales y esto ha conllevado descensos en la productividad que se han interpretado como fracasos en la gestión agrícola de estos países. En paralelo, se ha producido un abandono de la cultura rural. El modelo industrial se ha trasladado a los países subdesarrollados de modo genérico, sin tener en cuenta sus necesidades nutricionales (que en muchos casos no pasan por grandes icnrementos de la producción total, si no por generar una elevada diversidad de productos adaptados a las necesidades locales; mucha de esta diversidad se pierde en el modelo industrial). De este modo, la pérdida de la cultura rural acelera la pérdida de la diversidad agrícola.
Hassan propone la necesidad de una nueva "óptica" para la agricultura de países en desarrollo: modelos de gestión y desarrollo adaptados a las necesidades y circunstancias locales. En este sentido, deberíamos pasar de políticas agrícolas (preocupadas por la producción total y por los beneficios económicos de unos agricultores, aquellos que viven en el mundo desarrollado), a políticas alimentarias (preocupadas por el tipo y cantidad de alimentos que la población necesita y en las que los beneficios económicos de los agricultores son consecuencia de la utilidad de su actividad).
Esta conclusión me recuerda a los modelos de gestión de pesquerías industriales y artesanales: los primeros se han introducido como paradigmas en las pesquerías artesanales lo que ha llevado a grandes fracasos de gestión y a la sobre-explotación de los recursos. Por el contrario aquellas pesquerías artesanales (o de pequeña escala) que han desarrollado sistemas propios adaptados a sus especiales características (alta diversidad de recursos y de estretagias de explotación por los pescadores) son en general sostenibles y económicamente rentables. Así, y siguiendo con la analogía entre agricultura y pesca, es habitual medir el rendimiento de una pesquería por las capturas totales y estado financiero del sector (consecuencia casi siempre de los subsidios, no de la buena gestión), y no por su valor económico (resultado del tipo de recursos explotados y de la demanda del mercado) y su sostenibilidad socioeconómica (sin los artificios provocados por lois subsidios) en el tiempo.
Marcelino Fuentes, Biopolitical, toma las citas de Hassan sobre los potenciales efectos beneficosos de los subsidios para los países en desarrollo y desarrolla una serie de ideas sugerentes:
Economists base policy decisions on arguments such as this “As many as 45 of the world's 49 least developed countries (LDCS) are net importers of food and 33 are net importers of agricultural products, according to the economists Alberto Valdes and Alex McCalla. The removal of tariffs and subsidies would hurt, rather than help, these countries, because such a move would raise the prices they pay for their imports.” ("Agricultural Liberalization and the Developing Countries: Debunking the Fallacies" (pdf)).
And then Zaid goes on to doubt, if not deride, this argument.
What I think is:
1. Selfishly speaking, food production subsidies in rich countries are very bad for those of us who live in rich countries, and are not farmers.
2. Food production subsidies in rich countries that result in lower international food prices are good for consumers in poor countries. Thanks to lower prices these people can now eat more food and spend more money in non-food products. (Please don't counterargue that these people have less cash because their farms have gone bankrupt; that is nonsense.)
What I would like to know is:
1. Food production is now inefficiently concentrated where subsidies are (rich countries). In the absence of subsidies, food production would perhaps shift to more suitable places in terms of soil, climate, and so on. Would we then be using smaller overall amounts of land, fertilizer, pesticides, fuel and water?
2. On the other hand, as rich countries are now producing an artificially high share of the world's food, perhaps tropical countries are now allocating an artificially small amount of land to agriculture. So, are farm subsidies in rich countries helping to preserve wild nature in the tropics, which is more valuable (for me) than wild nature in the temperate zones?
What I still think is:
1. We can help people in poor countries more effectively by abandoning our economic xenophobia (barriers to trade and immigration).
2. We can protect tropical ecosystems more effectively by... (I leave that for another day).
Pero, antes de preguntarnos como proteger lso ecosistemas tropicales, deberíamos jerarquizar prioridades: ¿bienestar social y económico, requerimientos nutricionales, conservación ambiental?. Después analicemos el grado de compatibilidad de los diferentes objetivos y definamos estrategias.
Y para echar más leña al fuego, Peter Drucker, el gurú de la gestión empresarial, analiza en un artículo reciente (Trading Places) en The National Interest las características de la nueva economía global. Al analizar como muchos gobiernos y empresas se resisten a la libertad económica y la competencia en la nueva economía de la información, hace esta referencia al papel de las tarifas y subsidios agrícolas:
This development underlies the steady shift in protectionism: from tariffs--the traditional way--to protection through rules, regulations and especially export subsidies. World trade has grown spectacularly in the last fifty years. The largest growth has been in subsidized farm exports from the developed world: western and central Europe, Australia, Canada and the United States. Farm subsidies are now the only net income of French farmers, as their crops produce nothing but net losses and are grown only as the entitlement for the subsidies. These subsidies are in fact a major--perhaps the major--cement of the Franco-German alliance, and with it, of the European Union.
The international organization designed to set world economic policy is the World Trade Organization (WTO). But its meetings and agreements deal less and less with trade and tariffs, and instead with rules, regulations and subsidies. The discipline of international economics still, in large measure, concerns itself with international trade--that is, with the flow of money, goods and services. But the essence of the new world economy is that it is, above all, an economy of information and truly a global economy.
Por último, un recurso de interés para seguir estos debates: KickASS es un blog que trata sobre lso efectos perversos de los subsidios agrícolas sobre el desarrollo. Su tagline define claramente sus objetivos: Help the third world and get over 200$ a year: How? Kick all the agricultural subsidies (KickASS). Vía Worldchanging.