JJ Merelo se hace eco de las consecuencias que la inminente crisis energética motivada por el aumento de los precios del petróelo tendrá sobre la configuración de las ciudades y sus áreas satélite suburbanas:
El petróleo barato nos trajo los suburbios, el petróleo caro acabará con ellos (via blogAfrica); evidentemente, donde antes se va a notar es en los países más pobres (no necesariamente los subdesarrollados), sino esos paises de clase media, también llamados en vías de desarrollo.
Y es que el petróleo barato cambia la topología de las ciudades. Para empezar, hace la red más extensa: con el coche se puede llegar a donde a uno le dé la gana. Da igual que no llegue el transporte público a un barrio, o que esté del otro lado de la autovía, o que una carretera lo separe del resto del mundo: con el coche recorremos las aristas que nos separan del resto del los nodos.
Pero, ah, amigo, quita el coche de la ecuación y desaparecen las aristas. La red se reduce a aquellos puntos que estén a menos de 15 o 20 minutos andando de un punto donde haya transporte público. Es más: todos aquellos nodos que estén a más de una hora (o quizás más, si se trata de una capital, que ya se sabe que los que viven en capitales están genéticamente preparados para pasar 3 horas diarias yendo y viniendo al trabajo y, aún así, estar convencidos de que no tardan más de media hora en ir y otra media en volver), simplemente desaparecen de la red.
En fin, que vayamos ahorrando para un bonobús perpetuo y zapatillas a juego.