Transparency International ha publicado su Informe Global sobre la Corrupción 2005. Este informe pone de manifiesto este año los efectos que la corrupción tiene sobre el sector de la construcción en general y sobre las grandes obras de infraestrcturas en particular. Este mal aqueja tanto a los países en desarrollo como a aquellos desarrollados, y el informe incluye numerosos casos específicos que afectan a países de todos los continentes y niveles económicos. Pero es en los países en desarrollo donde este tipo de corrupción tiene consecuencias más graves: encarece los costes de las obras y disminuye la calidad de las infraestructuras, en muchos casos comprometiendo gravemente la seguridad de sus futuros usuarios. TI ha definidio una serie de estándares imprescindibles para que los procesos de contratación sean abiertos y competitivos y, de este modo, se minimicen las posibilidades de corrupción.
Transparencia España, filial de TI, ha difundido el informe en España mediante diversas notas de prensa:
Naturaleza y dimensión del problema:
Según repetidas encuestas, la corrupción es más importante en la construcción que en cualquier otro sector de la economía. La dimensión de la corrupción gana envergadura por la dimensión y el alcance del sector, que va desde la infraestructura de transporte y usinas, hasta hogares. La corrupción afecta a actores privados y públicos mientras compiten por su cuota del mercado de la construcción mundial que alcanza unos 3,200 trillones de dólares al año. Este mercado representa alrededor del 5–7% del PBI de los países desarrollados y en desarrollo avanzados, y del 2–3% del PBI en países en desarrollo de menor ingreso.
¿Un mundo "construido sobre sobornos"?
El Informe Global de la Corrupción 2005 de Transparency International muestra como la corrupción en el sector de la construcción afecta el desarrollo económico, y amenaza con frustrar la reconstrucción tras el conflicto de Irak, entre otros países.
Este informe de TI no hace más que constatar una realidad que ya era vox populi. El reciente tsunami que asoló el Indico es otro buen ejemplo de las ocasionales perversidades de la ayuda humanitaria ante situaciones de crisis y de los problemas de corrupción asociados. La prensa ha recogido, aunque sin prestarle demasiada atención (muchísimo menor que la que mereció la propia catástrofe), noticias sobre problemas con la forma de gasto de la avalancha de ayuda recibida, documentándose casos de contratos de coste excesivo e incorrecta priorización de las acciones de ayuda y reconstrucción.
Buena parte de esta ayuda ha sido canalizada a través de ONGs, cuyo comportamiento podríamos clasificar en tres grandes categorías:
- organizaciones que detectaron e hicieron público inmediatamente que la ayuda que recibían era ya suficiente, paralizando la recogida de fondos de modo inmediato. Creo que el único caso ha sido el de Médecins Sans Frontières International.
- organizaciones que han reconocido a posteriori que la ayuda recibida para el tsunami es demasiado grande y tratan re-canalizar parte de estos fondos a otras catástrofes humanitarias que han suscitado menor inetrés público en el mundo desarrollado, pero que generan más víctimas y daños a medio y largo plazo. Este proceso es lento y complicado dado qeu las ONGs requieren la aceptación de los donantes para cambiar el destino de los fondos recibidos.
- organizaciones que no han seguido ninguna de las respuestas anteriores, a pesar de que muy probablemente los fondos sean excesivos. Supongo que en estos casos la ayuda se destinará exclusivamente a remediar los daños del tsunami y ayudar al desarrollo de las zonas afectadas. En el mejor de los casos, "simplemente" las zonas afectadas por el tsunami tendrán un mejor "tratamiento" y más oportunidades que otras zonas necesitadas de apoyo. En el peor escenario (me temo que más realista) esta situación será el caldo de cultivo de ineficiencias de gasto y corrupción.
¿Qué pasa con la ayuda recibida por gobiernos y organizaciones internacionales?. Posiblemente lo mismo, aunque estas instituciones no tengan tantos controles externos como para someterse a una de las dos primeras categorías, y puedan utilizar "más libremente" la ayuda recibida... con lo que la probabilidad de malos usos se incrementen.