Parece que esta sea la semana Koolhaas. Después de la Casa da Música de Oporto, ayer le concedieron en Barcelona a Rem Koolhaas el Premio Mies van der Rohe 2005 por su edificio Mitte, la Embajada de Holanda en Berlín.
Para alguien como yo interesado en los efectos sociales y económicos de la arquitectura y el urbanismo, pero con escaso interés por las obras y edificios, Koolhaas es una referencia básica. Sus obras construidas constituyen referencias de la modernidad, pero me parecen aún más relevantes sus análisis empíricos y conclusiones teóricas sobre la realidad urbana. En mi opinión ha explicado mejor la dinámica urbana que la inmensa mayoría de los científicos sociales.
En su trabajo con el equipo de AMO, la "parte teórica" de su Office for Metropolitan Architecture, y de la Harvard Design School combina la observación cuantitativa y objetiva con potentes y atractivos métodos de análisis y visualización de la información. Sus (enormes) libros son un prodigio de recursos gráficos y una enciclopedia de información urbana. Además, sus análisis se desprenden de contenidos ideológicos que puedan sesgar a priori los resultados; ha analizado con igual interés los grandes centros comerciales y su nuevo papel como catedrales de nuestra época y la auto-organización de las megaciudades en países en desarrollo (ya publicó con su equipo Project on the City de la Harvard Design School libros sobre el impacto del comercio en las ciudades, Harvard Design School Guide to Shopping (2002), sobre la aglomeración urbana desarrollada alrededor del Delta del Río Perlas en China, Great Leap Forward (2002), y están próximos a finalizar otra monografía sobre Lagos, Nigeria). Su falta de prejuicios y su focalización en procesos despreciados por otros teóricos le han valido numerosas críticas, pero han puesto de manifiesto cuales son los factores que gobiernan realmente la dinámica urbana, más allá de esfuerzos reguladores y planificadores.
Hoy aparece una interesante entrevista en El País, que Elástico nos porciona en versión pdf
(y de paso nos regala una "ciberdefinición" de Koolhaas: "ese moderno Joi Ito de la arquitectura"). Algunos fragmentos ilustran las ideas de Koolhaas:
Pregunta. En el terreno mediático han tenido mucha repercusión su defensa de lo enorme y también su mirada curiosa hacia el caos como organización urbana. ¿Lo refleja en su arquitectura?
Respuesta. He sido periodista y me interesan mucho los distintos fenómenos del mundo. Algunos son caóticos y otros están muy estructurados. Es verdad que hemos estudiado condiciones autoorganizadas en África o investigado el ritmo frenético de crecimiento de las ciudades chinas, pero todo esto es una investigación personal mía y no tiene por qué estar conectada con la obra. Intento entender el contexto más amplio en el que suceden las cosas de forma que nuestras intervenciones encajen bien en este entorno....
R. Personalmente, nunca me ha atraído el futuro. Tengo una obsesión por el ahora, por el presente.
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Con AMO trabajamos ahora en un proyecto muy interesante para el Museo Ermitage de San Petersburgo y les decimos: “No hagan nueva arquitectura, piensen en lo que está ahí, analícenlo para ver cómo puede funcionar con una nueva distribución de las obras, pero no toquen nada”. Y en Pekín también estamos por la labor de conservar.
...P. Algunos críticos afirman que en sus teorías el tema social no es prioritario. ¿Es así?
R. La arquitectura ha sido siempre una profesión moralista y arrogante. Eso de que nosotros lo hacemos todo bien, pensando lo mejor para el mundo. Y siempre he considerado que era un aspecto muy desagradable de la profesión. En mi caso, lo que ha resultado confuso es que al contemplar con una mirada crítica y dura la situación actual parece ser que no tengo corazón o que no tengo buenas intenciones, según dicen algunos. Bueno, es cierto que detesto hablar de las buenas intenciones, pero estamos muy contentos con edificios como el de la Biblioteca de Seattle o la Casa da Musica de Oporto, y como cualquier arquitecto o ser humano estoy interesado por los temas sociales desde una óptica antropológica, como podrían estarlo los sociólogos. También somos cada vez más políticos con nuestros compromisos de cara a Europa, que es un aspecto muy importante de toda nuestra visión en el estudio.