Grant McCracken es un viejo conocido de este blog. Su This blog sits at the nos proporciona excelentes ensayos cortos en la intersección de la antropología y la economía (temas por los que siento debilidad, en especial cuando se unen o se enfrentan).
Ayer presentó una reflexión, Death by committee, sobre el diferente uso del tiempo en las organizaciones sin ánimo de lucro (llamémosles ONGs para entendernos) y en con ánimo de lucro (llamémosles empresas). Su comentario nos cuenta la experiencia de un amigo, que trabaja en una ONG, que estimó que en su organización se necesita 15 veces más tiempo para tomar una decisión del que sería estrictamente necesario, debido a la sucesión de reuniones y comisiones que deben debatir cada tema. Por el contrario, en las empresas el fenómeno es exactamente inverso: el tiempo utilizado es siempre el mínimo imprescindible.
Me ha interesado especialmente esta entrada por que el diseño organizativo de las ONGs recuerda poderosamente al de las universidades españolas, y el exceso de reuniones y comisiones es uno de los problemas que con más frecuencia ponen de manifiesto los profesores. Pero al mismo tiempo, la existencia de estos mecanismos se suele presentar como una forma de garantizar el funcionamiento democrático de la institución (aunque esta es una discusión de mayor alcance).
Una parte de la explicación, según McCracken, se encuentra en la diferencias culturales entre organizaciones en la forma de entender el individualismo. Así, en las ONGs prima el individualismo expreisvo: cada individuo es único, precisoso y con unos derechos inalienables; y por tanto todos tienen derecho a participar en la tomas de decisiones, aunque no hayan demostrado su interés o utilidad.
En las empresas domina el individualismo instrumental: cada individuo es un agente y un resultado. El papel del agente dependerá de sus méritos y capacidad para lograr un objetivo concreto.
En la torre de marfil del individualismo expresivo lo importante son las formas y no tanto los resultados. Consecuencia: se debe invertir una enorme cantidad de tiempo para respetar los derechos de todos los individuos (aunque ni ellos mismos los reclamen). El principal problema surge cuando las organizaciones basadas en el individualismo expresivo "pierden" el tiempo y consumen recursos proporcionados por otros ("the rest of the world begins to wonder why they should have to pay for it").