La entrada en la que se recogía el Manifiesto por la liberación de la cultura ha recibido el siguiente comentario de happy butcher (conocido por su blog Cocaína intelectual):
"Renegamos, de los argumentos falaces que equiparan la cultura con la explotación comercial, industrial o que la degrada a un mero elemento de consumo."
Expresiones como esta son las que degradan este tipo de manifiestos, al margen de tener consecuencias negativas para la cultura que afirman defender: Es precisamente la explotación comercial, la competencia y el consumo de estos productos lo que facilita el acceso a la cultura de los ciudadanos.
Coloco aquí el comentario para que tenga mayor "visibilidad" por que me parece muy relevante. Efectivamente, no creo que la explotación comercial de la cultura la degrade, más bien todo lo contrario dado que favorece su difusión.
En mi opinión, el manifiesto es, en este punto, algo ambígüo: se puede entender (como parece hacerlo happy butcher) como que la explotación comercial degrada a la cultura, o bien que la cultura es algo más que pura explotación comercial (en el sentido de que puede haber cultura sin existir comercio, por ejemplo por el propio placer de crear y comunicar; muchos blogs son un buen ejemplo). En este segundo sentido, la cultura no tiene por que ser necesariamente un producto comercial, aunque si pueden crearse productos comerciales a partir de la cultura. Y una cosa es el tratamiento legal que reciban esos productos y otra el tratamiento de la cultura.
A pesar de las ambigüedades o errores que pueda contener (yo tengo ciertas discrepancias con otros aspectos), el manifiesto me parece muy importante. Y aún más importante que este manifiesto (y otros con similar filosofía) susciten un fuerte apoyo a sus propuestas básicas, a pesar de que unos u otros podamos estar en mayor o menor acuerdo con algunos de sus contenidos. No olvidemos que en frente tenemos a las iniciativas gubernamentales, que ni favorecen a la cultura ni al comercio. Sólo favorecen a algunos productos comerciales y a algunos lobbys (que por ellos mismos ni crean cultura ni comercio).