Karla Hoff y Arijit Sen analizan en un Policy Research Working Paper del Banco Mundial los efectos de la pertenencia a un sistema familiar extendido en la eficacia económica de los individuos en una economía de mercado (The kin system as a poverty trap?, WPS3575; resumen, artículo completo en pdf).
Estos sistemas familiares (sistemas de parentesco o “kin systems”) son muy habituales en las sociedades tradicionales que se han desarrollado en economías que no están organizadas alrededor de los mercados tal como se entienden hoy en día. Estos sistemas proporcionan una ventaja adaptativa, mediante un sistema de derechos y obligaciones, al proporcionar mayores recursos a la comunidad y disminuir los riesgos. Pero cuando estas sociedades sufren una transición hacia una moderna economía de mercado, el sistema organizativo tradicional puede no ser el más adecuado.
Mediante una serie de análisis teóricos y observaciones empíricas los autores demuestran que los sistemas familiares extendidos pueden ser “maladaptativos” en condiciones de mercado. Así, las nuevas oportunidades pueden colisionar con las limitaciones morales que han gobernado los grupos tradicionales, de modo que aquellos individuos que rompen estas barreras, abandonando el sistema de parentesco, adquieren una ventaja competitiva.
Este trabajo ilustra un patrón muy discutido en biología evolutiva. Se tiende a asumir que las adaptaciones observadas hoy en día en los organismos son las mejores para el ambiente actual. En muchos casos, estas adaptaciones son consecuencia de ambientes pasados (que ya han sido modificados) pero aún perviven a pesar de no ser adaptativas (y estar por tanto en proceso de extinción). Del mismo modo, muchas formas de organización humana pueden ser consecuencia de su trayectoria histórica más que la demostración de su capacidad de adaptación a las condiciones actuales.