En la entrada anterior comentabamos un artículo de Edward Glaeser, economista de la Universidad de Harvard, sobre la dinámica urbana en periodos de crecimiento y declive. De este profesor pueden encontrarse en su web muchos trabajos que son pequeñas joyas. Aplica dos esquemas básicos de trabajo: desarrollo de un modelo teórico simple y utilización de métodos estadísticos para comparar las predicciones de sus modelos con las observaciones existentes, o plantear una pregunta básica sobre como funciona la economía y las sociedadesy utilizar información estadística para dar respuesta. Muchos de sus trabajos dan respuesta a fenómenos urbanos persistentes pero mal entendidos hasta el momento.
Me han llamado especialmente la atención dos de ellos:
- A. Asesina, E. Glaeser & B. Sacerdote (2005). Work and leisure in the U.S. and Europe Why so different. (pdf)
Se preguntan los autores por qué los americanos trabajan más hoy en día que los europeos (más horas por semana y más semanas al año). Descartan las explicaciones más populares basadas en los mayores impuestos en Europa (que desincentivan el trabajo) o factores culturales (en 1960 la tendencia era inversa). Encuentran la explicación en que las industrias europeas en declive, y donde el poder sindical es muy fuerte, han dado lugar a regulaciones laborales restrictivas que reducen el tiempo de trabajo. Como consecuencias indirectas se reduce la productividad por trabajador pero se incrementan las actividades de ocio (con consecuencias culturales y económicas).
- U.S.E. Glaeser
& J. Shapiro (2001). Is there a new urbanism?. The growth of cities in the 1990s. (pdf)
Demuestran que en la década de 1990 los patrones de crecimiento urbano en EEUU fueron similares a los de décadas anteriores: las ciudades con mayores crecimientos tenían mayores stocks de capital humano, se produjeron movimientos poblacionales hacia lugares más cálidos y secos, y las ciudades construidas alrededor del automóvil siguieron reemplzando a las ciudades basadas en el transporte público. De hecho, el gasto público local no se correlacionó nunca con el crecimiento urbano, excepto en el caso de inversiones en autopistas. Conclusión: las ideas del new urbanism, defensores del smart growth, han tenido escasa influencia en el desarrollo urbano.
Es importante tener en cuenta que los autores no defienden ni critican ni las regulaciones laborales más o menos estrictas ni el smart growth o el sprawl. Sólo someten la realidad a un análisis estadístico para comprender como se comportan las sociedades y que consecuencias tiene.
Son sólo dos ejemplos, pero las publicaciones de Glaeser y sus colaboradores son una mina de información e ideas.