Por quinto año consecutivo, El Mundo ha publicado su ránking de estudios universitarios y universidades españolas. Analizan 50 titulaciones dando para cada una de ellas las 5 universidades consideradas mejores y proporcionan un análisis global de todas las universidades públicas y privadas (aunque sólo clasifican a las 35 primeras).
Permitidme un poco de autobombo: la Universidad de A Coruña ha pasado del puesto 22 en el 2004 al 14 en el 2005 entre las públicas. Y es una de las universidades más pequeñas dentro de las primeras (como comento después el tamaño afecta mucho a la clasificación). Nos definen como una institución no masificada, joven y dinámica, y con buenas instalaciones (en la vanguardia tecnológica!!). Se han pasado un poco, pero no van desencaminados. Asumiendo que comentan los mismos “errores” en sus comentarios sobre otras universidades, la valoración es buena y augura un futuro prometedor (por ejemplo, de la de Santiago resaltan que tenga una guardería :-, lo cual no se si es un mérito o no por que muchas universidades españolas ofrecen este servicio pero no aparece reflejado aquí, ¿será que no tienen otros méritos que reseñar?). En cualquier caso, recordemos que la clasificación se basa en una serie de criterios objetivos y que los comentarios que se dan para cada universidad (a veces muy folklóricos) no son la base del análisis.
Pero, aunque el estudio tiene mucho interés y parece bastante objetivo, yo le haría algunas críticas:
- no se incluyen criterios basados en los resultados en términos de inserción laboral. Supongo que estos datos serán difíciles (imposibles?) de conseguir, pero (y esta es una crítica a nuestro sistema, no al periódico) debería ser el criterio básico con el que evaluar la calidad del sistema y por tanto se debería prestar un especial esfuerzo a establecer sistemas de monitorización. Me temo que, por el contrario, muchas administraciones traten de pasar de puntillas por el tema para evitar conflictos.
- muchos de los criterios no se corrigen por el tamaño de la universidad (se mida como se mida: número de alumnos, profesores, titulaciones, producción científica, etc). De este modo, sesgan positivamente los resultados hacia las universidades grandes, proporcionando posiblemente indicadores de tamaño y no de calidad. Por ejemplo, el número de alumnos, en el sistema universitario que tenemos en España, no se puede emplear como un indicador directo de demanda. Los recursos bibliográficos, en términos absolutos, están muy influidos por el tamaño y edad de la universidad (su relación con el tamaño daría un mejor indicador de calidad, medida por ejemplo como disponibilidad de fondos para cada alumno o profesor). El uso de este tipo de criterios hace que las universidades grandes (y antiguas) copen los primeros puestos (sólo así se podía entender el primer puesto de la Complutense en 2004, este año parece que los criterios se han mejorado en este sentido).
- los resultados publicados sólo incluyen la clasificación, pero no los datos cuantitativos de los diferentes criterios. Entiendo que esta información no es demasiado atractiva desde el punto de vista periodístico, pero si es básica para poder diseccionar y entender los resultados. Bien podrían haber incluido estos datos en la web; también puede ser que el periódico quiera evitarse críticas motivadas por pequeñas diferencias entre los datos manejados por ellos y por las universidades.
- no citan las fuentes en las que se basan para establecer los valores de los criterios. Tampoco proporcionan explicaciones detalladas de cómo se calculan algunos criterios ni de cómo se construye la clasificación final (que integra los 25 indicadores).
A pesar de todo lo anterior, me parece uno de los esfuerzos más serios para evaluar de modo global a la universidad española. Este tipo de trabajos suelen recibir críticas de todas partes: unos piensan que existen intereses ocultos que manipulan los resultados (por ejemplo, que las privadas influyen para obtener buenas clasificaciones; curiosamente en este ránking no salen muy bien paradas), otros que la enseñanza universitaria es algo demasiado "profundo" y complejo para que pueda ser evaluado con indicadores objetivos y cuantitativos (muchas veces una excusa para que no nos puedan evaluar de ninguna manera).