La oficina polaca de turismo en París ha utilizado de forma genial la figura del fontanero polaco que los franceses manejaron demagógicamente durante el pasado referéndum sobre la constitución europea. Lo recoge ayer El País en su última página: este fontanero emigraba a Francia y le “robaba” el trabajo a los franceses. Ahora, el fontanero, de muy buen ver, se vuelve a Polonia e invita a los turistas a irse con él (y visitar un país más acogedor que Francia).
Francia para los franceses; en nuestro próximo viaje visitemos Varsovia y olvidémonos de París.