Xavier Sala-i-Martín, una de las principales figuras mundiales de la economía del desarrollo y del que ya hemos comentado cosas antes, publicó el 13 de junio un artículo en La Vanguardia titulado El "Fin" del Milagro Chino. Después de un viaje a China donde pudo conocer el "milagro" explicado por los propios dirigientes, sintetiza en el artículo las causas del reciente y espectacular desarrollo económico chino.
La historia reciente de China auna muchas de las paradojas aparentes de política y economía, pero, y esto es lo fundamental, ha sacado de la pobreza a varios cientos de millones de personas (y mejorado sustancialmente el nivel de vida de muchos más). Sala-i-Martín resume cuatro razones que proponen los dirigentes chinos para explicar su milagro y reconoce tres como reales y una cuarta como propagandística (y utilizada como justificación por el régimen chino):
... el experto en crecimiento económico soy yo, pero el éxito que está teniendo este país me aconseja no dar lecciones sino callar, escuchar y aprender. Los gobernantes, orgullosos de sí mismos, me explican que el “milagro” se ha basado en cuatro pilares fundamentales.
El primero ha sido la introducción de mercados y la apertura de éstos al exterior, importando tecnología y capital y exportando productos industriales basados en mano de obra barata.
El segundo pilar es que las reformas se han hecho desde dentro, sin imposición por parte de países ricos o de instituciones internacionales. ... También ha conseguido que los municipios compitan entre ellos ya que se pueden quedar el dinero de los impuestos una vez pagada al estado central una cuota establecida. La competencia entre gobiernos es una brillante estrategia para un país tradicionalmente ahogado por la burocracia y la corrupción.
Tercero, las reformas se están introduciendo lentamente: primero se prueba una política en una ciudad o región. Si funciona, ésta se extiende a todo el país y si no, se desestima y se introduce otra. Esta experimentación gradual (que los economistas llaman “learning by doing” o “aprender haciendo”) parece haber dado mejores frutos que los consechados, por ejemplo, en Rusia donde las reformas se hicieron de golpe (estrategia que se dio en llamar el “big bang”).
El cuarto pilar sobre el que, según los políticos chinos, se fundamente el éxito económico de su país es lo que llaman “socialismo de mercado”. ... deduzco que creen haber introducido mercados manteniendo la “armonía social” es decir, reduciendo desigualdades entre personas, regiones, etnias y sexos. Es decir, la filosofía china substituye a la retórica progre de la izquierda europea para explicar que el mercado es “malo’ y que el estado debe corregirlo. La diferencia es que los chinos no se lo creen. Al fin y al cabo ellos saben lo trágico que es vivir en una economía socialista de planificación .... Y digo que no se lo creen porque si ustedes miran los datos, verán que en China las desigualdades de renta entre ciudadanos, regiones y etnias han aumentado dramáticamente y que las mujeres siguen teniendo un papel testimonial
Ahora que estamos viviendo un momento de debate y acción social contra la pobreza es especialmente importante recordar las "enseñanzas chinas" y, además, no confundir pobreza con desigualdad (si para luchar contra la pobreza centramos nuestros esfuerzos en la desigualdad equivocamos al enemigo).