Un reciente artículo de Financial Times, Office Culture, analiza el nuevo papel que los antropólogos sociales están jugando en las empresas e instituciones más modernas. El artículo lo escribe Gilliam Tett, un editor del FT y doctor en antropología con un estudio sobre las comunidades tradicionales de Tajikistán, que se pasó posteriormente al mundo de la información financiera.
El artículo hace una revisión de la historia de la
antropología académica donde nunca ha estado bien visto el análisis de las
sociedades occidentales (“avanzadas”) o los estudios aplicados. Pero a pesar de
estas barreras, la antropología empezó a introducirse hace años en las empresas
de tecnología de EEUU (comentamos hace un tiempo un artículo de Francis Pisani
sobre el papel de los antropólogos en Intel) con el fin de comprender la
diversidad de comportamientos humanos en diferentes culturas y su efecto sobre
los modos de uso de las tecnologías. Posteriormente los antropólogos han
empezado a trabajar en y con empresas de todo tipo en EEUU y Europa. Uno de sus
objetivos es comprender la “cultura de la oficina” con el fin de aportar las
claves precisas para mejorar los procesos de trabajo. La historia de Simon Roberts, un antropólogo que ha fundado la consultora Ideas Bazaar (que mantiene un interesante blog) y trabaja con empresas de todo tipo analizando los
comportamientos de sus trabajadores. Por ejemplo, mediante métodos etnográficos
está tratando de comprender el uso del correo electrónico en PwC. La historia
de Roberts ilustra perfectamente la evolución de la antropología en las últimas
décadas; para su tesis decidió estudiar una comunidad tradicional hindú, pero al
llegar a la localidad elegida se encontró con una sociedad muy influida por la
televisión por cable que acababa de “desembarcar” en la zona. Entendiendo que la TV era un factor de cambio cultural revolucionario, dedicó su tesis a
estudiar este fenómeno, hasta terminar fundando Ideas Bazaar.
A pesar de todas las barreras académicas hacia los usos aplicados de la antropología y las reticencias a estudiarnos a nosotros mismos (comunidades “modernas” y “occidentales”), la antropología se está haciendo un sitio en el mundo corporativo e institucional por que aporta valor al permitir mejorar los productos y servicios o la organización interna. Como una nota personal, mi trabajo con antropólogos dentro de nuestro grupo de investigación me ha hecho comprender ya hace tiempo su relevancia (y ha modificado profundamente la comprensión de los problemas con los que tratamos).