La globalización tiene un doble efecto sobre la diversidad cultural. El más conocido, y utilizado políticamente por los partidaros del proteccionismo, es la supuesta homogenización que conlleva la extensión de las formas culturales dominantes. Así, la cultura popular de Occidente (en especial Estados Unidos) se extiende por todo el mundo (como consecuencia práctica podemos comer en un MacDonald's en cualquier esquina del mundo).
Pero, un segundo efecto, mucho menos conocido (posiblemente sus beneficiarios no tienen la capacidad de comunicación de masas de los lobbys anti-globalización) es la difusión de formas culturales minoritarias o marginales. En muchos casos, esta extensión abre nuevas posibilidades de comercialización creando oportunidades de desarrollo (o visto de otro modo, los defensores de formas culturales minoritarias que utilizan estrategias comerciales tienen mayores probabilidades de conseguir su conservación y popularización que si basasen su defensa únicamente en una cuestión de supervivencia cultural). Sobre este segundo efecto de la globalización es sobre el que quería traer aquí un ejemplo que me ha gustado especialmente.
José Manuel Rebolledo nos presenta en Atina Chile el merkén:
Les presento el MERKEN, pocos habrían podido prever que uno de los ingredientes más arraigados en la cocina mapuche llegaría a convertirse en un verdadero “hit” de la alta gastronomía nacional. Me refiero al merkén, ese polvo cobrizo con un delicado sabor ahumado, hecho sobre la base de ají cacho de cabra y semillas de cilantro, y que en los últimos años ha ocupado un lugar de honor en las cocinas más elegantes y vanguardistas del país.
El merkén imprime ese sello propio de las raíces étnicas con la inigualable complejidad de sus sabores y los particulares aromas de la tierra y del humo. Las modernas creaciones en torno a carnes como el atún, el cordero, el cerdo o el pato (por nombrar algunos), con ese delicadísimo toque picante muchas veces perfeccionado con los matices dulces de confituras o frutas son, sin duda, todo un trofeo para los sentidos. Su perfume armoniza espléndidamente con la centolla y otros frutos del mar y es un gran condimento en cebiches y tartaros. Papas, calabazas, verduras y legumbres son igualmente sus compañeros convirtiéndose en verdaderos manjares cuando son infusionados con su sabor.
Este es uno de los tantos productos que encontrarán disponibles en la provincia de Arauco. que tienen proyección Global
Esta es una gran noticia, parece que la gastronomía mapuche puede conservarse y ser disfrutada más allá de su geografía (por el contrario, la historia de su lengua puede ser muy distinta). Uno de mis grandes descubrimientos en un viaje a Chile fue su gastronomía popular, increiblemente diversa y llena de colores y sabores a los que en Europa no estamos acostumbrados (y hablo desde España, no digamos lo que puede suponer esa experiencia para un europeo "del norte").
En realidad, la diversidad cultural en un mundo globalizado no es más que otro ejemplo de la "larga cola" o de la ubicuidad de las distribuciones que siguen leyes potenciales: existe un número muy elevado de opciones, ofertas o formas culturales pero sólo unas pocas son conocidas por la mayor parte de la población. Simplificando, como diría Pareto, puede que un 80% de la población mundial se alimente de un 20% de los productos disponibles, pero el otro 20% conoce, utiliza y disfruta habitualmente del inmenso 80% restante. Puede que en lugar de 80/20, debamos hablar de 90/10 o incluso 95/5, pero, en cualquier caso, la globalización incrementa radicalmente la oferta cultural. Quizás el debate y el análisis debería trasladarse al porqué un 80% de la población no utiliza el 80% de la oferta.
El economista Tyler Cowen, uno de los autores de The Marginal Revolution, ha explicado muy claramente (y con numerosos ejemplos, entre ellos muchos gastronómicos) el efecto positivo de la globalización sobre la diversidad cultural. Son especialmente recomendables libros como Creative Destruction: How Globalization is Changing the World's Cultures o Markets and Cultural Voices.
Otro ejemplo, este mucho más conocido, lo podéis encontrar en Desde el Exilio que hacer referencia a un reciente articulo del The Wall Street Journal sobre los vinos del Bierzo (otro ejemplo de cultura "en peligro de extinción" en el mundo "local" que se ha popularizado y aumentado su calidad en el mundo "global").