Las licencias Creative Commons están teniendo un gran éxito, si lo medimos en términos de implantación y por la generación de debates en los foros interesados por la propiedad intelectual. Posiblemente el éxito de CC es un ejemplo de una extraordinaria campaña de márketing para "vender", lo que yo considero, una buena idea. Su éxito internacional, con un crecimiento exponencial del número de países que trasladan las licencias CC a su legislación, puede que tenga mucho que ver con el lugar de origen del proyecto, EEUU, y un cierto "papanatismo" hacia todo lo que nos viene de ese lado del Atlántico. Pero esto no las invalida, sólo facilita su crecimiento.
En las últimas semanas han surgido, al menos, dos polémicas alrededor de las licencias CC: una se ha generado en España y otra en EEUU (pero con resonancia en la blogosfera hispana). Ambos debates son extremadamente importantes pues discuten la necesidad y oportunidad de las licencias CC y permitirán su mejora o transformación en el futuro. La primera (y que trataremos en una entrada posterior) es una discusión sobre si las licencias CC son necesarias en la Europa continental y si su uso en estos países puede ser incluso contraproducente. La segunda, de la que hablaré más en esta entrada, discute si deben existir una serie de libertades básicas que deban siempre estar incluidas en las licencias CC (cosa que ahora no sucede). La segunda polémica se plantea en realidad que es la cultura libre.
Utilizo licencias CC tanto en este blog como, cuando tengo oportunidad, en mis textos y presentaciones. Valga esto como un aviso de mi posición. No soy jurista y por tanto mi uso de las licencias CC peca, seguramente, de intuitivo y bienintencionado (y supone más dar publicidad a una postura ideológica que una decisión jurídica). Aún así, creo que la discusión sobre CC debe seguir abierta y viva en ámbitos más amplios que los del mundo legal (donde, por fortuna, creo que nunca ha estado recluida) y sería bueno escuchar una amplia diversidad de opiniones para construir entre todos una conversación distribuida que influya sobre el futuro de este proyecto.
Centremonos ahora en la polémica sobre las libertades básicas que debe proteger CC. He seleccionado tres artículos que creo que resumen bien la polémica y las diferentes posturas de los críticos con CC (así como la respuesta de su creador):
1.
Yonderboy comenta en Barrapunto un artículo de Benjamin "Mako" Hill (Towards a Standard of Freedom: Creative Commons and the Free Software Movement) en Advogato.
Desde el punto opuesto al maniqueísmo, de quienes, quizá simplemente poco informados, parecen alentar una absurda guerra fratricida entre la FSF y CC, Benjamin "Mako" Hill acaba de publicar en Advogato una sobresaliente reflexión crítica en torno a Creative Commons en los precisos y respetuosos términos, pero no por ello menos contundentes, en los que deben disentir las personas razonables que persiguen fines comunes (no olvidemos que Mako publica su artículo con licencia CC y que el presidente de CC es a su vez miembro de la Junta Directiva de la FSF). Mako considera que es un grave hándicap que CC carezca de una definición estándar de qué libertades esenciales (mínimas) nos provee exactamente la cultura libre para cualquiera de sus ámbitos, lo que impide a su juicio trazar una línea clara entre lo libre y lo que no lo es, tal y como existe en el software libre. Cree que, pese a que CC "mejore levemente" la situación con respecto al statu quo del copyright restrictivo, quizá no sea suficiente, y puede estar teniendo ya consecuencias indeseables (como por ejemplo, a su juicio, algunas de las nuevas licencias "especializadas" de CC, esto es, recombo y Developing Nations).
La crítica de Mako tiene más interés si cabe porque ha sido respaldada por el propio Stallman, ya que se trata de una fiel plasmación de las objeciones que últimamente viene expresando RMS en sus conferencias. ¿Crees que es posible, y deseable, establecer desde fuera una "definición" mínima de libertades comunes a toda la producción artística, científica e intelectual? ¿O deben por el contrario evitarse formulaciones esencialistas, analizando las necesidades concretas de cada ámbito creativo concreto? ¿Es realmente imprescindible un planteamiento táctico único en este tema o es factible que haya distintos enfoques y tácticas?
Ben "Mako" Hill realiza dos críticas básicas:
1. las licencias CC no definen unas libertades básicas mínimas que todo autor que las emplee debe aceptar. Este hecho diferencia claramente las licencias CC de las licencias utilizadas por el "Free and Open Source Software", en especial la licencia GPL de las que el resto son derivaciones que no modifican lo esencial. Las licencias CC permiten seleccionar un contínuo de opciones entre el equivalente a GPL y el copyright estricto.
2. la mayoría de usuarios de licencias CC optan por la versión que no permite usos comerciales. Aquí también se diferencia de la GPL que si admite usos comerciales mientras respete als condiciones de la licencia. Hill considera, y yo comparto la idea, esta elección una limitación importante condenando a muchos de los trabajos y obras licenciadas como CC a un uso marginal, fuera de los canales comerciales.
2.
David de Ugarte
también ha escrito recientemente defendiendo para la cultura un modelo
similar al del software libre (y de hecho utiliza una licencia tipo GPL
y no las ubícuas CC). Partiendo de que la cultura en su origen era libre, y el
copyright ha sido sólo una anomalía diseñada en un tiempo histórico concreto
para favorecer la creación, de Ugarte propone que, ahora, esta necesidad ya ha desaparecido y
se debería dar un proceso de liberación de la cultura (lo que significaría su devolución a los ciudadanos):
Y es que la literatura siempre fue libre en el sentido de las cuatro libertades del software libre. El mismo sentido en el que como argumentan Pere Quintana y Benjamin Mako Hill debería restringirse el significado de Cultura Libre, pues lo que llamamos el acerbo cultural occidental existe porque los autores han tenido, respecto a ese mismo acerbo y hasta hace un siglo: debería restringirse el significado de
- Libertad para acceder a la obra
- Libertad para transformarla
- Libertad para distribuir la obra original
- Libertad para distribuir las obras derivadas
El “derecho de autor” y las entidades de gestión colectiva se instituyeron entre nosotros hace un siglo. Se trató de la imposición legal de un monopolio con el objeto de asegurar incentivos a la creación artística. Nada quedaba ya fuera de la mal llamada propiedad intelectual. La ley elevó no el derecho, sino el privilegio de una parte, a obligación de la totalidad, a derecho natural del creador. Es decir, se hizo totalitario. El coste hoy, cuando ya no es necesaria para asegurar tales incentivos porque la tecnología ha cambiado, es brutal.
Pretender hoy volver a la situación anterior, restaurar la libertad de todos y cada uno para crear cómo y a partir de lo que se quiera, con lo que supondría con los nuevos medios, es todo menos una imposición. Ni siquiera es, propiamente, una liberación. Es una devolución. El sujeto no es “la cultura”, el sujeto somos todos. Y ya es hora de que nos devuelvan las cuatro libertades que nos niega el monopolio legal y que necesitamos para poder dejar de estar divididos en categorías industriales (autor /consumidor /industria) y dejar que la creatividad explote cuando las obras culturales estén, real y totalmente, a disposición de todos. Así, de paso, la cultura dejará de ser algo a lo que supuestamente pertenecemos y pasará a ser algo que, colectivamente, nos pertenezca. Un verdadero procomún.
3.
Candyman está resumiendo en Barrapunto lo acontecido en el Copyfight organizado por Elástico en Barcelona. En su crónica de la intervención de Lawrence Lessig
recoge la respuesta del "padre" de CC a las críticas de Ben "Mako" Hill
(y de Richard Stallman que ha apoyado el atículo de Hill):
Alguien más preguntó sobre las recientes acciones de Stallman desmarcándose de Creative Commons: ha hecho borrar de la página web de la Free Software Foundation toda referencia a Creative Commons, aduciendo que el proyecto de Lessig no tiene claro su concepto de libertad para la cultura. La crítica de Stallman, que coincide casi exactamente con el artículo de Ben "Mako" Hill que comentamos en barrapunto hace poco, tuvo la siguiente respuesta por parte de Lessig (de nuevo parafraseo, no tengo más que mis notas).
"Lo primero que tengo que decir es que Richard [Stallman] es una persona valiosísima que nos ha inspirado mucho a todos, y que me gustaría estar de acuerdo con él. Pero no lo estoy, y ésta es la razón. Las licencias Creative Commons funcionan permitiendo que los creadores den más libertades sobre el uso de sus trabajos. La libertad que se permite está en las manos de los creadores. Y cada vez que se usa una licencia CC, hay un trozo de cultura que es más libre que si no se hubiera usado esta licencia."
"Richard tiene una gran estatura moral como programador: nació siendo programador. Así que cuando habla de las libertades que tiene el código, tiene la justificación moral porque habla a los programadores como uno de ellos. Yo soy un estudioso académico, y por esto creo que puedo decir a la gente cómo tiene que publicar sus trabajos académicos y científicos. Pero no soy artista, y confieso que no sé cómo tiene que hacer la gente con su trabajo, ni me siento moralmente justificado para decírselo. Creative Commons les dice como pueden hacer sus obras más libres, no cómo deben hacerlo, porque creo que este no es nuestro papel".
Lessig se coloca en una postura pragmática y no pretende imponer una posición moral a los autores. Coincido con este punto de vista, respetuoso con los deseos del autor. Ojalá la mayoría de autores utilizasen para sus obras los modelos propuestos por Ben "Mako" Hill o David de Ugarte, pero esta debe ser una decisión libre de cada individuo. Las licencias CC sólo le ofrecen a cada uno un instrumento legal para liberar cuanto y como quiera sus obras. La postura de Lessig ha sido considerada como al "socialdemocracia del copyright". No acabo de entender las razones de esta definición. Si consideramos que lo realmente importante es la libertad de los individuos, las licencias CC son una aproximación liberal (o incluso libertaria) dado que crean las reglas necesarias para que cada individuo tome sus decisiones libremente. Pero si, efectivamente, lo importante es la libertad de las obras (no de los creadores), las licencias CC son socialdemócratas dado que sólo le otorgan (a las obras) parte de sus libertades.
Esta polémica recuerda, aunque en un tono menos jocoso, la discusión surgida del Copyfight sobre si ¿se puede luchar por la cultura libre con software propietario? (entrada inicial del debate en Elástico y comentarios y discusión en Barrapunto). De hecho, buena parte de los defensores de CC utilizan en parte software propietario (MacOS parece arrasar entre este grupo) y los críticos con las licencias CC son usuarios en exclusiva de software libre y rechazan que alguién con software propietario pueda considerarse defensor de la cultura libre. Unos son tachados de "fashion victims" mientras que los otros son considerados unos fundamentalistas. Este es otro debate que ya están haciendo otros blogs, pero de nuevo unos defienden la libertad del usuario del software y otros defienden la libertad del software (restringiendo opciones a los usuarios).
Entiendo que la libertad de la cultura o del software son medios para conseguir la libertad del individuo, no son fines en si mismos. Y por tanto, debemos ser maximalistas con la libertad del individuo no con la de la cultura o la del software.
En breve seguiremos con la segunda polémica CC: ¿son necesarias en España?, ¿pueden ser contraproducentes?.