Sobre el "escándalo" que el proyecto Google Print generó entre los dirigentes culturales europeos ya he hablado en otras ocasiones, y no creo que tenga nada nuevo que decir. Pero, la discusión continua y han aparecido nuevas (y malas) noticias de última hora.
Pero vayamos por partes, Fernando Polo enlaza en Abladías con los últimos artículos y comentarios del debate español. Por cierto, este comentario previo de Fernando Polo resume bien la historia de la polémica. Darío Villanueva, catedrático de Literatura y antigüo rector de mi antigüa universidad (Santiago de Compostela) ha publicado en El Cultural de El Mundo el artículo ¿Banco de textos o biblioteca digital? donde defiende un modelo europeo (liderado intelectual y políticamente desde Francia) de biblioteca digital y critica la iniciativa de Google:
... el presidente Chirac tomaba cartas en el asunto apuntando que cumplía dar una respuesta desde Europa a este envite, respuesta que no significa ir contra nada ni contra nadie sino a favor de la diversidad cultural y de que exista un punto de vista europeo en la globalización del conocimiento que Internet están propiciando a ritmo acelerado
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Ante la aparente modestia de los dígitos que nosotros manejamos en comparación con las magnitudes millonarias como las que se han mencionado, es de justicia establecer una distinción determinante. No es lo mismo elaborar un gran banco de textos bibliográficos puesto en red mediante la mera digitalización facsimilar de los libros originales que construir una auténtica biblioteca virtual, concebida para prestar a sus usuarios deslocalizados los mismos servicios de una biblioteca tradicional. No se trata, solamente, de la información y la orientación necesarias para transitar con garantías de éxito por la frondosa selva de la producción escrita que hemos ido acumulando a lo largo de milenios. Hay que proporcionar, también, toda una amplia gama de herramientas lingüísticas e hipertextuales que aportarán un valor añadido al de la mera existencia de una determinada obra en Internet. Una biblioteca virtual debe ser, en sí misma, una construcción intelectual enriquecedora, y no un mero almacén virtual de textos. Claro que este desiderátum exige, con toda certeza, un lapso considerable de tiempo e inversiones que pueden dejar corta toda inversión aparentemente espectacular. Se le ha achacado a Internet una cierta confusión entre información y conocimiento, así como el peligro de provocar una especie de infocaos que, en lo que a las literaturas se refiere, sería fatal en un momento muy delicado, cuando una poderosa mediación industrial puede hacer que parezca que pertenecen a su ámbito obras que no son, ni mucho menos, literarias. Bibliotecas virtuales como la Miguel de Cervantes están pensadas precisamente para evitarlo.
Curiosa interpretación del proyecto, dado que en mi opinión Google Print está más próxima a la biblioteca digital que muchos de los proyectos europeos que no son más, en muchos casos, que bancos de datos. De hecho, Rafael Fernández elabora en Baquía una crítica al artículo de Darío Villanueva que se basa en este y otros aspectos (Google Print y la Europa que no avanza):
Las afirmaciones de Villanueva van mal encaminadas. Como primera premisa es poco realista, además de equivocado, pensar que los Estados tienen que asumir la tarea de digitalizar nuestro patrimonio cultural. Cierto sector de Europa no entiende la iniciativa privada, puesto que el proyecto de Google es el acuerdo entre una empresa e instituciones académicas, no una iniciativa estatal. Tampoco comprende que la actitud por la cual cuando exista una problema "el Estado debe resolverlo” es lo que provoca que en la actualidad no exista ninguna empresa en Europa del calibre de Google, Yahoo, Amazon o eBay. ¿Nadie entiende que Google es una empresa, y no es el Estado norteamericano? ¿Por qué se busca una confrontación EEUU-Europa cuando no la hay?
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Es preocupante no entender el proyecto de Google Print intentando definirlo como una simple digitalización de documentos sin sentido. Google ha ideado un proyecto que tiene como base la tecnología, en concreto su tecnología de búsqueda, y la Biblioteca Miguel de Cervantes está centrada en aunar esfuerzos para difundir la cultura iberoamericana y construir herramientas para al ámbito académico. Se comparan proyectos que no tienen nada que ver.
Pero, mientras escribo esta entrada, empiezo a leer comentarios en diferentes blogs que anuncian que Google paraliza su proyecto. Así, Enrique Dans se hace eco de la información que ha aparecido en The Wall Street Journal ($):
Las contínuas quejas de las editoriales, las dudas sobre la legalidad del modelo de negocio de Google (generar ganancias a partir de publicidad contextual ligada a las búsquedas pero no compartir ingresos con los propietarios de los derechos de los libros), y el procedimiento que Google había diseñado, que obligaba a éstas a indicar qué libros NO querían que fuesen escaneados (opt-out) en lugar de ser al revés, han llevado a Google a suspender un proyecto
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Ocho meses después del inicio de una iniciativa que esperaban que durase unos cinco años, Google opta por detenerla, sin revelar cuántos libros ha tenido tiempo de procesar. La biblioteca universal, el sueño de tener todo el conocimiento generado por la Humanidad al alcancede nuestro ratón, tendrá que esperar un poco más.
Open Access News resume el artículo de Jeffrey Young (Google Answers Complaints About Project to Scan Millions of Books, but Publishers Are Not Won Over) en el Chronicle of Higher Education (solo accesible para suscriptores).
Xeni Jardin recopila en Boing Boing enlaces a la noticia, incluyendo el anuncio de Product Manager de Google Print, Adam M. Smith (será el nombre lo que alertó a los europeos?:-), en el blog oficial de Google:
Over the last few months, we've been talking with numerous publishers, publishing industry organizations and authors about our Google Print Publisher Program and Google Print Library Project. Today I'd like to mention two new features that reflect these discussions and which we feel will considerably improve both programs.
If you're in the Publisher Program (or you decide to join it),
you can now give us a list of the books that, if we scan them at a
library, you'd like to have added immediately to your account. This way
you can have your books in Google Print, which will put them into
Google.com search results, direct potential buyers to your website,
provide ongoing reports about user interest in your books, and your
books will also earn revenue from contextual advertising – even if they
are out of print.
We think most publishers and authors will choose to participate in the
publisher program in order introduce their work to countless readers
around the world. But we know that not everyone agrees, and we want to
do our best to respect their views too. So now, any and all copyright
holders – both Google Print partners and non-partners – can tell us
which books they'd prefer that we not scan if we find them in a
library. To allow plenty of time to review these new options, we won't
scan any in-copyright books from now until this November.
En resumen, que parece que no paralizan definitivamente el proyecto pero si lo aplazan y las razones están relacionadas con el copyright. y el conflicto de intereses surgido con las editoriales. Triste "victoria europea" ...