A raíz del debate que organizó La Opinión de A Coruña sobre la contaminación industrial en la ciudad y área metropolitana de Coruña he tratado de ordenar unas pocas ideas acerca de la calidad ambiental de la ciudad, su tendencia en el tiempo y la estrategia de futuro para la gestión ambiental.
Es un poco largo (y por eso lo he situado en la continuación del comentario) y, posiblemente, sólo tenga algún interés para los lectores locales. Quizás este tema merecería abrir un debate para consolidar la información existente (hoy en día muy dispersa y desestructurada) y confrontar las diferentes opciones de futuro.
La situación ambiental de A Coruña en le contexto gallego
El debate de La Opinión de A Coruña surge tras una cierta polémica
creada alrededor de los datos hechos públicos hace unas semanas por el del Ministerio de
Medio Ambiente que muestran que la comarca coruñesa reúne a la mayor
parte de las empresas
contaminantes en Galicia. La razón es obvia, y la documentamos antes: esta zona reune la mayor concentración de empresas y actividad industrial de toda la región.
Pero existe una razón adicional que posiblemente agrva la situación respecto a lo esperable en relación al paso demográfico y económico de la comarca.En Coruña se instalaron en los 1960 y 1970 una serie de industrias y servicios altamente contaminantes (al menos en su momento). Unos se situaron en su territorio urbano, como el propio puerto (que ha sufrido un gran desarrollo) o una refinería. Otros alejados del núcleo urbano, como dos centrales térmicas que generaron importantes emisiones de gases contaminantes que afectaron a una enorme extensión de territorio (y por supuesto a toda la comarca coruñesa). Estas decisiones del pasado son discutibles, pero respondían a la lógica del momento: se necesitaban actividades industriales que generasen dinamismo y puestos de trabajo; Galicia en general y Coruña en particular tenían poco que ofrecer a mayores de su propio territorio, recursos naturales y mano de obra barata; la preocupación ambiental y el conocimiento de los impactos de estas actividades industriales era mucho menor que en la actualidad (y casi inexistente entre la población local); y las decisiones de implantación de empersas públicas (la inmensa mayoría en esos tiempos) las tomaba un estado dictatorial que utilizaba la planificación centralizada como modelo de desarrollo económico.
Tendencias temporales en los niveles de contaminación
Posiblemente (existen pocos datos objetivos
pero innumerables observaciones de los propios ciudadanos) el efecto de
las empresas y servicios antes citados sobre la calidad ambiental de
Coruña fue devastador. Aún así, es evidente que la situación ha mejorado
paulatinamente "empujada" por los avances tecnológicos y cambios
legislativos. La creciente preocupación
ambiental (que se origina en EEUU y otros países europeos pero se globaliza rápidamente) ha forzado a cambios legales y al
desarrollo de nuevas tecnologías y procesos industriales mucho menos
contaminantes. De este modo, aún existiendo hoy en día casi las mismas industrias y
servicios, sus niveles de emisiones son hoy en día muy inferiores. Se debe destacar que, hasta muy recientemente la presión ciudadana
local ha sido muy escasa (o inexistente) y los avances que se han dado
en nuestro entorno son en realidad resultado de una preocupación
externa que se ha traducido en iniciativas de aplicación local.
Problemas ambientales actuales
En la ciudad subsisten una serie de
problemas que están ya en vías de solución (en algunos casos después de
periodos de espera inexplicablemente prolongados y sobre los que los
responsables políticos deberían responder):
- depuración de aguas residuales: la ciudad es posiblemente la única de su tamaño en España que no cuenta con una estación de depuración (real) de aguas residuales. Parece que finalmente, aunque casi cada semana resurge la polémica, la construcción de esta infraestructura está en marcha. Quedan unos años de espera, el problema (grave y escandaloso) persisitirá aún por un tiempo, pero la solución ya parece real y segura.
- el puerto de la ciudad (uno de los más importantes en Europa por su actividad pesquera y con gran actividad en el transporte de mercancías) se ubica en el centro de la ciudad. Su situación conlleva un impacto directo sobre la inmensa mayoría de la población asociado a las actividades de carga y descarga de productos como carbón. La solución a este problema pasa por la construcción de un puerto exterior en una zona próxima a la ciudad (Punta Langosteira). Esta obra se ha iniciado hace pocos meses y estará disponible en unos años. En ese momento la práctica totalidad de actividades portuarias ambientalmente problemáticas se trasladarán a estas nuevas instalaciones. El puerto exterior ha sido objeto de un gran debate en la ciudad y en toda Galicia: se ha discutido su utilidad y viabilidad económica, su viabilidad técnica, y el impacto ambiental que provocará al asentarse sobre una zona costera oceánica bien conservada. Si pensamos exclusivamente en la calidad ambiental que sufren o disfrutan los habitantes de la ciudad, el traslado del puerto es una gran noticia. Entre el coste de destruir un tramo de costa de elevado valor ecológico (pero redundante en el sentido de estar bien representada en toda la Costa da Morte) y el beneficio de mejorar la calidad ambiental de un terirotiro urbano de escaso valor ecológico pero que utilizan más de 240.000 personas, creo que la segunda opción es la más adecuada. Pero esta valoración, en cualquier caso, es una materia de debate.
- centrales térmicas y refinería próximas a la ciudad: los cambios en la tecnología y en los combustibles utilizados han reducido drásticamente la emisión de gases contaminantes. No así, al menos en la misma medida, la emisión de gases de efecto invernadero como el CO2. Por tanto su impacto contaminante local se ha reducido drásticamente; persiste su contribución al efecto invernadero, pero este no es un problema local ni de contaminación química. Laas emisiones de CO2 producen un efecto global (independiente de la localización de la emisión) que se puede traducir en un cambio climático.
Para otros problemas ambientales que afectan a la ciudad no se han identificado aún las causas y/o propuesto soluciones efectivas:
- estado de los sedimentos en la Ría de O Burgo: esta ría se sitúa en un margen de la ciudad y ha soportado durante muchos años industrias altamente contaminantes, que en su inmensa mayoria han desaparecido o han mejorado considerablemente sus procesos productivos. Como consecuencia de este pasado, los sedimentos acumulan una carga de contaminantes cuando menos preocupante. Estos contaminación química no está, muy probablemente, biodisponible, pero cualquier nueva actividad en esta zona debe estudiarse con gran cuidado para evitar su removilización. Además, la ría, con escasa renovación de aguas, sigue soportando diversos vertidos industriales y urbanos que siguen afectando a su calidad ambiental. La reducida comunicación entre la ría y la zona costera marina hace que esta carga contaminante se difunda muy poco en la costa próxima, localizando el problema en una zona muy localizada.
- la ciudad soporta dos graves problemas de calidad ambiental que no afectan directamente al medio natural ni a la salud pero si a la calidad de vida de los habitantes: los malos olores y el nivel de ruido. El primero parece que, al fin, está siendo abordado (se trata de una mezcla de emisiones ocasionales de diferentes industrias locales y externas que serían fácilmente controlables si existiese la voluntad de los responsables directos o la presión de los responsables indirectos, la administración pública). El problema del ruido es endémico en el país en que vivimos y las soluciones no parecen fáciles a corto plazo dada nuestra idiosincrasia.
- diversas pequeñas y medianas industrias potencialmente emisoras de contaminantes que se encuentran situadas en polígonos industriales que, hoy en día, han sido prácticamente englobados por la ciudad (que ha crecido espectacularmente en las últimas décadas).
- tráfico (muy intenso en todo el área metropolitana), y actividades agrícolas y ganaderas (poco relvantes cuantitativamente) son otras formas de impacto ambiental difuso, de difícil control y corrección.
Los polígonos industriales "urbanos": problema o ventaja competitiva
La ciudad cuenta con varios polígonos
industriales en su entorno y dos de ellos (especialmente el de A
Grela) que han sido englobados en el tejido urbano. Aparentemente,
estos polígonos (y especialmenete los más urbanos) son un caos de
tráfico y presentan un diseño urbano de escasa calidad (masificación, carencias de
servicios básicos, falta de espacios de ocio, mala ordenación del
tráfico, ...). Pero, debajo de ese aparente desorden se esconden
núcleos de gran actividad económica donde se aglutina buena parte de la
vida productiva de la ciudad. Estos polígonos fueron planificados para
que se situaran alejados o adyacentes a la ciudad pero mantuviesen su
separación. Claramente el planificador fracasó en sus intentos de
ordenamiento urbano y separación de usos en el territorio urbano. Ese
fracaso es muy probablemente la causa del éxito de esas zonas
indutriales. A día de hoy, por ejemplo, el polígono de A Grela mezcla
actividades comerciales, áreas de oficinas y numerosas empresas de
ervicios, perviviendo un pequeño núcleo de industrias "clásicas" [el término industrial no parece ya adecuado para denominarlos]. La
ventaja competitiva de buena parte de estas actividades es su
localización privilegiada que les permite estar al mismo tiempo dentro de la
ciudad y en una zona industrial.
Se ha abierto un debate recientemente sobre la oportunidad de trasladar el polígono de A Grela a una zona más alejada de la ciudad. Caso de tomarse esta decisión, este debate debería repetirse en un futuro próximo con otros polígonos similares. El debate es más bien retórico dado que el coste de tal operación es posiblmente inasumible (además de que entiendo que las empresas no deberían correr con el coste dado que no son las culpables del crecimiento de la ciudad ni desean trasladarse). Por otra parte, muchas de las actividades que se desarrollan en este polígono serían inviables económicamente en otras localizaciones. Pero, el principal argumento contrario, desde mi punto de vista, es que esos polígonos son a día de hoy áreas de enorme vitalidad en la ciudad donde ya empiezan a aparecer y solaparse usos de ocio y residenciales. La mezcla de usos en un mismo espacio es un valor en si mismo al crear un modelo de ciudad más habitable y dinámico. Por tanto, estos polígnos son zonas a conservar y cuidar no a trasladar, con la excepción de las pocas industrias con actividades contaminantes para las que se podría pensar un cambio de ubicación.
Estrategia de futuro
Resumiendo las reflexiones anteriores, la
ciudad y área metropolitana han mejorado sustancialmente su calidad
ambiental en los últimos años, más por el "empuje" externo que por
iniciativas internas. Algunos de los problemas más graves subsisten,
pero se están dando los pasos precisos para su solución en el medio
plazo. ¿Debemos congratularnos de lo logrado y seguir con el mismo
modelo?. En mi opinión, es el momento de que los gobiernos implicados en la
ciudad y su entorno tomen un papel activo en la gestión ambiental.
Debemos pasar de una postura reactiva que va solucionando problemas
cuando se hacen insoportables o algún agente externo nos lo impone, a
una postura pro-activa. Este cambio implica definir una estrategia
clara de futuro (¿que modelo de ciudad deseamos?) y dotarnos de las
herramientas, conocimiento e infraestructuras precisos para lograr este
objetivo.
¿Por ´que es tan importante la gestión
ambiental en Coruña?. La calidad ambiental es importante en cualquier
lugar por sus implicaciones para la calidad de vida de los ciudadanos y
la conservación de los recursos naturales y el medio ambiente. Pero en
el caso coruñés, la calidad ambiental es además un activo estratégico de primer
orden en el desarrollo económico de la ciudad. El dinamismo económico
de Coruña se basa en los servicios (comercio, turismo, ...) y, de un
modo creciente, en las iniciativas empresariales asociadas al I+D+i (la economía del
conocimiento). Entre otros muchos factores, un ambiente
sano y agradable es un elemento de atracción de visitantes o
trabajadores que tienen, cada vez más, una alta capacidad de elección
entre destinos (comerciales, turísticos o laborales) alternativos.
La definición de una estrategia no debe
confundirnse con una planificación estricta (que ha mostrado su
inutilidad en el pasado), pero si debe dibujar escenarios de futuro y
definir modelos de gestión. No vamos aquí a discutir en detalle como desarrollar esa estrategia, pero sólo por apuntar algunas ideas, se necesita:
- discutir y definir el sistema de gobierno: papel de los diferentes usuarios, mecasnimos de control y toma de decisiones. Debemos recordar aquí una idea largamente repetida en este blog: modelos participativos donde los ciudadanos y empresas jueguen papeles activos han demostrado mayor eficacia que sistemas jerárquicos en la gestión ambiental.
- desarrollar un sistema de infromación ambiental que integre la monitorización de diferentes aspectos del ecosistema urbano (por ejemplo, calidad del aire y de las aguas, clima, etc). Esto implica desarrollar tanto sistemas de observación (combinando registros in situ con teledetección) como sistemas de gestión de la información y modelos de funcionamiento de los sistemas ambientales (por ej., modelos de difusión de contaminantes, modelos de funcioamento de los ecosistemas de interés, etc).
- en relación con lo anterior, la gestión de la información debe basarse en un sistema de información geográfica que integre la información sobre la monitorización ambiental con e inventario y cartografía de las infraestructuras y elementos urbanos. Lamentablemente todas estas necesidades están lejos de ser una realidad.
- identificar potenciales problemas ambientales (algunos se comentaron más arriba) y desarrollar planes de corrección y/o planes de contingencia para la respuesta rápida que permitan identificar las fuentes de impacto y su corrección
- identificar casos donde la restauración ecológica activa puede mejorar sustancialmente la calidad ambiental y merece el desarrollo de proyectos específicos.
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