Entre tanto debate sobre el matrimonio homosexual, creo que poca gente ha reflexionado sobre las razones últimas de la existencia del matrimonio como contrato "bendecido" por el estado. Creo que la principal razón de su existencia son los beneficios económicos que reciben aquellas parejas que deciden "firmar" ese contrato respecto a aquellos que mantienen sus sentimientos fuera del juzgado. Por supuesto existen también razones festivas o sociales, pero en el fondo subyace el subsidio económico del matrimonio.
Siempre he pensado que una alternativa a la generalización del contrato era su eliminación, dejando el matrimonio al ámbito estrictamente privado (incluyendo el religioso, donde si tiene razón de ser para aquellos que sean creyentes).
Por eso me ha gustado especialmente este artículo que defiende una postura muy similar:
Juventudes liberales con la privatización del matrimonio
La idea de que el Estado debe proteger la institución familiar es absurda. La familia no fue inventada por un subsecretario de estado, ni sus reglas obedecen a los decretos del BOE. Responde a convenciones sociales, necesidades y elecciones individuales muy anteriores. Pretender que un gobierno pueda fomentar o destruir la familia es una paranoia propia del intervencionismo conservador. Tampoco quienes deciden vivir fuera de la familia tradicional, en matrimonios homosexuales o en parejas de hecho deben buscar el respaldo del Estado a su forma de vida. Todo esto son elecciones personales en las que no debe intervenir el poder público.
Aunque apoya los matrimonios homosexuales desde un
punto de vista posibilista, Juventudes Liberales propone que los matrimonios y las parejas de hecho no sean reconocidos, registrados ni regulados por el Estado. Deben convertirse en acuerdos privados sin intervención pública en los que las partes decidan libremente. Es la única forma de acabar con todo tipo de discriminación y arrebatarles a los políticos una excusa más para su intervención.