Normalmente, cuando alguién tiene una idea empresarial la suele madurar en la más estricta intimidad y espera a tener todos los cabos bien atados para su lanzamiento público. Las razones son evidentes: evitar que alguien pueda copiarle el proyecto y adelantarse en lanzarlo al mercado. Los costes de esta forma de actuar son menos apreciados: se pierden oportunidades de interactuar y discutir con posibles usuarios, clientes, inversores o proveedores. El feedback de estos actores puede mejorar el proyecto y asegurar desde el inicio ciertos cabos que en un plan tradicional se deben contemplar sólo como hipótesis.
Martín Varsavsky está teniendo una iniciativa cuando menos sorprendente en su blog. Está contando el desarrollo de su plan de negocio para "crear un país wifi". Pretende constituir un proveedor de banda ancha mediante ADSL y wifi, FON es por ahora su nombre, y colaborar con los usuarios de banda ancha (que utilicen a FON o a cualquier otro proveedor) para crear la red de acceso que se podría utilizar para acceder a Internet y para telefonía móvil. El modelo de participación de los usuarios sería flexible, permiténdoles desde regalar su "exceso" de banda ancha (consiguiendo en contrapartida acceso en otras zonas facilitado por otros miembros de la "tribu") a vendérselo a otros usuarios. Además, parece que FON se aliará con otro proveedor ya existente, Air Bites, con el que comparte la visión del negocio.
Para mi el proyecto presenta algunas carcaterísticas que lo hacen especialmente prometedor, tanto como iniciativa empresarial como por su capacidad de cambio social:
- se centra en dar acceso barato y ubícuo a las poblaciones urbanas. Trata de solucionar el problema de la "última milla" y lo hace mediante tecnología wifi, la vía más eficaz y eficiente en estos momentos (mal que les pese a las empresas de telecomunicaciones poseedoras de los cableados). La brecha digital sigue existiendo, y no sólo entre el primer y el tercer mundo; se puede ver dentro de nuestras ciudades y las razones siguen siendo económicas y culturales ("cuánto vale y para qué vale"; FON puede solventar el cuanto que no es poco).
- tiene ánimo de lucro, no es una iniciativa altruista. De este modo sus propios promotores (y los mismos usuarios) serán los mayores interesados en su éxito y se desrrollará por iniciativa privada sin tener que apoyarse en apoyos (económicos o políticos) públicos, que al final se convierten en una debilidad.
- ataca de una forma directa, pero muy hábil, la estrategia de los actuales proveedores (en su inmesa mayoría dinosaurios de la época de los monopolios públicos en las telecomunicaciones). Estos proveedores tratan de sobrevivir evitando la competencia, o por lo menos restringiéndola a su campo de juego, y creando de esta forma una suerte de "anti-común". FON pretende que cada usuario, si lo desea, pueda re-utilizar el exceso de banda ancha con el que cuenta (y por el que paga a su proveedor, lo use o no).
- constituye un modelo empresarial próximo al "do-it-yourself" y al "open source". El desarrollo del plan de negocio y del propio proyecto se presentan como abiertos a la participación y colaboración de los usuarios de banda ancha. Podría parecer una ingenuidad, pero los creadores de la idea no son recién llegados a este mundo y parece que han valorado que los beneficios de esta forma de trabajar superan a los costes.
Vale la pena leerse con calma el artículo donde Varsavsky describe el proyecto y anima a los usuarios de banda ancha a participar. En otros artículos de su blog va poco a poco dando otros detalles de la iniciativa.