El tráfico en Ciudad de México es espectacular como visitante y desesperante como vecino.
Además del coste en tiempo que suponen las continuas congestiones, son una de las causas de los niveles de contaminación que sufre la ciudad, que la sitúan en los primeros puestos mundiales.
El gobierno municipal ha implantado desde hace unos años una medida que parece que ha sido bastante efectiva en cuanto a limitar la circulación (aunque sinceramente, parece increíble que el tráfico pudisese ser más denso antes). En concreto, según diversas conversaciones, los vehículos de menos de 5 años de edad pueden circular sin limitaciones pero aquellos más viejos ven reducidos sus días disponibles (se les prohibe la circulación un día a la semana si el auto tiene entre 5 y 10 años y dos días si es aún más antiguo). Según palabras de algunos taxistas, la medida ha sido muy efectiva por que se imponen multas muy cuantiosas y existe una fuerte vigilancia de su cumplimiento.
Hasta aquí todo parece correcto, pero no deja de ser paradójico que un gobierno municipal de izquierdas, PRD, impulse medidas que en realidad penalizan a las personas con menos ingresos, que son aquellos que tienen más difícil cambiar de coche con frecuencia.
Por tanto, la medida es técnicamente correcta (siempre que su control sea posible) aunque sólo ataca una parte del problema. La mayor parte de la población tiene bajo poder adquisitivo y sus automóviles tienden a contaminar más al ser más antiguos (la tecnología es menos eficiente y el uso provoca desajustes). Pero otra parte del problema, son los grandes vehículos (todoterreno, pick-ups, ...) que abundan en las calles de México DF. Estos vehículos son enormes para el estándar europeo (a su lado nuestros grandes todoterreno parecen pequeños utilitarios), con grandes motores de alto consumo (aunque sean muy eficientes). Pero son propiedad de vecinos de alto poder adquisitivo y suelen renovarse frecuentemente. Hasta donde conozco, no se ha aplciado ninguna medida contra este segundo problema.
Pero una cosa es la racionalidad técnica y otra la congruencia ideológica. Y en este caso, o la medida es incorrecta o los políticos que la aplican deberían revisar su ideología. Por supuesto, la medida es también criticable desde muchos otros puntos de vista, pero me interesaba aquí resaltar la incongruencia que muchas veces los políticos presentan entre la "gran ideología" y sus aplicaciones prácticas.
Este comentario está basado en conversaciones con gente de la ciudad (fundamentalmente taxistas); no he logrado encontrar información específica en Internet sobre el tema y puede que los datos concretos no sean precisos. Espero que los lectores mexicanos, que algunos tengo y disfrutan/sufren estas medidas, corrijan lo que consideren incorrecto y amplien la información.
Por cierto, respecto a la fuerte vigilancia, llama la atención la elevadísima densidad de policias en las zonas céntricas de la ciudad. Posiblemente sea una respuesta a la elevada inseguridad de la ciudad que limita su atractivo turístico. Vista la densidad de policías, puedo llegar a entender que sea posible el control de las medidas de regulación de tráfico, aunque a primera vista parezca una labor imposible en un océano de tráfico.
[La fotografía es de Ramón Muiño y fue tomada en la plaza de El Zócalo el viernes pasado].