Para Alfredo Romeo (Cambiando el mundo), Dean Kamen merece pasar a la historia como "uno de los personajes más importantes del siglo XX y XXI". A su historial de invenciones (con logros como la primera máquina de diálisis móvil, la primera silla de ruedas que sube escaleras o el Segway), hemos de añadir dos nuevas máquinas: una potabilizadora de agua y un generador de energía eléctrica. Ambas son relativamente baratas (entre 1000 y 2000 US$), pequeñas y fáciles de utilizar.
La potabilizadora tiene una capacidad de purificación de 1000 l por día (partiendo de agua de cualquier tipo de origen), mientras que el generador eléctrico funciona con excrementos de ganado y produce un kilovatio, suficiente para alimentar hasta 70 bombillas. Bien aplicadas, ambas tecnologías pueden suponer un cambio radical en las condiciones de vida de pequeñas comunidades con escasos recursos. Por esta razón estoy totalmente de acuerdo con Alfredo.
Pero sobre todo, el cambio radical se debe a que estas innovaciones permiten un modelo de desarrollo basado en proyectos de pequeña escala gestionados por emprendedores locales. Por tanto, plantean alternativas muy alejadas de las grandes y costosas infraestructuras, difíciles de operar y necesitadas de financiación y conocimiento externos. Lo realmente revolucionario de las innovaciones de Kamen es su alianza con Iqbal Quadir, el fundador de Grameen Phone. De hecho, el lanzamiento comercial de las invenciones de Kamen está recibiendo atención de la prensa (Technology Review lo anlizó en Octubre de 2005), y en particular de la prensa económica como Business 2.0.
So much so in fact that Quadir's startup, Cambridge, Mass.-based Emergence Energy, is negotiating with Kamen's Deka Research and Development to license the technology. Quadir then hopes to raise $30 million in venture capital to start producing the power machines.
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The real invention here, though, may be the economic model that Kamen and Quadir hope to use to distribute the machines. It is fashioned after Grameen Phone's business, where village entrepreneurs (mostly women) are given micro-loans to purchase a cell phone and service. The women, in turn, charge other villagers to make calls.
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Quadir is going to try and see if the machines can be produced economically by a factory in Bangladesh. If the numbers work out, not only does he think that distributing them in a decentralized fashion will be good business -- he also thinks it will be good public policy. Instead of putting up a 500-megawatt power plant in a developing country, he argues, it would be much better to place 500,000 one-kilowatt power plants in villages all over the place, because then you would create 500,000 entrepreneurs.
El propio Kamen resume perfectamente la idea: "In the 21st century, water will be delivered by an entrepreneur". Junto con la innovación tecnológica, se ha buscado un modelo de negocio rentable y realista pensando en el mercado objetivo (lo cual incluye la producción, distribución y operación de los productos). Esta forma de aproximarse al problema del desarrollo contrasta con el famoso proyecto del portátil de 100 US$ que Nicholas Negroponte y el Media Lab del MIT consiguieron colocar en primera página de muchos medios y debates hace unos meses. En su momento critiqué el proyecto, no tanto por la tecnología como por los otros problemas que no se discuten, precisamente los mismos que ahora Kamen y Quadir colocan en el centro de su agenda.
Negroponte y el MIT tienen una buena oportunidad de aprender de esta otra experiencia o, preferiblemente, licenciar su producto a Quadir u otros emprendedores. De este modo podrían lograr que el portátil costase realmente 100 US$ (sin incluir las ayudas intrenacionales), llegase a las comunidades pobres y fuese utilizado convirtiéndose en un producto realmente rentable y, por tanto, con un efecto real en el desarrollo de las comunidades pobres.
[Worldchanging también ha comentado el proyecto y la alianza Kamen - Grameen Phone.]