Los bienes públicos siempre están en el ojo del huracán. Unos los critican por que conducen necesariamente a la tragedia de los comunes; otros se lamentan de que se encuentren en peligro de extinción por la amenaza del capitalismo y las grandes corporaciones. Creo que ambos se equivocan: los primeros al confundir bienes públicos con acceso abierto; los segundos al confundir bienes públicos con propiedad pública (estatal).
Las sociedad y los sistemas económicos evolucionan y, por tanto, aunque los bienes públicos siguen estando vigentes y siendo necesarios, necesitan repensarse y redefinirse. Eso ha hecho Jim Moore senior fellow del Berkman Center for Internet and Society en Harvard en su post Business Ecosystems and Public Goods:
Of particular interest is understanding the business ecosystem organizational form, which interpenetrates and shapes co-evolution among markets and companies. This form of organization creates powerful public goods, including technical standards, coopetition among companies, and an industry structure that can be wildly participatory, open and global. Consider the open source movement, and open source projects.
Nada que ver con la idea tradicional de bien público. En este caso surge por la complejidad de interacciones entre actores libres en un sistema abierto, competitivo y colaborativo (como lo es la propia naturaleza humana). Tan enemigos son de los bienes públicos las grandes corporaciones que tratan de lograr monopolios u oligopolios. como los defensores de la propiedad intelectual y copyright restrictivos, o los estatistas que tratan de "preservar" espacios a la libre iniciativa privada.