"Las ciudades" (sus gobernantes y grupos de presión y/o poder) suelen buscar constantemente grandes proyectos con los que dinamizar la vida social y económica del entorno urbano.
En Mayo de 2004, Alfredo Romeo publicó Ejes de las ciudades vivas, donde comentaba un artículo de Alfons Cornellá en Infonomía (No hay ciudad viva sin una visión global e innovadora) que se basaba a su vez en un informe de la Oficina del Primer Ministro Británico (Competitive European Cities: Where do the Core Cities Stand?). Según este informe y Cornellá, las claves de las ciudades del futuro serían:
• La diversidad de su economía (que no sea un monocultivo)
• Una población laboral bien formada
• La conectividad (la capacidad de mover átomos, transporte, y bits, telecomunicaciones)
• La capacidad de implementar proyectos estratégicos de largo plazo
• La innovación de las empresas y organizaciones de la ciudad
• La calidad de vida (social, cultural y ecológica).
En este contexto el urbanismo, entendido en sentido amplio (y no sólo ni principalmente como arquitectura) jugaría un papel central:
Una ciudad en la que sus agentes (personas y empresas) no son capaces de absorber la creatividad e innovación de sus ciudadanos (una ciudad “conservadora” en sus formas y funciones) es una ciudad sin futuro, porque la externalización a terceros países del tejido productivo hace que sólo se podrá competir inventando cosas nuevas, consumiéndolas, y exportándolas.
Ahora, Alfredo Romeo ha recuperado estas ideas para hablar en general de La capacidad estratégica de las ciudades y en particular de su ciudad, Córdoba. Critica el hecho de que diversos proyectos estratégicos se encuentren paralizados poniendo en peligro el futuro económico y social de Córdoba:
Córdoba, para llegar a ser una ciudad competitiva, no sólo hace falta que tenga una infraestructura de conectividad, ni una población laboral bien formada, entre otras cuestiones, sino que la capacidad de implementar proyectos estratégicos a largo plazo es vital para asegurar nuestro futuro. Ésto es lo que nos hace falta en Córdoba, que nos demos cuenta, lo que un día de retraso en un proyecto de esta envergaudra, supone en términos de desarrollo socio-económico para el conjunto de la ciudad.
El caso de Córdoba es paradigmático de muchas ciudades españolas. Todos estos proyectos son grandes infraestructuras o incluyen grandes infraestructuras como elemento fundamental (aeropuertos, centros logísticos, parques tecnológicos, palacios de congresos, recintos feriales, ...). Los retrasos son ya también casi consustanciales con las infraestructuras urbanas en España.
Comparto la visión de Alfredo Romeo y de Alfons Cornella de un urbanismo que acompañe a la creatividad e innovación ciudadana generando las herramientas y los escenarios que se precisen en cada momento. Por desgracia la visión de los gobiernos municipales y otros grupos de presión urbana es bastante distinta. Buscan proyectos que provoquen cambios radicales en las ciudades; actúan con una visión paternalista hacia su propia población (que por cierto, en la mayoría de casos, acepta esa relación de poder y se convierte en demandante continua y acrítica de nuevos proyectos que les permitan mantener o mejorar su modo de vida).
Llegados a este punto cabe preguntarse si las ciudades necesitan realmente planes estratégicos. Las empresas, las organizaciones, incluso las personas que viven en una ciudad necesitarán planes estratégicos; pero ¿deben "las ciudades" reproducir este mismo comportamiento?. Al final la estrategia de las ciudades se debe traducir en proyectos a menor escala, generándose dos problemas: que los proyectos de las ciudades entren en conflicto con los de ciudadanos individuales y organizaciones, o que los proyectos de los ciudades sean poco útiles. Un tercer problema, posiblemente el más grave, puede ser el efecto psicológico que hace que se transfiera la responsabilidad de creación de riqueza y desarrollo desde las personas a las instituciones. A esto debemos añadir que, en general y al menos en España, los responsables políticos no suelen contar ni con la experiencia ni con los conocimientos ni con la visión precisos para diseñar y gestionar los proyectos adecuados.
¿Hasta donde debe "la ciudad" dirigir la estrategia de su entorno urbano?. ¿Por qué las grandes infraestructuras son fundamentales en los proyectos municipales?: ¿iconos de poder político o creación de condiciones para el desarrollo de proyectos?. ¿Hasta que punto es importante la dependencia psicológica de estos grandes proyectos por parte de la ciudadanía?.