[Este es un post atípico, mezcla impresiones personales y no incluye ningún enlace. Podría haber muchos, pero creo que no son necesarios ...]
Vivo en Coruña, una ciudad media del noroeste español con una historia similar a la de muchas otras ciudades españolas. En las décadas de 1960 y 70 Coruña sufrió un crecimiento espectacular y desordenado con la llegada de gentes del medio rural, muchas veces de lugares situados a pocos kilómetros del núcleo urbano, pero a gran distancia en términos culturales, sociales y económicos. Se crearon nuevos barrios, construidos desde cero y con escasa o nula planificación.
Hoy quería contar aquí la historia de dos de esos barrios que sólo los "nativos" conocerán (y seguramente muchos de ellos nunca habrán visitado). Pero esta historia, la de sus responsables y las consecuencias de sus decisiones ilustran a la perfección algunas de las incongruencias del urbanismo y la políticas locales españolas.
Los orígenes. El pasado
El barrio del Agra del Orzán responde al prototipo de barrio preiférico de aluvión, responde casi al modelo de squattercity pero con cemento y derechos de propiedad. Creció en pocos años sin ningún tipo de planificación, con calles estrechas, sin zonas verdes y casas baratas y de mala (pésima) calidad. Los edificios se habitaban años antes de que se asfaltasen las calles, los servicios públicos más elementales no existían hasta muchos años después. Así, el barrio se ocupó con una población inmigrante que provenía de las zonas rurales gallegas. En los años 80 sufrió los mismos problemas que otros muchos barrios de este tipo: degradación de las escasas infraestructuras, delincuencia, tráfico de droga, ...
El Barrio de las Flores nació al mismo tiempo que él del Agra del Orzán, también era periférico, también fue ocupado por población inmigrante y de escasa capacidad económica. Pero aquí se acaban las similitudes. El Barrio de las Flores fue el fruto de una esmerada planificación urbana. Fue diseñado de acuerdo con las tendencias más modernas del urbanismo de esas décadas. De hecho, su diseño recibió premios de arquitectura y reconocimiento nacional e internacional. Por supuesto, al final eran viviendas de protección oficial o, simplemente, destinadas a compradores pobres, y por tanto la calidad de la construcción fue pésima (pero en esto si que ambos barrios la historia es muy parecida). El barrio de las Flores estaba perfectamente planificado, con espacios de uso perfectamente definido (aquí locales comerciales, allí un pequeño parque para la reunión de los vecinos), con zonas verdes, con servicios públicos. Al final se consiguió un diseño "cerrado" conceptual y físicamente (los usos estaban ya predifinidos pero los espacios estaban también perfectamente acotados por un laberinto de muros, rampas, calles interiores). Era la "norma" de la época; para algo los urbanistas habían estudiado modelos urbanos por medio mundo y habían teorizado sobre que y como debía ser una ciudad.
La historia del Barrio de las Flores en los años 80, a pesar de todos los esfuerzos de planificación, fue muy similar a la del Agra del Orzán: degradación (la calidad de la construcción también era mala), delincuencia, drogas, ... Pero aún así la situación no era tan crítica. Mientras el Agra del Orzán era el ejemplo perfecto de barrio perdido y conflictivo por el que era mejor no pasar, el de las Flores pasaba más desapercibido.
Llegaron los 90 y el siglo XXI. A la inmigración rural le siguió la africana, la latinoamericana y la asiática. La economía se abrió, la sociedad se liberalizó. Incluso en un sitio tan tradicional y conservador como Galicia, ocurrieron cambios de este tipo y en Coruña y, sobre todo en algunos barrios, estos cambios fueron muy importantes.
El presente
Curiosamente, al Agra del Orzán las cosas no le han ido tan mal. Abandonado por las instituciones, sus densas calles se han acabado llenando de actividad comercial, que abarca todo tipo de clientes: desde tiendas caras a un ecosistema de "todos a 100" y "chinos" que ofrecen todo tipo de productos a vecinos de lo más diverso. Las calles son el escenario de una gran diversad de actividades económicas y de modos de vida. La delincuencia y los problemas de drogas se redujeron apreciablemente. Los emigrantes se hacen sentir aquí mucho más que en cualquier otro barrio. Y los precios de las viviendas han crecido espectacularmente, como en el resto de la ciudad; incluso aquellas viviendas de tan mala calidad de los años 60 y 70 han alcanzado precios impensables hace poco tiempo. Por supuesto, siguen sin existir zonas verdes, los servicios públicos siguen siendo malos, y los problemas de tráfico son asfixiantes. Pero, en conjunto, el barrio es mucho más vital y dinámico que hace 30 años. Al pasear por sus calles se percibe que el barrio y sus vecinos tienen un futuro.
¿Y el Barrio de las Flores?. Degradado y muerto económica, social y culturalmente, las instituciones públicas y las organizaciones ciudadanas proponen y reclaman estos días nuevos planes para su revitalización. Los negocios no ocuparon las zonas comerciales que se les habían reservado; los vecinos no adaptaron su estilo de vida a aquel que el diseño urbano les ofrecía. La perfecta ordenación de espacios se convirtió en un auténtico laberinto que impedía la entrada de "extraños" bien caminando (la "navegación" interior es una tarea reservada a los experimentados vecinos) bien en automóvil (su uso interior es prácticamente imposible para preservar la calidad de vida). Al no llegar extraños, la actividad comercial no resultaba rentable y desapareció rápidamente. Al desaparecer la actividad comercial (por supuesto nadie pensó que en el barrio debieran existir otro tipo de actividades económicas), desapareció la vida en las calles, que se vieron ocupadas por grupos marginales haciéndolas inseguras. Y así, los vecinos acabaron encerrándose en sus casas de mala calidad sin poder "disfrutar" de los espacios comunes que se habían diseñado para ellos. Por supuesto, sigue habiendo muchos espacios verdes, el tráfico no es un problema (para algunos empieza a ser un deseo), y los precios de la vivienda han crecido sólo moderadamente. La delincuencia parece ser un problema crítico y las portadas de la prensa local se han llenado esto fin de semana con la noticia de la última redada que ha localizado a más de 40(!!) "jóvenes gamberros y/o delincuentes".
La moraleja (que nadie aprenderá)
El experimento "Barrio de las Flores" ha fracasado. Todo el mundo está de acuerdo. Pero, increíblemente, nadie parece plantearse que la cuidada planificación y el proyecto urbanístico sean los principales (únicos?) culpables. Estos días se acusa a las instituciones públicas de falta de inversión, de falta de proyectos. Las soluciones ya se han anunciado y todo el mundo parece estar contento: inversión pública para regenerar el barrio tanto en sus infraestructuras como en su actividad económica y social. Nuevos proyectos urbanísticos, nuevas soluciones arquitectónicas.
Los planificadores se equivocaron: no acertaron en sus previsiones de la densidad de población, ni de su estructura demográfica, ni de su estructura socioeconómica, ni de los servicios que iban a demandar, ni de los tipos de actividades económicas que surgirían. Pero, ¿cuál fue el error?, ¿el fallo en las previsiones? o ¿el hecho mismo de empeñarse en planificar el futuro?.
El experimento "Agra del Orzán" nunca existió; no interesa, nadie podría colgase la medalla. Y es una pena, por que sería una buena oportunidad de obtener un éxito a coste cero. No hubo inversión, no hubo planificación. Sólo gente en un nuevo espacio expuestos a la "especulación urbanística", que salieron adelante por su cuenta, sin la protección oficial. Un espacio "indefenso" que pudo ser ocupado por nuevos vecinos de los orígenes más diversos. Un espacio desregulado donde se pudo emprender, se abrieron bares, talleres, oficinas, ... donde esos nuevos vecinos, y los viejos, consumían.
AVISO: viví por muchos años en el Agra del Orzán, sufrí los años malos y me marché antes de que el barrio empezase a cambiar. Sigo visitándolo periódicamente y sigo sin entender por que nadie parece fijarse en este "éxito" de los vecinos, será que soy un sentimental ...