Los últimos días he escrito varios posts sobre innovación, y en particular algunos con ideas sobre su gestiónarla en las organizaciones. En particular en el último me preguntaba si se necesitaban figuras especiales dentro de las empresas ("chief innovation officiers") que actuasen como "puente entre departamentos o áreas de conocimiento y enriquecen el trabajo de los especialistas de diferentes grupos, conectando conocimientos e ideas para generar innovaciones reales".
Julen Iturbe, el "consultor artesano", ha partido de mis desordenadas ideas y ha hecho un magnífico trabajo al plantear cinco modelos para organizar la innovación en la empresa. Resumo aquí las ideas generales pero conviene leerse el post completo para comprender en su globalidad los pros y contras que Julen le plantea a cada modelo. Las opciones son:
- Formalizando la actividad en un puesto o área.
- Reconociendo expresamente este tipo de actividades mediante los sistemas de reconocimiento vigentes en la empresa.
- Implantando indicadores que apunten en esta dirección.
- Incorporando esta variable en la selección de personas para puestos críticos (es decir que la innovación sea transversal a la organización y esté presente en aquellos lugares importantes).
- Desarrollando una red activa con otros agentes claramente innovadores.
El propio Julen indica que ninguna de estas vías es excluyente y posiblemente la mejor opción sea tratar de combinar lo mejor de cada aproximación. Desde mi punto de vista las opciones 4 y 5 son críticas para las organizaciones horizontales propias de la economía del conocimiento. Las 2 y 3 serían instrumentos para la evaluación e incentivación del trabajo de los profesionales de la organización, siempre que se utilicen bien a modo de incentivos reales (y no como una nueva necesidad burocrática o como incentivos perversos al diseñarse o utilizarse mal). El modelo 1 no es más que la creación de departamentos de I+D+i o similares, de utilidad limitada (y restringida a la innovación en productos) en mi opinión en empresas en que los mercados evolucionan demasiado rápido para la capacidad de generación de nuevas ideas de modo endógeno y planificado.
Además de Julen, Mario López de Avila ha dejado un comentario muy atinado a mi post sobre los responsables de innovación. En su opinión, esta figura podría caer en lo que para mi es una de las amenzas: un nuevo actor rutinario que introduce una nueva capa de burocracia y que finalmente puede convertirse en un estorbo más que un facilitador y conector. Mario recuerda como en los últimos 20 años la idea de calidad se ha burocratizado en muchas empresas al crear Directores de Calidad y comenta un estudio que muestra como las empresas líderes en este tema están modificando su modelo de gestión:
... la mayoría de las empresas líderes en el movimiento de Calidad Total están "amortizando" esos puestos, descentralizando la función e "impregnando" a toda la organización con la responsabilidad, autoridad y competencias asociadas al mismo. En definitiva, la figura ha dejado de ser necesaria en esas empresas, puesto que, al fin, la Calidad se ha convertido en trabajo de todos.
Gracias a Julen y Mario por sus ideas y por demostrar en la práctica la verdadera naturaleza y valor de los blogs: a partir de algunos posts se generan nuevas ideas que mejoran y enriquecen considerablemente el original.