La mayoría de las ciudades están reguladas por códigos constructivos. Si coge una ciudad como Nueva York, con normas sobre retranqueos y demás, también hay una refrescante ausencia de control estético. La falta de control no resulta necesariamente en una ciudad fea. De hecho ese tipo de ciudades es donde se han construido los edificios más emblemáticos de nuestro tiempo. En Nueva York, por ejemplo, la convivencia entre el Empire State, el edificio Chrysler o el Seagram no se da porque una "policía del gusto" lo haya decidido. Creo que ahí hay una lección.
Norman Foster, entrevistado en Babelia, El Pais.