Una visión alternativa de la sostenibilidad: mecanismos de mercado en la gestión y conservación de los recursos naturales
[Documento de trabajo preparado a partir de diferentes contribuciones previas publicadas en este blog y material original] (versión pdf completa)
- Las limitaciones de la iniciativa pública. Alternativas basadas en derechos de propiedad y sistemas de mercado
- Los mercados de bienes y servicios ecológicos, la sostenibilidad y los movimientos ecologistas
- Ejemplos de iniciativas privadas y sistemas de mercado para la conservación
- Galicia: un futuro ambiental alternativo (y realmente sostenible)
3. Ejemplos de iniciativas privadas y sistemas de mercado para la conservación
Presentaremos aquí diversos ejemplos que ilustran como diferntes tipos de iniciativas privadas y sistemas de mercado han logrado efectos positivos tanto para la conservación ambiental como para la calidad de vida de las poblaciones afectadas.
3.1. Subastas como iniciativas privadas para la conservación de la biodiversidad
Recientemente pudimos asistir a una iniciativa absolutamente innovadora de conservación de la biodiversidad: Sotheby's ha organizado una subasta para la plantación de un árbol en peligro de extinción, los pinos Wollemi, originarios de Australia. La idea es que aquellos individuos u organizaciones interesados por su conservación participarán en la puja para aportar fondos para su conservación (mediante la plantación y cuidado de nuevos ejemplares). Más allá de la curiosidad, constituye quizás una de las primeras iniciativas de este tipo, introduciendo un mecanismo de mercado novedoso en este ámbito.
Además esta subasta tiene un segundo interés dado que constituye un método directo de estimación del "aggregate willingness to pay", un método que se emplea habitualmente en economía ambiental para estimar el valor de bienes o servicios que no son comercializados. La versión habitual de este método estima mediante encuestas la propensión de la población a pagar para la conservación de un determinado recurso ambiental, y ha sido criticado por que la respuesta de un individuo a una encuesta sobre cuanto estaría dispuesto a pagar puede ser muy diferente (normalmente mayor) a lo que realmente pagaría si se enfrentase a esa situación. Las subastas sitúan a los potenciales financiadores ante la realidad y por tanto los resultados deberían ser mucho más realistas.
3.2. Las compras de tierras por ONGs
En Estados Unidos es frecuente entre las organizaciones conservacionistas, en particular The Nature Conservancy (TNC), la compra de tierras (o de sus derechos de desarrollo) para dedicarlas a la conservación de la naturaleza. Este tipo de iniciativas es apoyada por los defensores del "ecologismo de libre mercado" que apoyan sistemas de mercado para la gestión de la naturaleza.
Pero este sistema se enfrenta a una la legislación sumamente compleja que permite opciones de intercambio (directo o indirecto) de territorios y/o derechos de uso. Por ejemplo TNC compra derechos de desarrollo a cambio de la venta de derechos de emisión de CO2 a grandes corporaciones. El resultado final es que TNC logra sus objetivos prioritarios (la conservación de determinados territorios) a cambio de otros objetivos ambientales que se ven perjudicados (por ejemplo la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero). Por otra parte, las compras de tierras para su conservación cuentan con incentivos fiscales que están siendo criticados dado que la reducción de impuestos supone un incentivo para este tipo de iniciativas que finalmente pueden no traducirse en un efecto neto positivo sobre la conservación global de la naturaleza.
Posiblemente la utilización de un análisis coste-beneficio global podría permitir una evaluación más objetiva de este tipo de iniciativas que el análsisis puntual (uno a uno y aisladamente) de cada proyecto y/o regulación. Los ecosistemas se conforman por los flujos en el espacio y en el tiempo de materiales, energía y organismos, por lo que la conservación casi "in vitro" de uno de sus componentes tiene escaso sentido ecológico aunque puede cubrir las expectativas políticas de algunas organizaciones.
3.3. La gestión privada del agua
Aunque el agua se suele considerar un recurso escaso, a nivel global no es por si misma un recurso escaso, pero si se percibe como escaso debido a los problemas de gestión. La polémica suscitada por los planes de desarrollo urbanístico en el litoral español ha colocado la gestión del agua en el foco de atención de la sociedad. La reciente implantación de desaladoras representan un cambio sustancial en el modelo de gestión, dado que demuestra que es posible suministrar agua de forma sostenible y bajo iniciativa privada en zonas áridas costeras. Por el contrario los planes hidrológicos basados en grandes infraestructuras y trasvases representan un modelo que sólo es posible por iniciativa pública y en que es difícil (pero no imposible) la repercuesión de los costes reales a los usuarios. La alternativa basada en las desaladoras puede ser objeto de una iniciativa a pequeña escala y puramente privada, y la repercursión de costes es mucho más sencilla económica y técnicamente. De este modo, un problema de escasez se puede transformar en un problema de asignación eficiente.
Un reciente artículo sobre los resultados del proceso de privatización de la gestión local del agua que se inició en los 90 en Argentina (S. Galiani, P. Gertler y E. Schargrodsky, 2005. Water for Life: The Impact of the Privatization of Water Services on Child Mortality, Journal of Political Economy, Vol. 113, 2005, pp.83-120) ha analizado estadísticamente el efecto de la privatización en diversos parámetros que miden la calidad del suministro y del agua que llega a los usuarios. Sus resultados indican que la calidad del servicio mejoró tras la privatización. Además, esre estudio contrastó la hipótesis de que la privatización mejora la salud pública (medida a través de un indicador clave como es la mortalidad infantil). Sus resultados son de nuevo claros: la mortalidad se reduce un 8% tras la privatización (comparando series temporales de municipios con gestión pública y privada y controlando otras covariables) y esta reducción es mucho mayor en zonas de bajos ingresos (para los sectores sociales más pobres la reducción es mayor del 20%, para los más ricos no se produce una reducción relevante estadísticamente).
Las conclusiones de este estudio son especialmente importantes para el diseño de políticas de gestión de recursos naturales en países en desarrollo, y marcan una tendencia opuesta a la que en muchos casos se defiende desde el mundo desarrollado. Los países ricos se "pueden permitir" una gestión ineficiente dado que pueden cubrir sus deficiencias con inversiones privadas (para asegurarse la calidad del agua), pero para los pobres es una cuestión de supervivencia.
Otros ejemplos de mecanismos de mercado que están demostrando su eficacia en la gestión sostenible de los recursos hídricos son aquellos basados en seguros privados para cubrir riesgos naturales o el desarrollo de productos financieros específicos. El pago con fondos públicos por los daños a cosechas es, no nos olvidemos, una forma de subsidio. Una alternativa mucho más simple es utilizar los seguros privados para cubrir estos riesgos naturales. Esta solución sería suficiente si la actividad agrícola fuese rentable por si misma, pero en la situación actual puede no ser así para muchos tipos de cultivos (que en realidad sólo son “rentables” gracias a los subsidios, y por tanto existe un escaso incentivo para cubrir riesgos con inversiones propias).
Por último, se ha sugerido recientemente la creación de bancos de agua. Estos bancos permitirían la asignación de recursos hídricos en función de su abundancia y de la demanda, de modo que en situaciones de sequía serían los usos urbanos e industriales (que pueden pagar un precio superior) los que usarían preferentemente los recursos, pero los beneficios generados permitirían pagar a los otros usuarios del agua, agricultores, dispuestos a pagar menos (dado que sus expectativas de beneficios son inferiores). Esto significa la definición de derechos de propiedad explícitos incluyendo un mercado que permita una asignación eficiente del agua. Pero, tomemos la idea de bancos de agua con cuidado; se habla mucho de ellos pero se pueden implementar de muchas formas y con consecuencias muy diferentes.
Por supuesto, en paralelo, deben seguir avanzando el conocimiento científico de la dinámica de los recursos (especialmente el funcionamiento de los acuíferos para poder entender los límites de su uso sostenible) y la tecnología (para regeneración y desalación).