[Como bien dice su impulsor, este es un post a cuatro manos y dos cerebros: Ramom Nogueira y yo mismo]
¿Qué son?
Los business angels (ba) fueron
emprendedores de éxito convertidos en inversores privados que dedican su
conocimiento, experiencia y capital a invertir en nuevos proyectos
empresariales. Además existen muchos inversores ocasionales que, aunque actúan puntualmente
como ba, no lo hacen sistemáticamente
con una búsqueda activa de proyectos empresariales en donde invertir, sino en
forma de inversión esporádica cuando surge una ocasión que consideran
interesante.
Las business angel networks (bans)
son los vehículos por los que normalmente canalizan los proyectos los business angels “profesionales” y ocasionales.
Las bans tienen como objetivo agilizar e incrementar el proceso de
búsqueda y lanzamiento de proyectos y proporcionar una masa critica de
proyectos y empresas para invertir. Además las bans permiten preservar el anonimato de muchos inversores que así
lo requieren.
Las bans son el complemento experto, financiero y gestor que el
emprendedor necesita cuando desea pasar de la visión a la acción pero aún no ha
llegado a “hacerse visible” para el capital riesgo.
¿Cómo se organizan?
Las formas organizativas y jurídicas actuales de los bans van desde un club informal sin estructura
jurídica de ningún tipo, a un sitio web en internet, una asociación, fundación
o sociedad mercantil.
Según su objeto pueden ser generalistas o especializadas
temáticamente. Son las especializadas las que aportan mayor valor a los
emprendedores y a los propios ángeles. Un ecosistema amplio y diversificado de bans especializadas es la mejor opción
para adaptarse a las necesidades de cada proyecto, aportando al mismo tiempo
una enorme capacidad creativa e innovadora a la sociedad.
Según su titularidad pueden
ser públicas o privadas. La experiencia
de otros países con más tradición en bans
nos demuestra que las públicas no funcionan dado que:
- Sus gestores no son verdaderos emprendedores que puedan aportar su experiencia de primera mano. Además no se juegan sus propios recursos con lo que sus incentivos son menores o inexistentes. Como consecuencia no generan valor añadido ni la confianza necesaria.
- Tristemente, en
muchos casos se convierten en un medio para justificar subvenciones y el trabajo de sus gestores
que mas que como business angels (que
no lo son) actúan como venture capitalists
que cobran sus tarifas independientemente del resultado de las operaciones.
- Por último es
cuando menos curiosa la doble imposición social de las bans públicas, dado que cobran tarifas mientras se financian con
dinero público procedente de nuestros impuestos.
Por el contrario, existen
muchas evidencias de que las bans
privadas si funcionan, y si no lo hacen son los propios ba los que sufrirán las consecuencias en un proceso globalmente positivo,
dado que sólo las que aporten más valor permanecerán.
Desgraciadamente, en Europa
parece que el modelo a seguir es el público, y las consecuencias son evidentes.
En Estados Unidos el modelo es privado y el contraste es claro: ¿por qué surgen
los Google, Amazon o eBay en EEUU?
[excepciones europeas como Skype
surgen precisamente en países que no miran precisamente a sus vecinos y por
emprendedores que trabajan con inversores privados y no entran en la burocracia
del capital riesgo público].
Guste o no, la actividad
emprendedora y la creación de empresas son procesos capitalistas. En muchas
ocasiones parece que Europa trata de reinventar el capitalismo sin creer en sus
mecanismos, y al final se engendran inventos más propios de una economía
planificada de tipo soviético. Pero que no funcionen las bans públicas no significa que “lo público” no deba jugar ningún
papel.
¿Para qué sirven?
Las bans hacen operativas dos de las “palabras mágicas” que todo el
mundo defiende como base del desarrollo económico y social pero que nadie
parece saber como hacerlas realidad: innovación y "poner en valor".
Dicho de otro modo, sacan a
la palestra no solo capital sino recursos que muchos emprendedores exitosos
mantienen ociosos: el talento, la experiencia, y las redes de contactos de los
inversores, que son tanto o mas importantes que el capital financiero. De este
modo se generan muchas veces sinergias con los emprendedores / empresas, pero
también con otros ba, venture capitalists, otros emprendedores,
etc.... Este proceso se traduce en la creación de valor, riqueza y empleo.
¿Cómo deberían ser?
Si se quieren capitalizar
todos estos recursos para generar empresas, trabajo y riqueza en general, el
futuro será el de las ban
especializadas segmentadas por sectores, geográficamente, y por volumen:
- bans
especializadas en todos los sectores y negocios (desde bans de transportistas a bans
del sector agrícola; existen muchas oportunidades más allá de las nuevas
tecnologías o, visto de otro modo, las nuevas tecnologías son la mejor vía para
innovar y aportar valor a los sectores tradicionales).
- bans capilarizadas, con vinculaciones verticales y laterales entre los diversos actores, y que conecten a las 4F (family, friends, founders and fools) con el capital riesgo. Las bans se convierten en nodos clave que articulan redes donde se consiguen sinergias que no son posibles de ninguna otra manera.
- bans especializadas: nadie invierte en algo que no conoce ni entiende y, además, un emprendedor necesita la confianza que le da un historial profesional, la experiencia, el feeling, y la visión del angel (“más sabe el diablo por viejo que por diablo”).
- Sólo podemos tener masa crítica si logramos que florezcan miles de bans. Sólo con esa masa crítica tendremos miles de nuevas empresas. Cada nueva empresa es una oportunidad, y sólo si tenemos miles de empresas contaremos con la capacidad suficiente para ser exitosos en el proceso de creación destructiva que sustenta el crecimiento económico. Del mismo modo que la evolución “necesita” diversidad biológica sobre la que pueda actuar la selección natural, la economía “necesita” diversidad empresarial sobre la que actúe la competencia.
- Pero además, un
sistema de este tipo generará un nuevo marco de referencia en el que puedan
inspirarse inversores y emprendedores /
empresas. Una vez se alcance una masa crítica el sistema se retroalimentará
positivamente.
¿Qué deberían hacer las administraciones?
Muchas cosas muy
importantes, pero ninguna debería pasar por crear bans públicas (o pseudos-públicas, que bajo una apariencia de
iniciativa privada se sustentan en subvenciones).
Por tanto, lo primero que
debería hacer la administración pública es algo en negativo: abandonar la política
de subvenciones por una política más
activa y menos intervencionista. Las subvenciones, aunque pueden ser políticamente
muy rentables en el corto plazo, no son más que un espejismo y suponen un engaño
social poco rentable social, económica y políticamente en el largo plazo, al
posponer (y casi siempre agravar) un problema sine die. Las subvenciones sólo
son útiles para perder tiempo y dinero, y sobre todo time to market. Puede parecer dura la afirmación, pero sólo
asumiendo esta realidad estaremos en condiciones de empezar a trabajar en la
dirección adecuada.
Antes de pasar a la acción, los
gestores públicos deben comprender
el sistema: las motivaciones tanto del ba
como del emprendedor:
- ¿Por qué un emprendedor dedica tiempo, trabajo y dinero a emprender? ¿Por qué asume riesgos en lugar de marcarse como objetivo el ser funcionario.
- ¿Por qué un
inversor con una posición acomodada se va a meter en camisas de once varas?
¿Por qué no dedica su capital a financiar proyectos más seguros en otros países?
¿Por qué no dedica su tiempo a “disfrutar” de modo que sus conocimientos y
contactos no sean movilizados?
Puede parecer difícil encontrar respuestas a
estas preguntas (y más para un gestor público que nunca ha creado una empresa),
pero existen y los emprendedores y ba
son la prueba empírica. Sólo una vez se entiendan las razones se podrá hacer
algo realmente efectivo para motivarlos.
La fiscalidad es la herramienta fundamental con la que cuenta la
administración pública para incentivar a emprendedores y bans. En este ámbito se deberían articular vehiculos jurídicos con
ventajas fiscales tipo SIMCAV / Fondo de Capital Riesgo para inversores
cualificados al estilo americano. Estas fórmulas deberían permitir participar con cuantías mínimas
razonables que no impidan la entrada de pequeños inversores que aportan, además
de capital financiero, conocimientos, contactos y experiencia. Estos
instrumentos deben asimismo contar con una estructura muy flexible que permita
traspasar activos financieros a los distintos proyectos.
En resumen, las políticas públicas son importantes como soporte y garante de la capacidad de la iniciativa privada para organizarse y crear riqueza. Para ello, en lugar de convertirse en inversor actuando como juez y como parte, debe rebajar barreras de entrada y rigideces en el sistema.
ACTUALIZACIÓN (23 Mayo 2006): Publicado también en Madri+d y en Web Capital Riesgo (post previo aquí).