Juan Ruiz, el Arcipestre de Hita, comprendió en el siglo XIV que el verdado valor de la cultura estaba en su libre difusión, reutilización y remezcla por cualquier usuario. Con esa filosofía escribió El libro de buen amor, un clásico que se convirtió en best-seller (¿por qué ahora se creen incompatibles?). Lo recuerda Daniel Bellón, en Islas en Red (Una licencia GPL del Siglo XIV):
De cómo dice el arçipreste que se ha de entender su libro.
[…]
Qualquier omen, que lo oya, si bien trovar sopiere,
puede más y añadir et emendar si quisiere,
ande de mano en mano a quienquier quel’ pidiere,
como pella a las dueñas tómelo quien podiere.
Pues es de buen amor, emprestadlo de grado,
non desmintades su nombre, nin dedes refertado,
non le dedes por dineros vendido nin alquilado,
ca non ha grado, nin graçias, nin buen amor complado.Traducción:
Cualquier hombre que lo oiga, si bien trovar supiese
puede aquí añadir más, y enmendar si quisiese,
ande de mano en mano a cualquiera que lo pidiese,
como pelota [lanzada] a las chicas tómelo quien pudiese.
Pues es de buen amor, prestadlo de buen grado,
no le neguéis su nombre ni os hagáis de rogar al darlo,
no lo deis por dinero, vendido ni alquilado,
porque no tiene gusto ni gracia, ni [hay] buen amor comprado.El Libro del buen Amor del Arcipreste de Hita
Lo comentan en Barrapunto:
… unos versos castellanos que constituyen una auténtica declaración anticipada en cuaderna vía del copyleft, y que plasman unas ideas que desde luego no eran entonces la excepción, sino la regla. Pertenecen al best-seller del siglo XIV, El libro de buen amor, una de las cumbres literarias españolas de cualquier tiempo, y que desdice del mejor modo posible a los extremistas del copyright, cuando estos sostienen que sin restricciones a la copia no habría creación posible. Probablemente, es al revés: sin la libertad de reelaborar materiales previos (restricción específica de nuestra época), como hizo no solo el bueno de Juan Ruiz, sino San Juan de la Cruz, Calderón o el mismísimo Shakespeare, no dispondríamos del rico acervo literario, artístico y musical que nos han legado nuestros antepasados.