[Ideas para las Jornadas eFindex. 1. Introducción]
Dejaremos que en este post sean otros bloggers los que demuestren las limitaciones del debate político actual (hecho por los “políticos oficiales” y sus “hooligans”) para mostrar posteriormente algunas alternativas basadas en la participación ciudadana al margen del control partidista.
En Periodistas 21, Juan Varela publicó dos posts que reflejan de un modo claro y descarnado las miserias de la vida política. A raíz del escándalo de e-Valencia (del que hablamos aquí) comenta en Marketing y propaganda en la Valencia digital como los nuevos métodos pueden ser usados a la vieja usanza. Los blogs abren nuevas posibilidades pero no suponen por si mismos un cambio y corren el riesgo de ser integrados fácilmente en la estructura clientelar que suele rodear a nuestros gobernantes:
… la rentabilidad publicitaria y propagandista de los blogs, a menudo tan acríticos y clientelistas, tan sensibles al halago de la cita y el enlace,… La receta, como siempre, dinero…
Un millón de euros financiados por la Generalitat Valenciana y algunas empresas de las que se apuntan siempre a estos saraos por rentabilidad comercial, por el objetivo social (¡benditas y politizadas cajas de ahorro!) o por sus lazos políticos.
En ¡Basta ya de política! alerta sobre el seudo-activismo basado en la propaganda y no en la información:
"Deje de escribir de política". Es el consejo de Al Gore a un columnista de The New York Times. El consejo de un político sin pasión por volver a luchar por el poder. Ocúpese de asuntos de interés real, dice el ex vicepresidente ahora volcado en la lucha contra el cambio climático. na crítica a un periodismo político excesivamente involucrado en batallas ideológicas, banderías y afinidades e intereses personales. …
En la vida pública falta información, sobra propaganda; falta investigación, sobran notas de prensa; falta contraste de los hechos, sobran dichos, y etc.
Por eso la opinión se ha impuesto sobre la información. "La vida española nos obliga, queramos o no -decía Ortega- a la acción política". Es obligado en democracia. Pero el filósofo alertaba: "Cuando la política se entroniza en la conciencia y preside toda nuestra vida mental, se convierte en un morbo gravísimo". Morbo de poder. Tendencia voraz a estar en el pastel y comerse un trozo si cabe. Todos somos activistas, según Ortega, pero ese ímpetu confunde política y periodismo a veces sin remedio y sin transparencia. De la acción política al pasteleo.
Pero, por supuesto (y por eso estoy escribiendo estos posts) existe una alternativa en la que los blogs pueden facilitar a los ciudadanos la entrada en el debate político con opciones de influir en la toma de decisiones. Ya en 2004 se empezó a hablar de la política open source; por ejemplo en un ensayo de Micah Sifry (The Rise of Open Source Politics) publicado en The Nation y en un post de John Lebkowsky (Net.activism and Open Source Politics). Hace unos días Nicole-Anne Boyer publicó en Worldchanging. un sugerente e incisivo post (Good Power and Bad Power; también publicado en su blog personal Fuzzy Signals) donde a partir de las críticas al business-as-usual de la práctica política dominante construye alternativas basadas en el modelo open source. Todo parte de la frustración que experimentó Nicole-Anne Boyer después de asistir a un debate sobre el futuro de la política a cargo de políticos:
In retrospect, this shouldn't have been a surprise. Look at who was on the panel — regular politicians — who, while decent and hard-working people, are not exactly on the cutting edge of innovation around governance. …
Geoff Mulgan… the former Director of the UK's Prime Minister's Strategy Unit, Co-founder and Director of the London based think-tank Demos, and now at the Young Foundation. … has a new book out, Good and Bad Power: The Ideals and Betrayals of Government. … excellent review in the Financial Times Weekend ("Dispirited Democracy" by Vernon Bogdanor, June 2, 2006). The book addresses the central question of how we must reinvent the relationship between the rulers and the ruled or as I prefer to put it, between our political leadership and the citizenry.
Geoff Mulgan, como buen analista realiza un acertado diagnóstico de los problemas de la política actual, pero, posiblemnete demasiado vicado por su experiencia previa, falla a la hora de apuntar alternativas:
Mulgan starts us off in the right direction by reframing the traditional answers to the question of how to achieve good government. As the reviewer summarizes:
The first, which stems from Plato, suggests that the quality of government depends upon the values of those who rule. The second, given prominence in western thought by Montesquieu and Madison, contends that the answer lies with institutions; it is the constitutional structure of a state that makes for effective government. Both answers are incomplete, Mulgan says, because they imply that the role of the people in government, even in a democracy, is passive. [My emphasis.] Passive democracy was given a theoretical justification by elite theorists such as the Italian political scientist Gaetano Mosca and the Austrian-born economist Joseph Schumpeter, who likened voters to consumers, their task confined to a choice between elites.
… Imagining this new reality of active citizenry, however, is where the book falls flat, according to the reviewer:
"Sadly, just when we want to know how active democracy would work, the argument tails off. Mulgan talks of “scattered experiments with deliberative polls, citizens’ juries, open source methods of communication and participative decision- making”, but says that “the only successful innovations that have taken root are tools of research (the opinion poll and the focus group) and tools for communication (the ministerial statement on television rather than in parliament, and the more sophisticated marketing of the television spot and the internet)”. The political class has clung to its privileges “and fixed the rules of the game to make it harder for outsiders to break in”. We need to know more about what an active democracy would look like, how the machinery would operate and how feasible it all is. But Mulgan does not tell us. One finishes the book, therefore, with a sense of impatience.
Traigo aquí estos comentarios sobre el libro de Mulgan por que creo reflejan la posición dominante de los políticos profesionales “más avanzados”. Como se desprende de la revisión del libro, Mulgan sigue percibiendo la política como algo propio de profesionales en que los ciudadanos juegan, en el mejor de los casos, un papel periférico. Se olvida de que las nuevas periferias ponen en cuestión el supuesto poder centralizado cuando nos encontramos con redes distribuidas:
Another factor complicating things is that many important and interesting ideas happening in governance are happening outside of what we call "politics." In fact, most of the innovators don't even think what they are doing is political and would decry that label. For instance, if I were to put together a panel on the "future of politics", I'd add to the usual suspects: an online gamer, a blogger of course, a social entrepreneur working in rural communities in say India or China, an executive working for a very decentralized global corporation, a biologist working for the Resilience Alliance, or complexity science academic from the Santa Fe Institute. —just for one quick brainstorm.
Existe una brecha cultural (con su equivalente digital) que sitúa en una orilla a los políticos tradicionales profesionales y a sus votantes habituados a este modelo (con edades superiores en general a 40 años) y en la otra a los ciudadanos activos e ideológicamente heteredoxos que no acatan fácilmente los dogmas establecidos y los discursos oficiales:
I've concluded two things from these experiences that have some bearing on our strategies as worldchangers. The first has to do with audience. It makes a big difference who you are talking to: specifically what generation they are from and where they are in the power structures. At places like Tallberg, I was talking to people in their 40s to 60s — decision-makers and leaders — people in positions of authority in government and industry. Blogging never came up, not just because of a lack of an awareness, but because the very concepts of peer-to-peer are totally outside of their frame of reference and experience. More than that, peer-to-peer governance runs smack against some of their fundamental beliefs about how governance can and should work.…
En este contexto es en el que Nicole-Anne Boyer defiende el potencial de los blogs, en particular de los bridge-bloggers que lancen puentes disciplinares e ideológicos:
… This brings me to the second observation. It's about how we're communicating these ideas, which also has some strategic implications for worldchanging work. Many of you don't have to worry about this, because you're talking to the self-selected like-minded, other people like you. But some of us bridge-builders have to venture outside of this world — because we're interested in systemic change — and this requires a different approach, one that overcomes this worldview difference. I can tell you giving them the facts isn't enough. This simply won't penetrate through their cognitive walls. Rather we need more sophisticated, multifaceted, and experiential approaches to dramatizing why these are important developments to understand and invest in. Fortunately, we're getting a better handle on how to do this through better communication "technologies".
Siguiendo con el progresivo cambio en la actitud política de los ciudadanos, Carlos Guadián, en k-government, ha explicado el nuevo poder de las organizaciones alternativas a los partidos que actúan como grupos de presión y utilizan inteligentemente las tecnologías de la comunicación para cumplir sus objetivos (Las plataformas son lobbies en política):
El sistema de partidos tal y como lo conocemos está en crisis, de ahí las elevadas tasas de abstención que votación tras votación se registra en la mayoría de países occidentales. No por eso la gente ha perdido interés en la "cosa pública" sino que intenta vehicularlo de otra manera. La pérdida de confianza en los partidos de establishment y en los que ya están "institucionalizados" no acaba de convencer a la mayoría de la población.
Hay realmente pocos temas que logren interesar al gran público. A la mayoría mientras el día a día pueda seguir teniéndolo solucionado le es igual quien tenga las riendas. Sólo cuando hay un problema que le afecta de manera directa es cuando ciertos sectores reaccionan. Por esto últimamente que surja un partido desde una plataforma no es de extrañar. No hace mucho se constituyó "Ciutadans de Catalunya" y ahora en Estados Unidos ha sido "The Pirate Party of United States" siguiendo los pasos al sueco "Pirat Partiet".
Cómo veis cada uno se centra en objetivos específicos, intentan marcar una diferencia y realmente posicionarse en un tema. Intentan aprovechar la long tail política que hasta ahora carecía de suficientes opciones. …
Pero estas nuevas organizaciones formales o informales no replican a los partidos, presentan un modo alternativo de hacer política alejado de la ideología y centrado en unos pocos objetivos comunes. Sobre este sustrato, explicaremos en los próximos posts por que los blogs pueden ser una herramienta adecuada para el debate, la creación de propuestas y el activismo ciudadano.