La fuerza de las redes sociales es la fuerza de lo pequeño; una diversidad de pequeños actores bien conectados en una red distribuida pueden poner en jaque a los grandes actores acostumbrados a controlar de modo absoluto los sistemas jerarquicos. Como buen ejemplo de red libre de escala, este proceso es evidente a microescala (relaciones entre indivuduos) y a amacroescala (relaciones entre estados o grandes orgamizaciones). De esto trata precisamente el artículo Megapoderes y micropotencias que Moisés Naím publica hoy en El País.
Algunas comparaciones ayudarán a entender la idea: Royal Dutch Shell vs. Bolivia; EEUU vs. insurgencia iraquí; Britannica vs. Wikipedia; The New York Times vs. Google. En todos estos casos un “micropoder” ha amenazado, de uno u otro modo, a una megapotencia haciendo que cambie su estrategia. Los términos “micro” y “mega” deberían siempre entenderse en términos relativos y referidos a su tamaño (por ejemplo el PIB de Bolivia es equivalente al 3% del volumen de negocio de Shell) o edad (en el caso de Google una empresa con pocos años de vida “amenaza” a un gigante mediático con más de un siglo de existencia; aunque Google hace tiempo que ha dejado de ser “micro”).
Naím pone de manifiesto la proliferación de micropoderes de este tipo capaces de restringir la autonomía y capacidad de maniobra de los megapoderes tradicionales. En nuestra historia contemporánea hemos pasado de un mundo bipolar (en la Guerra Fría), a una apariencia de unipolaridad (trás la caída del muro de Berlín) que ha desembocado en un mundo multipolar donde juegan numerosas potencias de gran tamaño (como EEUU, la Unión Europea o los BRICs). Pero, la realidad es más compleja y se acomoda mejor a un modelo de mundo hiperpolar donde además de las grandes potencias actúan miles de poderes menores (estados pero también empresas, ONGs, grupos terroristas, … y, posiblemente, ciudadanos individuales o pequeños grupos organizados en red). Este futuro inminente presenta, para Naím, diversas oportunidades para los “pequeños” pero también amenazas relacionadas con una mayor inestabilidad. Cómo ya comentamos hace tiempo, el mundo hiperpolar es la demostración de que entre el mundo “plano” de Thomas Friedman y el “montañoso” de Richard Florida se encuentra el mundo real y dinámico (que propuso John Hagel).