A raíz de mi post sobre Cómo usa la CIA los blogs y los wikis para la gestión del conocimiento: ¿espionaje open source?, Juan Varela me redescubre que en Mayo ya había hablado del mismo tema, con mucha mayor profundidad e información, en La CIA espía tu blog para escribir los suyos. En este post recogía numerosos recursos imprescindibles para comprender el progresivo cambio de estrategia de la agencia de espionaje americana, que presta cada vez mayor atención a las redes digitales, lo que le ha llevado a crear recientemente el Open Source Center (OSC):
… recolectar información las fuentes accesibles en el ciberespacio para enlazarlas y analizarlas dentro de la comunidad de espías y analistas.
El espionaje convertido en conversación, aunque algo reservada. El primer resultado es el Open Source Center.
En este sentido la CIA presenta en realidad una doble estrategia: “externa”, dedicada a la monitorización de Intenet, incluyendo blogs y wikis, y otra “interna” de creación y gestión de conocimiento dentro de la organización (sobre la que me centré ayer en mi post previo). Juan Varela retoma la cuestión ayer en un nuevo artículo sobre el mismo tema: La CIA vigila (y usa) los medios sociales. Actualiza referencias y recursos (ambos posts constituyen un excelente punto de partida para comprender como la CIA afronta los retos derivados de la eclosión de los medios digitales sociales):
El Open Source Center (OSC) para analizar los datos, informaciones y comunicaciones de la Red y los medios sociales ya está a pleno funcionamiento tras el anuncio de su creación en agosto de 2005.
… con herramientas reservadas como la Intellipedia (la Wikipedia interna de los espías) y Oogle (el buscador que busca lo que no se ve).
En Intelink, la plataforma utilizada por los servicios de espionaje para compartir información y bases de datos, se multiplican los cursos y seminarios sobre nuevas herramientas y conocimiento social o distribuido. Weinberger cita los trabajos que ya destaqué aquí en su momento como impulsores del interés por los medios y el conocimiento social en la CIA, especialmente los de Stephen C. Mercado sobre el interés de los nuevos medios por encima de los medios tradicionales y el de Calvin Andrus sobre la utilidad interna de wikis y blogs.
Mi primer post tenía su origen en otro de David Weinberger, donde recogía sus impresiones sobre un taller en el que la consultora Booz Allen Hamilton había reunido a expertos en redes y software social y miembros de la comunidad de inteligencia de la propia CIA. Otro de los participantes, Ross Mayfield, comenta también la reunión, De-Centralized Intelligence Agency, y cita a los otros expertos participantes: Clay Shirky, Jerry Michalski, Eugene Eric Kim, Marcia Conner, Mark Oehlert y Jay Cross; todos ellos bloggers y profesionales de las redes sociales digitales ya sea desde la comunicación, la investigación o la creación de herramientas. Además, Mayfield destaca el conflicto interno, que ya ayer presuponíamos, que se plantea en la CIA al enfrentarse la “vieja guardia” con los “espías open source”:
The agency perhaps has the greatest to gain from adopting social software, but also has the greatest hard coded structural barriers (need to know) and a culture that reprimands against participation. Nevertheless, an Intellipedia and blogging at all levels in the organization is burgeoning. There is a shared understanding that these tools, with the right practices and change in culture could transform intelligence from a manufacturing model that delivers reports to a complex adaptive system where intelligence is a conversation with decision makers, an inherently counter spin.
Otros participantes han escrito también sobre la reunión, siendo especialmente recomendables los textos de Eugene Kim, The future of intelligence I (y II), que entre otras cuestiones revisa el paper del teórico de la CIA Calvin Andrus del que ya hablamos ayer. Además analiza el conflicto que se genera al tratar de combinar herramientas sociales y abiertas con anonimato e información clasificada:
… How can you build trust and traceability when there are different levels of classified information and when anonymity is critical and necessary? How can you have a conversation with someone who doesn't exist, as far as the CIA is concerned?
We can divide these challenges into three areas: collaboration with folks within the organization who share the same security clearance, collaboration with folks in other organizations who share the same security clearance, and collaboration with folks on the outside who do not share the same security clearance. The first two scenarios are relatively straightforward to address. The third is incredibly difficult.
Plantea algunos ejemplos, ya bien conocidos, de métodos para obtener información personal a partir de los patrones de uso y edición de herramientas como blogs o wikis. Esta información pública y aparentemente inócua cuando se somete a los análisis adecuados puede dar lugar a un conocimiento detallado del comportamiento de los usuarios:
… all sorts of personal information about users inferred solely from their editing behavior, which is all publically available. I'm quite certain that none of these users had any idea that such revealing visualizations were possible, and that many would have thought twice about participating if those visualizations were available…
Como nota al margen, en relación con esta reunión organizada por la CIA, me ha sorprendido un breve comentario de John Robb (un conocido analista de las nuevas formas de terrorismo global, sobre las que escribe en Global Guerrillas). Robb, ex-militar y frecuente consultor del gobierno norteamericano, se promote no vovler a colaborar con el gobierno americano al conocer la existencia de esta reunión, y lo hace de un modo políticamente (y lingüísticamente :;) incorrecto pero de una forma muy clara en sus intenciones (y mucho menos en sus razones):
That's it. Final straw. I'm done helping out. I will not work for the US government (in any capacity) for the rest of my life. This just pisses me off: workshop on the CIA's use of social software. Fuck them. The window for any help I could provide in this process (and in any other capacity) is now totally and categorically shut.
Como ya comentaba en mi anterior post, conocer estas nuevas estrategias de la “inteligencia” norteamericana puede provocar una doble sensación: cierto alivio al entender que pueden obtener la información que les interesa mediante un mejor uso de los recursos disponibles (y no con más recursos o mayores restricciones a la libertad ciudadana), o una honda preocupación al empezar a ser conscientes de que las herramientas y espacios virtuales que nos proporcionan autonomía y libertad de acción son finalmente entendidas e incorporadas por el “aparato” burocrático lo cual amenaza esa misma autonomía y libertad. Quizás se empiece a cumplir una de las predicciones de mi “manfiesto por la libertad de la blogosfera”:
Internet ofrece un espacio virtual de libertad, autónomo de las autoridades del mundo físico. Pero esta independencia será siempre temporal, en cualquier momento es susceptible de terminarse o de reinventarse; por lo tanto, aprovecha esta independencia transitoria intensamente.
Daniel Lobo, en El control de internet y el mundo sin barreras, criticó mi aparente conformismo con la futura pérdida de independencia:
Y mientras el deseo de un espacio virtual libre y autónomo pueda ser genuino no hay nada más alejado de la realidad vigente. El espacio de Internet está sujeto cada vez más a normas, regulaciones, fronteras, que permiten la expansión de la herramienta pero también su adaptación a realidades locales. Las cuales desafortunadamente no tienen en cuenta únicamente los gustos o necesidades de un tipo de usuarios sino que se amoldan a necesidades de gobiernos o intereses privados generando prácticas represivas y restrictivas del uso de Internet.
…
Es cierto que hay una amenaza pero no puedo compartir la idea que hemos de ser conformistas frente a los cambios y disfrutar lo que tenemos mientras podamos, para luego vivir de nuestros recuerdos. Estamos ante algo demasiado importante como para permitir que nos cierren la puerta.
Comparto en gran parte las reflexiones de Daniel, aunque me temo que torpemente presenté una postura confirmista cuando pretendía provocar todo lo contrario: la necesidad de revelarse constantemente aunque esa lucha esté posiblemente perdida de antemano; por que lo interesante no está en la lucha si no en el resultado final, que nunca es definitivo. Así, antes que aceptar pasivamente este futuro, siempre existe la posibilidad de reinventar los espacios autónomos y caminar siempre un poco por delante de gobiernos y otros entes controladores. Pero, mientras en 2006 el espacio digital puede ser un espacio de libertad, en 2026 la libertad puede que se logre escapando hacia el mundo analógico. Esa es una de las enseñanzas que podemos extraer del relato que Bruce Sterling publicó hace unos días en New Scientist, que sitúa a sus personajes en Los Angeles en 2026 y cuenta con un título memorable: I saw the best minds of my generation destroyed by Google. David de Ugarte regresa a este relato para explicarnos El lado oscuro de Google:
En apenas tres páginas Sterling crea una verdadera distopía (con homenaje incluido a Orwell y Huxley) en la que la universalidad de las herramientas de etiquetado y geoposicionamiento hacen imposible moverse fuera de los límites del sistema. Hacen imposible incluso hacer un graffiti o iniciarse en el sexo a un adolescente dentro de una sociedad que considera la intimidad un bien exclusivo para adultos.
La moraleja: no todos los dones del mumi abren puertas a la libertad. Al leerlo me acordé obviamente de mi Raisa en Días de Frontera: para ser libre hay que saber engañar a Google Earth. Aunque sólo sea para poder esconderse y hablar desde Zion.
Días de Frontera es otra ventana excelente para asomarnos a los futuros cercanos y comprender las amenazas y oportunidades que nos proporcionará la tecnología, la política y los movimientos sociales. Puede que, dentro de un tiempo, tratemos de huir de Google Earth para recuperar nuestro anonimato y privacidad en el mundo analógico.