La publicidad callejera es uno de los demonios urbanos preferidos. Pero, posiblemente sea la protagonista principal de las psicogeografías urbanas en las que todos vivimos (para aquellos interesados en la psicogeografía como mezcla de arte urbano e investigación social nada mejor que el festival Conflux). Vivimos obsesionados con la intrusión de la publicidad en nuestras vidas, pero ¿qué sucede cuando desaparece todo excepto la publicidad?. Kapitaal (versión YouTube) es un video de Studio Smack que responde a esa pregunta creando una “branded city” en blanco y negro donde sólo los anuncios, signos y textos de todo tipo (desde un anuncio luminoso al teclado y pantalla de un teléfono móvil) permanecen. Aunque el título parece reconocer un objetivo crítico con los signos urbanos resultado del capitalismo, el resultado, al menos estético, es muy atractivo. Quizás sus propios autores han caído en la incoherencia de tantos que viven abrumados por la publicidad pero serían incapaces de prescindir del comercio y el consumo (incluso del compulsivo). Sobre Kapitaal se han publicado interesantes comentarios en City of Sound y AulaAbierta.info.
En AulaAbierta.info (Kapitaal, la ciudad signo): Es habitual el comentario, muchas veces rancio, de la gran profusión de publicidad estática que adorna nuestras ciudades. Contra ello se toman medidas extrañas como la de disimular los carteles de Coca-Cola, situados en conjuntos históricos, integrándolos en lozas fajalauceñas (por utilizar un ejemplo típico en Granada). La cosa es darle una pátina para que siga existiendo aunque no reluzca, este es el signo de los tiempos. Uno, que es más amigo de evidenciar que de disimular, acaba de ver un corto llamado "Kapitaal ", obra de Studio Smack, en el que reducen una ciudad a los signos gráficos que la pueblan. Se trata de una animación en 3D de un paseo pero con la peculiaridad de que la imagen aparece contrastada al blanco y negro. El título ya da una pista de lo que os podéis encontrar.
En City of Sound:
Despite the possible critique suggested by the title, it's actually an incredibly seductive little film. Inadvertent perhaps, but pulled back to high contrast, monochrome vectors and smooth, fluid movement and transition, it has little of the jittery, poorly-printed, vibra-colour, jump-cut harshness of real urban centres. Anyway, it's wonderfully executed, with or without interpretation. Some grabs below, but you really have to see the thing move to do it justice.