Daisuke Yamamoto (o al menos así se presenta en el vídeo) se ha dedicado con una cámara fija a filmar a artistas callejeros japoneses delante de una pared que se pinta y se repinta constantemente destruyendo un grafitti para crear otro. El resultado es cuando menos interesante, aunque “me preocupa” que la obra que más me interesa sea la que resulta de lanzar un cubo de pintura al muro y extenderla con las manos.
Lo comentan en Business Innovation Insider, donde encuentran reminiscencias schumpeterianas en el vídeo: Creative destruction, through the eyes of Japanese street artists. Quizás sea una buena reflexión sobre el sentido y la necesidad de los nuevos iconos urbanos: los museos de arte contemporáneo.