¿Por qué la gente graba sus vídeos y los expone a todo aquel que quiera verlos?. Algunas respuestas en este video.
Veo poco exhibicionismo y mucha necesidad de comunicación …
Vía Blog.Frabrica.
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¿Por qué la gente graba sus vídeos y los expone a todo aquel que quiera verlos?. Algunas respuestas en este video.
Veo poco exhibicionismo y mucha necesidad de comunicación …
Vía Blog.Frabrica.
10:30 a.m. en Internet, Redes Sociales, Video | Enlace permanente | Comentarios (1) | TrackBack (0)
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El activismo social elige en ocasiones el arte como forma de expresión, en otras el arte se convierte en una forma de activismo. Las ciudades son el escenario “natural” para este tipo de acciones: densidad de personas, de conflcitos, y de oportunidades de comunicación. En ocasiones la provocación se convierte en crítica o en arte. El video y la distribución en la red extienden y continúan la experiencia callejera y amplifican el mensaje a otras audiencias. Algunos ejemplos:
5+5=5 es un proyecto de la plataforma Furtherfield dedicada a la “creation, promotion, and criticism of adventurous digital/net art work for public viewing, experience and interaction”. About 5+5=5
5 short films by 5 film makers about 5 networked art projects exploring critical approaches to social engagement.
Furtherfield has commissioned 5 short films about 5 UK-produced networked art projects which explore critical approaches to social engagement. These pieces offer alternative interfaces to the artworks and the every-day artistic practices of their producers. They introduce the motivations and social contexts of artists and artists' groups who are working with DIY approaches to digital technology and its culture, where medium and distribution channels merge.
Por otra parte en Tom14 se publican algunos videos de intervenciones en Barcelona que mezclan denuncia, humor y cierta transgresión, como:
Las imágenes recogen una acción realizada por vecinos en el barrio del Poblenou de Barcelona en contra del plan urbanístico del 22@ y cuestionando el
cambio y metamorfosis de las ciudades y la implicación/interacción de los que vivimos en ella. La acción no se presenta como un acto vandálico sino
como una acción de protesta usando los pocos canales de comunicación "libres" que quedan accesibles a los ciudadanos hoy en día: la calle.
tom14, piu y tofu salem por barcelona con sus coches, otro tema Quick FLick World., "coches, moviles y pistolas, super rapers...
Intervención en los Cubos de la playa de la Barceloneta realizada en febrero de 2005
02:04 a.m. en Arte, Cine, Cultura, Política, Redes Sociales, Urbanismo, Video | Enlace permanente | Comentarios (1) | TrackBack (0)
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BioMed Central ha lanzado una nueva revista científica electrónica, Source Code for Biology and Medicine, interesante por dos razones:
1. Por una parte por su “modelo de negocio”; es una revista de acceso abierto y gratuito para los lectores, haciendo frente a y los costes de edición mediante las aportaciones económicas de los autores de los artículos que se publiquen en la revista. Este modelo se está imponiendo en muchas revistas electrónicas de acceso abierto, en particular en las editadas por BioMed Central.
2. Por otra parte, es una revista dedicada al código del software desarrollado para aplicaciones biológicas y médicas, dos áreas científicas que se están transformando en gran medida en ciencias computacionales. A pesar de la importancia creciente de la minería de datos, modelización estadística, simulación y otras herramientas dependientes de software, pocas revistas de biología o medicina prestan atención al código en si mismo y pocas requieren (o, al menos, permiten) que el código fuente acompañe a los artículos. Esto dificulta el contraste de los resultados y el desarrollo de nuevo conocimiento partiendo del ya existente. Como propnen en el artículo de bienvenida (pdf provisional), esta nueva revista viene a cubrir esas carencias:
Source Code for Biology and Medicine is a peer-reviewed open access, online journal that publishes articles on source code employed over a wide range of applications in biology and medicine. The aim of the journal is to publish source code for distribution and use in the public domain in order to advance biological and medical research. Through this dissemination, it may be possible to shorten the time required for solving certain computational problems for which there is limited source code availability or resources. Fundamentally, the overarching computation-related goals of the journal are to:
- Increase productivity among source code users working on problems of public and environmental health importance
- Reduce discovery times in molecular and genomic sciences
- Reduce search times for source code applied in biological and medical research • Provide a historical reflection of source code applied in various fields
- Serve as a repository for source code
Los temas de interés son muy amplios, lo cual posiblemente sea buena idea dado que es la primera iniciativa en este ámbito, aunque esperemos que en el futuro, por el propio éxito del proyecto, nazcan nuevas revistas especializadas:
The scope of Source Code for Biology and Medicine includes workflow and source code for data integration, data fusion, gene regulatory networks, molecular pathway and drug discovery, protein structure, biological sequence analysis, signal processing, geospatial information systems, patient management systems, decision support systems, social network systems, environmental risk and dose modeling, supervised and unsupervised classification, text and media mining, and parametric/non-parametric numerical methods. Publications in Source Code for Biology and Medicine may involve the following areas: Biometrics, Biostatistics, Biopatterns, Biophysics, Bioinformatics, Ecology, Environmental health, Health physics, Medical physics, Medical informatics.
Por otra parte la revista integra las últimas tendencias en publicaciones científicas, que están incorporando las herramientas y modelos de creación de contenidos de la web 2.0, como son los feeds RSS o la posibilidad de que los artículos ya publicados reciban comentarios de los lectores.
12:42 a.m. en Biología molecular, Ciencia, Ecología, Investigación científica, Open source, Publicaciones | Enlace permanente | Comentarios (0) | TrackBack (0)
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Hace unos meses trataba de provocar un debate anunciando Google ha muerto. ¿Viva Google?. Lo hacía un tanto frustrado por las limitaciones que Google, un buscador genial pero nacido en la era 1.0, tenía para adentrarse en la web 2.0:
Google trabaja en la economía de la atención, proporciona algoritmos de agregación y filtrado que permiten al usuario extraer la información relevante de un universo de información que nos sobrepasa. El problema es que estos algoritmos basados en máquinas presentan limitaciones en su capacidad de adaptarse a las necesidades específicas de cada usuario. Google es 1.0 (lo mejor del 1.0, pero 1.0 al fin y al cabo). Se basa en la escasez de atención.
Ahora hagamos un poco de etnografía amateur. Observémonos a nosotros mismos utilizando Internet (que escribimos, comentamos y, al menos y sobre todo, leemos blogs y muy posiblemente usamos de alguna manera los sistemas RSS). Pensemos, por tanto, en un usuario activo (un creador amateur o profesional de la web 2.0). Estas nuevas herramientas, y sobre todo los nuevos usos, se basan en lo que Juan Urrutia ha llamado, paradójicamente, economía de la abundancia y que constituye una realidad emergente. Las nuevas herramientas nos permiten construir nuestro propio universo de información, comunicación y relación social. De este modo, poco a poco, muchos usuarios dejan de usar continua (casi compulsivamente) Google por sus propias características:
- demasiado genérico, estandarizado y automatizado
- no incluye la búsqueda cornológica por lo que no es útil para descubrir información nueva
- no proporciona un mecanismo útil y estimulante para descubrir buevas ideas e información (nuevos sitios)
Pero, estos problemas lejos de ser el fin de Google podían ser el incentivo para continuarse reinventando:
¿Cuál es el futuro?. Que desaparezca por muerte natural el anciano buscador de Google no significa que Google desaparezca. Han dado sobradas muestras de innovación y creación de herramientas, pero parece que hasta el momento sólo su bucador genérico es realmente rentable. … Agradezcamos a Google los servicios prestados (y los que seguirá prestando en las próximas décadas a la inmensa mayoría de usuarios 1.0) y saludemos a las nuevas herramientas, sean de Google o de alguién aún desconocido.
Y lo han vuelto a hacer. Ayer, en el blog oficial de Google anunciaban: Eureka! Your own search engine has landed!. Han lanzado el Google Custom Search Engine. que utilizando su motor de búsqueda permite configurar por el propio usuario un buscador personalizado que incluye (o excluye) los sitios que cada uno desee. Permite crear buscadores colaborativos en que diferentes usuarios (de modo abierto o previa autorización) aporten nuevos sitios de búsqueda. La idea es sencilla y muchos pensarán por qué nadie la implementó antes (de hecho, y basándose en Google la podría crear cualquier desarrollador externo). Lo cierto es que ya ha llegado y de la mano del propio Google, aporta la flexibilidad que les falta a los buscadores tradicionales y puede llegar a convertirse en un sistema de agregación de contenidos. Esto puede parecer menos obvio, pero puede ser su principal fortaleza futura: a partir de ahora ya no será necesario agregar “físicamente” (en un mismo sitio) contenidos, un buscador personalizado los rescatará para nosotros de los sitios que le indiquemos cuando los necesitemos. Al igual que el concepto tradicional de biblioteca se ha quedado obsoleto con las Internet y las publicaciones y bases de datos digitales; el concepto de agregador de contenidos puede convertirse en innecesario con esta nueva generación de buscadores.
Empezarán a aparecer miles de buscadores personalizados (en el sitio oficial ya muestran algunos ejemplos muy interesantes). Yo por mi parte he preparado a modo de ensayo uno muy sencillo: el buscador Nómada, una suerte de egobuscador que incorpora sólo resultados de algunos de los sitios en que yo participo activamente: este blog, el de Atina Chile, y otro dedicado a docencia, mi sitio en Flickr, mis enlaces en del.icio.us, mi (casi olvidada) página en la universidad o la de mi grupo de investigación (que hace mucho tiempo que no actualizo).
Otro ejemplo que me parece sumamente relevante por que ejemplifica el poder de este modelo de agregación es el buscador Contextos dedicado a buscar en contextopedias como la de Pere Quintana o David de Ugarte. Cuando surgió el debate alrededor de la Wikipedia española y las alternativas individuales, como usuario, y a pesar de ver el potencial de los proyectos individuales, me preocupaba el problema de como agregar la información que me pueda intersar de las contextopedias que a mi me interesen. Este buscador viene a solucionar el problema. Incluso, podríamos pensar que zanja el deabte, queda en manos del usuario construir su propio buscador que incluya, o excluya, cada una de las contextopedias y la propia Wikipedia en cada uno de sus idiomas.
Por supuesto, el Google CSE acaba de nacer y puede ser mejorado considerablemente en el futuro; por ejemplo incorporando opciones de presentación de resultados (por relevancia, cronológico, etc), búsquedas por tipos de sitios (blogs, wikis, …) pero sin concretar los sitios específicos, herramientas para la creación de comunidades alrededor de los buscadores, etc.
04:45 p.m. en Blogs, Gestión del conocimiento, Innovación, Internet, Personal, Software | Enlace permanente | Comentarios (5) | TrackBack (2)
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Los pequeños detalles juegan muchas veces en el diseño urbano un papel fundamental a la hora de definir la “usabilidad” de los espacios públicos. Esta arquitectura “invisible” define finalmente el grado en que los peatones pueden (y quieren) utilizar las calles, lo que, a su vez, tiene un efecto multiplicador sobre la vida comercial y social y por tanto afecta directamente a la vitalidad urbana. Pero estos aspectos “secundarios” tienden a olvidarse en favor de las grandes infraestructuras y edificios emblemáticos que, paradójicamente, incentivan mucho menos el uso que los ciudadanos hacen de la ciudad.
Hace tiempo, utilizando un ejemplo de Coruña, comenté como las pequeñas zonas verdes que se suelen interponer en el cemento de las aceras entorpecen en ocasiones el tránsito peatonal provocando un efecto perverso, al reducir la densidad de peatones en las calles incrementando los costes de desplazamirnto y reduciendo la actividad comercial en las zonas donde la aceras demasiado estrechas se sobrecargan de minizonas verdes.
Matt Tiessen nos explica en el blog de Space and Culture, Where the Sidewalk Ends, una anécdota personal que le ha sucedido en una visita a la ciudad de Calgary, en Alberta (Canadá) que pone de manifiesto el mismo problema. En esta ciudad, Tiessen sufrió en primera persona la imposibilidad casi absoluta de realizar desplazamientos caminando, incluso en cortas distancias, por que las aceras se desvanecen sorprendentemente cada cierta distancia. La ciudad está diseñada para que sea imposible su tránsito peatonal.
Al mismo tiempo, Calgary es una ciudad dinámica gracias a la industria petrolera que se desarrolla en zonas próximas y que vive en estos días la ilusión mediática provocada por la construcción de un rascacielos firmado por Norman Foster. Entre esta bonanza económica, surge un desarrollo urbano importante que configura una ciudad extensa y difusa dependiente del automóvil particular que conecta los centros urbanos con las zonas residenciales del sprawl suburbano:
Calgary, as everyone knows, functions like a sort of extreme, mechanical lung, sucking people into the centre during the workday, and it expelling them back to their homes at night. The degree that cars are enabled here astonishes…
En este escenario, la experiencia de Tiessen le resultará familiar a muchos que se hayan alojado en un hotel en una ciudad norteamericana y, desgraciadamente, en ocasiones también en ciudades europeas, incluyendo algunas españolas.
Ahora que tanta preocupación existe en las ciudades (incluyendo muchas canadienses y estadounidenses) por el cambio global y se acuerdan alianzas urbanas para luchar contra los problemas globales, puede ser productivo detenerse un momento, olvidarse un poco de los “problemas globales” y pensar en clave local. La culpabilización de ciudadanos y empresas como responsables de la contaminación o de la congestión del tráfico, las campañas de sensibilización (la “culpabilización en positivo”) o las restricciones al tráfico no tienen ningún efecto positivo si no se aportan alternativas para los desplazamientos urbanos. Por supuesto, si generan numerosos efectos perversos que van desde el aumento en el coste de desplazamiento (por la vía directa del gasto en transporte privado y consumo de energía o el pago de tasas o impuestos, o por la indirecta de aumentar la probabilidad de recibir una sanción). Por contra algunas de estas alternativas son tan simples como posibilitar el tránsito de los peatones “conservando” la continuidad y una mínima accesibilidad de las aceras. Puede que este tipo de medidas no justifiquen una campaña publicitaria, pero son sin duda mucho más efectivas para reducir el tráfico y, sobre todo, para mejorar la calidad de vida de las ciudades y aumentar su vitalidad, que no olvidemos depende de la gente utiliza los espacios públicos urbanos y no de los edificios.
Por cierto, la princiapl ironía del caso de Matt Tiessen es que él se encontraba en Calgary para participar en una conferencia donde se analizaban las claves que daban lugar a una gran ciudad.
01:42 a.m. en Arquitectura, Diseño, Urbanismo | Enlace permanente | Comentarios (5) | TrackBack (0)
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Los contenedores, esas estructuras metálicas de geometría monótona y colores sorprendentes, además de crear espectaculares paisajes en los puertos, han sido los protagonistas discretos de la globalización que el mundo ha vivido en las últimas décadas. Esa es la propuesta de Marc Levinson en su libro THE BOX How the Shipping Container Made the World Smaller and the World Economy Bigger. Tal como lo explican en la crítica aparecida en Business Week:
Last year the nation's ports took in a record $1.21 trillion in goods from countries outside North America. That is double the total of just a dozen years ago and 80 times more than the value of all imports in 1960. The upsurge is due in part to such hashed-over trends as the advance of capitalism in the developing world and technology that makes global communications a snap. But international trade also owes its exponential growth to something utterly ordinary and overlooked, says author Marc Levinson: the metal shipping container.
…"The standard container," notes Levinson, … "has all the romance of a tin can," but it made shipping cheap and thus helped engineer outsourcing. It's why we can stock store shelves with stuff made an ocean away only a few weeks earlier.
Este libro nos narra la historia de la globalización que conocemos, basada en la caída de barreras comerciales y el crecimiento exponencial de los flujos financieros y de productos, transportados en su inmensa mayoría en contenedores. Pero los contenedores, de nuevo discretamente, están acogiendo la infraestructura de una nueva globalización al proporcionar tecnologías efímeras para la creación de nuevos espacios nómadas, y hacen pensar en espacios ciudadanos libres que combinen inteligentemente lo analógico y lo digital. De algunos ya hemos hablado en este blog:
– contenedores para arquitectura nómada como cargotecture o los productos de fabprefab,
– tiendas de moda en Nueva York como las de Uniqlo,
– o hardware móvil para crear redes de telecomunicaciones como el Project Blackbox de Sun.
[Fotografía Seattle Retail Core & Elliot Bay, de jeffwilcox].
09:00 p.m. en Arquitectura, Ciudades Innovadoras y Sostenibles, Desarrollo sostenible, Diseño, Economía, Globalización, Historia, Innovación, Libros, Redes Sociales | Enlace permanente | Comentarios (5) | TrackBack (0)
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Del mismo modo que Sun y su Project Blackbox, nos hicieron soñar con hardware para utopías digitales, Uniqlo nos muestra que el mundo analógico también se pueden hacer realidad las utopías de creación de espacios ciudadanos libres. No es el objetivo de esta empresa japonesa de moda que, siguiendo un modelo próximo a Zara o H&M, extiende ahora su red de tiendas a Londres o Nueva York utilizando tanto tiendas “tradicionales” como, en el caso norteamericano, otras móbiles colocadas en contenedores (como parte de una campaña denominada “uniqlo is everywhere”). Es evidente que Uniqlo no busca crear espacios ciudadanos libres en su versión analógica, pero la imaginación nos permite soñar con usos de este y otros tipos. Al fin y al cabo, hasta los ciudadanos de las utopías digitales deben mantener vínculos con el mundo físico y necesitarán espacios nómadas y conectados con las zonas digitales autónomas.
Las tiendas permanentes de Uniqlo, como las del Soho de Nueva York, presentan una estética diferente:
Los contenedores siguen una línea similar:
Y ofrecen mapas (basados en GoogleMaps) con el calendario de sus tiendas ambulantes en Nueva York:
Vía Edgar González.
12:11 a.m. en Ciudades Innovadoras y Sostenibles, Cultura, Diseño, Globalización, Innovación, Redes Sociales | Enlace permanente | Comentarios (1) | TrackBack (0)
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La web 2.0 puede entenderse como un conjunto de nuevas tecnologías para la participación y la colaboración o como un modelo de organización social en red. Ambas ideas son complementarias entre si y dan lugar a nuevas formas de comunicación, activismo o negocio. También puede entenderse la web 2.0 como un meme diseñado para el márketing de una nueva generación de negocios en Internet, herederos directos de la burbuja de finales del siglo pasado. Pero, ¿qué es la web 2.0?, relamente ¿necesitamos alguna definición?, o, la menos, ¿algún mapa conceptual que nos oriente?. Tim O’Reilly ya proporcionó una definición detallada y casi universalmente aceptada hace tiempo, pero el sobreuso de la coletilla 2.0 (al que no es ajeno este blog) le hace perder gran parte de su valor al término, sobre todo al representar sólo una definición por oposición a lo anterior.
Un reciente artículo en Web 2.0 Journal (The Post-Modern Rhetoric of High Technology) parte de esa idea, fuertemente asentada, de la web 2.0 “en negativo” para construir hipótesis sobre su evolución:
Web 2.0, Search 2.0, Life 2.0, World 2.0. The metaphor of software versions to describe technological and social phenomena once upon a time was clever. But as with all clever sayings, it became overused and is now cliché. The draw toward terms like “Web 2.0” is of course that it makes a strong implication that what it represents is a “next generation” of something good enough to have gotten a second run. The trouble with such monikers, though, is their post-modern tendency to merely be “what came after.”
Pero este mundo 2.0 nace así, con un estilo fuertemente posmoderno, como respuesta al mundo 1.0 ilustrado y elitista:
Enlightenment thinking was clear and organized. There were disagreements amongst the thinkers of the Era, but the Era itself was definable. Post-modernism cannot be defined except by saying what it is not. It is not modern; it is what came after the Enlightenment. “Web 2.0” suffers from the same malaise.
La web 2.0 es posmoderna para lo bueno y para lo malo. Bueno por lo que significa de respuesta a la modernidad ilustrada de la web 1.0, cerrada a los usuarios (“The power-structures that defined Web 1.0 were a destination-driven experience, one created not by users, but for users, and with little input or insight from them at all”). Pero esta respuesta a lo establecido corre ciertos peligros si no logra madurar o lo hace olvidando sus fortalezas:
The Post-Modern Internet, Web 2.0, and its leaders have a responsibility to mature in their power, however. Web 2.0 can take two distinct directions, and it is perhaps the rhetoric of it all that will define the path. Web 2.0 can be the French Revolution of Technology or it can be the American Revolution of Technology.
Joseph Schumpeter’s winds of creative destruction are blowing especially hard in the Internet technology world today, with remarkable improvements to our daily lives. But these winds can blow too hard too often, and an even older economic law, the Law of Diminishing Returns, begins to take over. Our wild-eyed radical phase must ultimately give way to some replacement. We cannot permanently be the rebels. At some point, people will get "2.0 fatigue." That point may be upon us as it is. People eventually want stability. The problem with successful rebellions is that rebels rarely know how to govern or else they take up the mantle of those against whom they rebelled, and like Orwell’s pigs in Animal Farm, they begin to sleep in the old rulers’ beds.Ultimately, therefore, the success of Web 2.0 depends less on what it accomplishes in the present and more on what groundwork it lays for the future. Indeed, it is rather ironic that the final metric for Web 2.0 is what comes after it. The early 20th century British essayist G.K. Chesterton once observed “The object of opening the mind, as of opening the mouth, is to shut it again on something solid.”
Web 2.0 companies would do well to take his advice to heart.
Por tanto, el peligro es olvidar el caracter abierto y colaborativo y construir una web pseudo-2.0 que trate de limitar o “encauzar” la capacidad creativa de los usuarios. ¿Por qué pueden darse estos escenarios?. Por una parte, los poderes establecidos, estructuras políticas o grandes corporaciones, manifiestan una y otra vez su preocupación por el “exceso de libertad” que porporcionan la panoplia de nuevas herramientas 2.0. Por otra parte algunos modelos de negocio (normalmente promovidos por los protagonistas de la vieja Internet renacidos de fracasos previos) no encuentran otra vía para rentabilizar sus inversiones que limitando las capacidades 2.0; aunque otros apuestan decididamente por el modelo open business demostrando que web 2.0 puede ser sinónimo de creatividad, innovación y rentabilidad empresarial.
Lawrence Lessig, en The Ethics of Web 2.0: YouTube vs. Flickr, Revver, Eyespot, blip.tv, and even Google, define dos “niveles” o modelos web 2.0 que pueden representar el embrión de las dos formas de entender el futuro que comentábamos más arriba:
So there’s an important distinction developing among “user generated content” sites — the distinction between sites that permit “true sharing” and those that permit only what I’ll call “fake sharing.”
A “true sharing” site doesn’t try to exercise ultimate control over the content it serves. It permits, in other words, content to move as users choose.
A “fake sharing” site, by contrast, gives you tools to make seem as if there’s sharing, but in fact, all the tools drive traffic and control back to a single site.
In this sense, YouTube is a fake sharing site, while Flickr, (parts of) Google, blip.tv, Revver and EyeSpot are true sharing sites.
Como apunta Lessig, YouTube no está diseñado para favorecer la creatividad de los usuarios dado que limita (aunque no impide, por al existencia de hacks que lo facilitan como TubeSock para Macs o el desarrollado por Javi Moya como extensión de Firefox) la capacidad de reutilizar contenidos en nuevos productos. En oposición a este modelo tecnológico y social, Lessig defiende una Web 2.0 que siga la definición inicial de Tim O’Reilly
This difference, I suggest, in business models should be a focus of those keen to push the values of Web 2.0. Though Tim O’Reilly’s canonical statement of those values implies this freedom is necessary, it doesn’t really expressly say so. The freedom to access the content seems, in my view, related to the Web 2.0 principle that “the service automatically gets better the more people use it.” Or at least the right to access it if the author chooses (another Web 2.0 principle: Some Rights Reserved) seems essential for this ethic to make sense. As O’Reilly puts it, “Design for ‘hackability’ and ‘remixability’” — precisely what hoarding content doesn’t do.
Joi Ito toma el post de Lessig y continua la reflexión (en la mejor “tradición 2.0”): Is YouTube "Web 2.0"?, situando a la web 2.0 en su “contexto histórico” al proponer que no es más que la realización de los deseos de muchos de los involucrados en el desarrollo de la web 1.0:
… the recent success and surge in innovation on the Web is due to a semi-new set of principles. Part of the principles are a return to fundamental principles. The innovation on the Web and the Internet is driven by what David Weinberger has called "Small Pieces Loosely Joined" - a network created by small groups working together around open standards. It is and was a community of people and projects trying to connect to each other.
¿Por qué esos deseos fracasaron antes pero ahora empiezan a convertirse en realidades?: muchas de las barreras tecnológicas (conectividad inalámbrica y ubícua, ancho de banda, potencia de cómputo) han desaparecido o están en trance de hacerlo:
My own view is that after Bubble 1.0 collapsed many of the unemployed or the recently happily "exited" entrepreneurs and developers started building tools in the spirit of Web 1.0 - in communities of people collaborating around open standards. The big difference was that many of the dreams we had during the Web 1.0 era were now more feasible with broadband, wireless, higher penetration, stabilization of various standards, faster computers and some lesson learning from the bubble.
En la Internet 1.0 la innovación social, y las ganas de construir nuevos modelos de negocio, iban por delante de la tecnología real (no de las promesas) y por eso muchos proyectos acabaron convertidos en algo distinto, mucho más parecido al mundo analógico tradicional (por ejemplo los grandes portales). Aún así, la exubernacia irracional de esos años (que parece poder repetirse ahora) fue el escenario propicio para llegar a donde ahora estamos, demostrando que las rutas de la innovación hace mucho tiempo que dejaron de ser lineales, si es que lo fueron alguna vez. Por tanto, según esta visión de Joi Ito que comparto, la web 2.0 sería en lo tecnológico una innovación incremental que lograría finalizar el trabajo y las ideas surgidas en una etapa previa. Pero en lo social sería una innovación revolucionaria dado que permitiría hacer operativos modelos organizativos en red y basados en los usuarios que antes sólo eran utopías o promesas del márketing.
Pero tanto Lessig como Ito alertan de la posible aparición de una burbuja 2.0 basada en esta web 2.0 y en el cierre (al menos parcial) de algunos de los usos que la tecnología permite (como sucede con YouTube). Pero ante esta posibilidad la propia naturaleza de la genuina web 2.0 supone la mayor fortaleza dado que, como porpone Joi Ito, el modelo cerrado sería competitivamente inferior (y por eso se convertiría en una burbuja) dado que usuarios y empresas aprenderán a valorar las ventajas que el modelo abierto les aporta:
Although we can't really expect users to initially understand the distinction, I think in the long run, users will understand that stand-alone or closed services do not allow them the freedoms that are becoming exceedingly more common in the Web 2.0 area. I do hope that the rush to Bubble 2.0 doesn't allow companies to trample over the core principles of the Web in their drive for more ARPU (Average Revenue per User). I think it is important to keep our eyes on the ball and not lose our focus on what is driving the innovation and the increasingly rich user experience.
08:20 p.m. en Economía, Innovación, Internet, Open source, Redes Sociales, Software | Enlace permanente | Comentarios (5) | TrackBack (1)
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Lo mundos virtuales son algo más (mucho más) que un cambio tecnológico, nuevas formas de entretenimiento o, incluso, un canal alternativo para la interacción de redes sociales. Son “mundos” con todas sus consecuencias, incluyendo las formas organizativas, las normas sociales, las leyes y las instituciones de una sociedad humana. De este modo podemos interpretarlos como experimentos sociales que nos permiten analizar si algunas propiedades que consideramos en ocasiones casi consustanciales con nuestras sociedades lo son realmente o son sólo consecuencias de las condiciones particulares del mundo físico o de nuestra historia.
First Monday ha publicado el Special Issue #7 dedicado a Command Lines: The Emergence of Governance in Global Cyberspace. Dos de los artículos, de investigadores académicos sobre mundos virtuales (y bloggers en Terranova), se adentran en los sistemas económicos y los gobiernos llegando a conclusiones interesantes para comprender el mundo real y su futuro cada vez más virtualizado.
1.
En Synthetic Economies and the Social Question, Edward Castronova se interroga sobre la desigualdad en las sociedades virtuales y la respuesta de los individuos a la desigualdad. Partiendo de que “An economy is an incentive system”, critica una asunción bastante popular que propone muchas de las reglas económicas que observamos en nuestra vida cotidiana son “naturales”, cuando en realidad son una construcción consecuencia de unas circunstancias específicas (y por tanto, susceptibles de modificarse ante nuevos escenarios como los creados en los mundos virtuales):
We’ve had the luxury, however, of talking about the rules of the economic game as if God gave us some Natural Rules once, and that we’ve screwed them up, and everything we’re doing now should try to get back to those Natural Rules as best we can. A fun fiction, this image is being wiped away by the emergence of entirely synthetic economies, where there is obviously no natural ruleset for the economic game, no natural order of production, and no natural tradeoff between equality and efficiency. Here, the economy is stripped to its bare essentials, and it’s rather shocking to contemplate what those essentials really are
A bunch of people talking. That’s it. The Economy: Through negotiated exchange, we create objects and endow them with value and ownership.
En los mundos virtuales surgen, como el mundo real, desigualdades en la riqueza entre individuos:
the total wealth held by users is dramatically, almost breathtakingly unequal. Some users have millions and millions of gold pieces and gear that shines like chrome. Other users have no money at all and gear made of old rags.
Second, the users’ rate of wealth increment per hour or unit of effort is also unequal, though less dramatically so.
I’ll refer to the former as ‘wealth inequality’ and the latter as ‘wage inequality.’
Pero lo realmente interesante es conocer la respuesta de los jugadores a ambos tipos de desigualdad; mientras las diferencias en riqueza son bien aceptadas, aquellas relacionadas con la productividad generan malestar:
… users’ attitudes toward wealth and wage inequality in contemporary synthetic economies are illuminating. The breathtaking wealth inequality in these places passes without comment. The rich are happy, the poor are happy — everyone’s happy! One hears nary a complaint about it. Thus, an econo–political dynamic that once toppled kings and emperors has absolutely zero political force in contemporary synthetic worlds. Strange.
Wage inequality, however, is among the most heated subjects. A day does not go by without someone complaining that her in–world occupation, be it wizard or welder, is horrifically and unfairly compensated relative to every other occupation.
Castronova concluye que estas actitudes virtuales se corresponden con una cierta visión neoliberal de la economía y la sociedad que acepta las desigualdades siempre que las reglas de juego y oportunidades sean equivalentes:
I think the explanation is fairly simple: these attitudes are consistent with a neo–liberal theory of deservedness, and perhaps that is the most widely shared rubric of social justice as we begin the twenty–first century. Roughly, I would describe the ‘neo–liberal’ theory as follows: if everyone is given the same opportunity to do things, and is subjected to only shallow, manageable risks, the fact that some people end up with great wealth and others do not is OK. People are assumed to be reliable agents of their own well–being and therefore any differences in accumulation — having been chosen by them under just circumstance — are not worthy of comment. Whether or not people are happy with the results, they have no claim against the State.
Cabría preguntarse si estas actitudes son representativas de las sociedades humanas o sólo de las comunidades de jugadores, que pueden constituir un grupo con motivaciones y comportamientos diferentes a la mayoría “no jugadora”.
Aunque Castronova acierta al analizar la economía como un sistema de incentivos, olvida que la economía tal como la conocemos cobra sentido ante situaciones de escasez de recursos (la norma en el mundo real) que hace precisa una asignación eficiente para permitir el desarrollo y crecimiento:
Avatar–mediated communication systems do not actually alter anything fundamental in the way human material inequality is constructed, but they do make certain powers of construction substantially more accessible and easier to see.
Pero, esta característica no es tampoco una “regla natural”. Aunque los mundos virtuales que existen en la actualidad generan escasez artificial por los intereses comerciales de sus desarrolladores, nada impide que puedan surgir nuevos entornos libres de esta escasez donde la economía tal como la conocemos tenga escasa relevancia. Será interesante conocer los resultados de estos “futuros experimentos”.
2.
El análisis económico se centra en las interacciones, transacciones, entre jugadores. Pero estas interacciones se desarrollan bajo unas reglas de juego que alguien define y controla. Los mundos virtuales, como los reales, cuentan con gobiernos. Esta cuestión es abordada por Richard A. Bartle en Why Governments aren’t Gods and Gods aren’t Governments. ¿Quiénes son los reguladores?, los desarrolladores que diseñan leyes implementadas en las condiciones de uso o empotradas en la arquitectura del código. Pero, como Bartle propone, los desarrolladores son algo más que gobernantes, se convierten en una suerte de Dios aceptado por los jugadores:
Virtual worlds raise awkward questions concerning how they are governed, central to which is the status of the developers of such worlds. The currently solidifying view of the legal establishment is that developers themselves are the de facto government of their respective creations, while being in turn subject to the laws of whatever real–world government asserts jurisdiction. The players of virtual worlds, however, while agreeing that real–world governments take precedence, have traditionally not considered developers to be acting as governments; rather they regard them as deities for their (virtual) reality.
…
Virtual world developers do rule their respective virtual worlds, but not in the same sense that that real–world states are ruled — even tyrannical dictatorships. They rule not as governments, but as gods. There’s a difference. Gods operate by changing the laws of physics, whereas governments work by the judicious application of the laws of physics that pertain to their world. I have no option but to obey the laws of physics, but I can consider disobeying the laws of the land if I believe I can either avoid detection or evade or defeat whatever force is sent to arrest me for my temerity.
Two key features of this difference together undermine any attempt to treat developers as being the government of their virtual world:
- Governments can be deposed by those they govern; gods can’t.
Governments can relinquish powers; gods can’t. The first of these statements says that developers can do whatever they wish in their world. The second says that this is true whether the developer likes it or not.
De un modo similar a lo que sucede con los sistemas económicos, que los desarrolladores sean dioses no debe ser considerado una “ley natural”. Existen otros modelos posibles en que estos desarrolladores actúen como un gobierno, pero en este caso los desarrolladores tendrían que formar parte del mundo virtual o el mundo virtual tendría que estar asociado al mundo físico, limitando seriamente la capacidad de creación de nuevas experiencias y estéticas virtuales:
Gods work within the physics of their own reality to create new realities that have new physics. Governments apply the physics of their own reality to moderate the behaviour of those who share that reality. For gods to be governments, they would have to be of the reality they moderate; however, as gods, the reality they moderate is of they themselves. These two conditions are mutually incompatible: if the world has sprung from my mind, how can I ever be a part of it? It’s a part of me!
Virtual world designers need to be considered gods, not governments, because that’s what virtual world designers are.
…
That’s why it matters to players: without gods of its own, the virtual world becomes just another part of the real world. Where’s the fun in that?
Una conclusión que resultará sorprendente y criticable para muchos, preocupados por el poder omnimodo de estos “nuevos dioses”. Pero pensemos que a diferencia del mundo físico, nuestras capacidades de elección entre mundos virtuales no tiene por que estar limitada y por tanto la existencia de una autoridad divina puede ser aceptada por los jugadores sin demasiadas reticencias, liberandolos de su principal obligación: jugar por el placer de vivir nuevas experiencias.
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Esta semana hemos empezado a escribir a “cuatro manos” en Alamut Bizblog, el blog de alamut business network. En el bizblog seguimos un modelo un poco diferente al de mi blog personal, posts más cortos (muchos lo agradecerán :) combinando noticias cortas sobre capital riesgo y nuevos proyectos, comentarios sobre innovación, tecnología y modelos de negocio y, de vez en cuando, algún post de mayor reflexión. Trataré de traer aquí periódicamente los posts que publiquemos en el bizblog. Esta semana hemos comentado estos temas:
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