En España contamos con tres de las mejores escuelas de negocios a nivel mundial (ESADE, IESE e Instituto de Empresa), tal como demuestran año tras año diversos ránkings internacionales, pero nuestras universidades públicas y privadas, en el mejor de los casos, alcanzan puestos bastante mediocres en diversas clasificaciones basadas en la calidad de la docencia y/o la investigación. Esta aparente paradoja debería motivar una profunda reflexión por parte de todos aquellos implicados en la gestión universitaria, pero por desgracia parece que esta evidencia, que echa por tierra los argumentos sobre la supuesta incapacidad casi antropológica de los españoles para desarrollar proyectos científicos y académicos brillantes y competitivos, se suele obviar.
Cuando el éxito de las escuelas de negocios se utiliza como argumento, se suele contra-argumentar que, por el contrario las universidades privadas españolas no destacan por su elevada calidad internacional y nacional, salvo contadas excepciones. Pero esta postura olvida los problemas que han debido afrontar las universidades privadas españolas y que explican su estrategia de implantación en el “mercado de la enseñanza superior” español. En concreto, la enseñanza universitaria esté altamente regulada (lo que impide en buena medida la competencia) y las universidades privadas han empezado a funcionar cuando ya las públicas estaban muy consolidadas (de hecho, las escasas universidades privadas con una trayectoria más larga si cuentan con niveles de calidad reconocidos).
La universidad pública tiene difícil, que no imposible, solución (como he discutido en muchas ocasiones), que pasaría por su deconstrucción (como propuse tras mi crítica a la escasa innovación que surge de la universidad española) para lograr que se formen ciudadanos y profesionales del siglo XXI: creativos, innovadores, cosmopolitas e interdisciplinares (en el espíritu de los ciudadanos hackers y los nuevos renacentistas), al tiempo que se establecen relaciones reales y fructíferas entre universidades y empresas. Pero, ¿como lograr este cambio radical?; la deconstrucción pasaría por la introducción de competencia en el sistema y modelos de gestión alternativos, que, entre otras cuestiones, introduzcan una separación del gobierno académico y el financiero. La existencia de universidades privadas de calidad puede ser un elemento clave que sirva para la mejora de las universidades públicas. Tal como proponía hace un tiempo The Economist, el futuro de las universidades pasa por su conversión en instituciones globales, diversas y competitivas.
Por todo lo anterior, ante un panorama pesismista derivado de las burocracias e inercias que atenazan a la universidad pública y la escasa capacidad de maniobra (y oportunidad de negocio) de las privadas, es un excelente noticia, por la oportunidad que significa, la noticia de que el Instituto de Empresa (IE) ha comprado la Universidad SEK de Segovia. Santiago Iñíguez, Decano del IE, lo ha anunciado en BizDeansTalk, blog colectivo de decanos de business schools. La noticia apareció ayer en el Financial Times, Business school buys university.
La noticia es ciertamente paradójica en el contexto universitario global, dado que normalmente son las universidades (grandes y dotadas de mayores recursos) las que buscan activamente escuelas de negocio independientes (pequeñas) a las que comprar o con las que asociarse. Pero esta aparente paradoja tiene su explicación en el caso español. SEK, siendo una universidad pequeña (1,400 estudiantes y 220 profesores), presenta un tamaño muy superior al del IE (menos de 100 profesores a tiempo completo, aunque con un número elevado de colaboradores), pero el IE cuenta con una posición dominante en una parte del mercado de la educación superior y la compra significa una oportunidad de desarrollar nuevos proyectos ante el reto que supone el proceso de Bolonia en la universidad europea:
Examples of business schools acquiring universities are rare indeed - usually it is the university that wants to establish a business school. But IE believes its acquisition will place it in a position to meet the upcoming challenges of the Bologna accord, intended to foster the creation of a single university education platform in Europe, enabling the free movement of students and professors.
De este modo, mientras la adaptación al espacio europeo se está convirtiendo en la práctica (no en la declaraciones oficiales) en un problema a nivel político y de gestión universitaria en las universidades públicas españolas, el IE parece afrontarlo como una oportunidad (y lo demuestra con hechos). La nota de prensa que ha difundido el propio IE explica la estrategia de desarrollo que seguirá el nuevo proyecto y que se corresponde con el exitoso modelo que han seguido hasta el momento las escuelas de negocios españolas. Se trata de ampliar el modelo seguido con los estudios de posgrado en gestión empresarial a los estudios de grado y posgrado y, posiblemente, a la I+D+I, centrado en: la competencia con otras instituciones internacionales, la captación de los mejores estudiantes y profesores mediante un sistema de incentivos, el desarrollo de un modelo similar al de muchas universidades estadounidenses, enseñanza bilingüe, y una orientación a la empresa en todos sus estudios. En este sentido, la filosofía del IE concuerda con el modelo de universidades que se necesitan para el siglo XXI, que proponía Fernando Flores, basado en el desarrollo del espíritu emprendedor y de la vida en red:
The agreement forms part of IE’s plan to create an international university that will offer official degrees in key areas. The new university will be competing with elite European and US universities for the best candidates. The project places IE in an excellent position to meet the upcoming challenges of the Bologna Accord, which will foster the creation of a single university education platform in Europe, enabling the free movement of students and professors and promoting the exchange of knowledge.
…
… IE is now preparing to hire professors with international profiles to create the kind of global faculty needed to meet forecasted growth .
This international university will offer graduate and postgraduate programs with particular emphasis on the latter, in line with the US university model. Programs will be in English and Spanish as lingua francas of today’s world, with a substantial increase expected in the medium term in programs run in English, given the new university’s markedly international projection.
…
Business management will now form part of all programs at the university. New courses that will be available from the next academic year include bio technology and life sciences, sports industries, telecom & digital business, banking and finance, and international economic and trade law. These new programs will complement the current offering at SEK University, which has 1,400 students and 220 professors for degree programs that include architecture, telecommunication engineering or art history.
La apuesta del IE es atractiva pero también arriesgada dado que el mercado universitario general es menos rentable que él de los MBAs y programas relacionados. Además se enfrenta a nuevas amenazas, muchas de ellas específicas del escenario español, como la dependencia de las decisiones políticas en aspectos que van desde la configuración de los planes de estudios a la certificación de titulaciones, pasando por el intervencionismo en la definición de la estructura organizativa y en los procesos de toma de decisiones, o la excesiva regulación del sistema que reduce la competencia y las oportunidades de crecimiento (y de rentabilidad a corto plazo) de aquellos proyectos más atractivos para estudiantes y empresas. Pero aún así, significa una oportunidad para el sistema (no sólo para el IE y la nueva SEK), dado que la competencia en calidad, caso de producirse, mejorará todo el sistema, aunque sea de forma “traumática”. En numerosas ocasiones he escrito sobre gestión universitaria aportando ideas para el cambio y la majora de la universidad española y muchas de estas propuestas pueden ahora ponerse a prueba:
- la oportunidad de utilizar un modelo meritocrático que introduzca una ventaja competitiva en el sistema,
- abordar con éxito los desafios de la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior, que las universidades españolas públicas por sus propios lastres organizativos y carencia de estrategia y visión política tienen difícil abordar, y evitando el “metalenguaje de la academia”, o
- la oportunidad de utilizar modelos efectivos y eficaces en la gestión de servicios que prestan las universidades.