[Especulaciones sobre el futuro de la web 2.0 en España: Innovaciones sociales y políticas. 0. Introducción; wiki doscero]
El desarrollo de redes y comunidades participativas basadas en la web 2.0 necesita de redes de telecomunicaciones ubícuas y baratas. España falla en estas dos necesidades: el acceso de banda ancha aún llega a una minoría de la población, el acceso móvil y/o inalámbrico (ubícuo) es aún menor, y el coste sigue siendo elevado (especialmente en el acceso móvil) desincentivado a muchos potenciales usuarios. A pesar de existir ya desarrollos teóricos y modelos probados que permiten desplegar redes wifi ubícuas y baratas a escala urbana, en el caso español ni las redes wifi municipales ni las iniciativas ciudadanas ni los proyectos empresariales han logrado un cambio cualitativo, salvo pequeñas excepciones aún en fase experimental. Posiblemente todo esto sea consecuencia del círculo vicioso que se establece entre administraciones públicas poco innovadoras, mercados de telecomunicaciones muy asimétricos y regulados y una iniciativa ciudadana y empresarial escasa y poco combativa.
Sobre este tema he escrito ya en numerosas ocasiones, y en Ciudades wifi e inteligentes: e-Lens en Manresa, IP Cities, la Milla Digital de Zaragoza, y la red wifi de Oulu realizaba un análisis más detallado del problema y de las oportunidades:
Las ciudades inteligentes necesitan una combinación de “hardware” tecnológico y “software” humano, de infraestructura y de cultura. Pero se necesitan infraestructuras adaptadas a los usos que interesan a los ciudadanos para poder desarrollar redes sociales innovadoras y creatividas. Así, las redes sociales urbanas necesitan redes de telecomunicaciones ubícuas, inalámbricas y de acceso gratuito o barato. Estos requisitos los cumplen (algunas) redes wifi. Existen multitud de modelos de redes wifi en lo que respecta a su financiación y gobierno, como por ejemplo: redes financiadas por publicidad, redes municipales abiertas, alianzas entre instituciones públicas y privadas, cooperativas ciudadanas, “el modelo FON”, …. En el plano técnico existe en la actualidad más homogeneidad, pero en un futuro próximo la arquitectura de las redes wifi debería ser adaptada para permitir la conexión de objetos inteligentes. El diseño de la arquitectura técnica y del modelo de acceso y uso no son neutros, van a restringir o ampliar las posibilidades de usos ciudadanos individuales y colectivos.
El problema tecnológico está siendo abordado, del mismo modo que las condiciones de acceso (pero casi siempre con la única preocupación de evitar condiciones de competencia desleal y preservar los “derechos” de las grandes comapañías de telecomunicaciones que ven amenzado su negocio por la gran diversidad de alternativas que surgen continuamente). Es mucho menos frecuente el “debate cultural”: ¿para qué queremos redes wifi urbanas?, ¿cómo condiciona el tipo de usos al dieño técnico y al modelo de negocio y viceversa?.
FON supuso una promesa de revolución que al combinar acceso barato y universal con un modelo de negocio. Por desgracia, y auqnue muy posiblemente la empresa sea un éxito financiero, esa promesa está muy lejos de convertirse en una realidad útil para los ciudadanos. Aunque Fon ha tenido un enorme impacto en los medios de comunicación tradicionales y los nuevos medios sociales, esa imagen global (o, precisamente, la necesidad de generara esa imagen global) ha limitado los desarrollos hiperlocales, los únicos que pueden generar la densidad de redes que realmente produzcan un cambio en la forma en que las personas pueden utilizar la tecnología en su vida diaria. Más que países wifi, o incluso ciudades wifi (geografías con una escala demasiado amplia), se neceistan barrios wifi.
Más allá de decisiones políticas, el caso de FON puede ilustrar los problemas de estrategia que impieden el desarrollo de redes ubícuas y baratas. Si analizamos con cierto detalle los mapas de FON podemos visualizar el problema que planteaba en ese momento. El primer mapa (de “ciudades FON”) muestra una aparente buena cobertura. Si reducimos la escala y visualizamos una ciudad (Madrid o Coruña en este caso, mapas de la izquierda), la densidad de routers sigue siendo aparentemente buena, pero cuando descendemos al detalle de barrios utilizando la escala a la que se mueve un usuario y en la que un punto de acceso proporciona cobertura (mapas de la derecha) vemos que la densidad es casi siempre nula o, en el mejor de los casos, muy baja.
I
¿Por qué es tan relevante la conectividad ubícua y barata?. No sólo por que se reduzcan limitaciones en el espacio y en el tiempo para el uso de Internet. Más importantes pueden ser los modelos de red social que generan los diferentes modelos de acceso de banda ancha. Aunque aquí se plantea la necesidad de un aumento de accesibilidad a las redes de comunicaciones, puede ser más útil analizar el fenómeno opuesto, al menos teóricamente: ¿que pasaría si se redujese la conectividad?. La conectividad ubícua facilita la formación de redes sociales distribuídas. Si se reduce la conectividad se haría de modo selectivo: algunos nodos conservarían todos sus enlaces (o sea, algunos ciudadanos podrían mantener su accesibilidad), pero otros dejarían de estar conectados o reducirían mucho sus enlaces (por las barreras de coste o geográficas). De este modo pasaríamos de redes distribuidas a redes descentralizadas o, en el extremo, centralizadas, en ambos casos con estructuras jerárquicas. Las comunidades de usuarios basadas en la web 2.0 son en gran medida redes distribuidas y es esa característica la que las hace especialmente creativas y libres.