¿Serán los blogs son el 1.0 de la web 2.0?, una innovación efímera “en busca” de nuevos modelos. Bruce Sterling acaba de aclararnos que la muerte de los blogs no es tan mala noticia:
I mean that the original online practice of Jorn Barger style "web-logs," logging one's web-surfing for the edification of others, is bound to vanish. We still use the word "blog" but it no longer fits developments on the Web.
A lot of stuff that currently gets called "blogs" and "blogging" has little or nothing to do with the old practice of logging websites as some individual Borger-style connoisseur. Robert "Pesky" Scoble is clearly a "blogger" if anybody is a modern blogger, but Scoble's not sitting at the end of an Ethernet cable nibbling vegetarian pizza in his pyjamas while he hyperlinks. Scoble's out and about physically mixing it up with the movers and shakers. The guy clanks when he walks.
Los blogs innovan con nuevos lenguajes y nuevas formas de relación social, y al hacerlo se convierten en algo que aún no hemos clasificado:
Are there any good reasons left to call this platform a "weblog"? Yeah, there's laziness and lack of intellectual clarity. Always really good reasons. Are MySpace areas "blogs"? Are Ning social-network sites "blogs"? They've got old-skool blogging capacity built into them. As a minor feature. That FlickR stuff is a Web 2.0 mashup. YouTube fodder is a mash-up. Is anything with an API really a "blog"? Be honest. "Collective intelligence." Is that bloggy?
Pero mientras son tiempos de creatividad e innovación (y por supuesto destrucción) en los blogs, la prensa tradicional vive una profunda crisis que se traduce en una pérdida sostenida de lectores al tiempo que siguen sin entender el mundo de Internet (lo que se traduce en que sus “ediciones digitales” no compensan las pérdidas crecientes del papel). Pero no es el papel lo que está en crisis, es el modelo, una forma de entender el mundo que cada día se revela más obsoleta. Basta contemplar la casi permanente confrontación de los medios españoles entre ellos y con los partidos políticos (por supuesto, con aquellos contrarios a sus opciones). Se puede discutir si los partidos políticos controlan a esos medios o son los medios los que controlan a los partidos; probablemente en algún punto medio se encuentre la realidad. Pero, en cualquier caso, algo va mal cuando cada vez más ciudadanos desconfían de medios y políticos, y, sobre todo, cuando cada vez a más ciudadanos les aburren los discursos de medios y políticos.
Pero, algunos medios si están “reinventando el papel” y entienden y aprovechan las sinergias con Internet. Un buen ejemplo nos lo proporciona la revista Wired que se ha rediseñado en su versión digital e integrado (tras un largo divorcio) con Wired News. Pero Wired no se limita a la estética y la usabilidad, modifica radicalmente su estrategia editorial, se integra con los blogs de sus periodistas y colaboradores, incorpora a sus lectores a la producción de noticias (y les ofrece una remuneración por su trabajo bajo el modelo Assignment Zero) o, como declaran muy gráficamente en el número de Abril, introducen la transparencia radical (más aquí y aquí) en su proceso editorial: Get Naked and Rule the World.
Monocle es el nuevo proyecto de Tyler Brûlé, el reportero de guerra que acabó fundando Wallpaper*. Monocle es una revista realmente global que trata temas de interés (con su particular ABCD: Affairs, Business, Culture, Design) sin necesidad de acudir a las celebridades (que, es más, están vetadas) y que promete una integración con Internet donde aportan contenidos audiovisuales adicionales (no en vano, Dan Hill, el autor de city of sound, es su Director of Web & Broadcast). Jean François Fogel alaba el proyecto en Inventar una revista.
TB tiene visión. Su proyecto de creación de una revista suponía, según él, cumplir con diez puntos:
1. Ser un medio completo con una marca presente en papel, Internet y difusión por ondas.
2. Crear nuevos formatos en estas tres direcciones.
3. Hablar de asuntos internacionales, negocio, cultura, diseño y los mejores productos del mercado.
4. Mantenerse aparte de los famosos y de los valores baratos.
5. Promover talentos nuevos para textos e imágenes.
6. Mirar lo que viene en lugar de denunciar lo que va mal.
7. Rechazar los regalos.
8. Como medio, tener un precio, hasta ser caro.
9. Tener oficinas, para existir de verdad.
10. Promover criterios de calidad.
El punto uno es un fracaso: sitio lento, con poca rotación de contenido; TB es un hombre del papel. El punto ocho se puede escribir con una cifra: en París, Monocle vale 12,95 euros. El punto nueve se soluciona con cuatro oficinas: Nueva York, Londres, Zúrich y Tokio.
Por lo demás, no sé si es la revista del siglo XXI pero tiene muchas innovaciones. El tema de portada del número uno era la marina militar de Japón; el tema del número dos es la gestión de las reservas de petróleo de Noruega. En ambos, la ausencia de famosos y otros beautiful people basta para introducir una atmósfera distinta. Monocle es otra revista.
No vale la pena hablar del grafismo: no podía ser malo. Pero la agenda de las noticias es algo novedoso; en el dos: los secretos de construcción del “G-Wagens” por Mercedes, lo que hace el presidente Correa en Ecuador, las tiendas de la colonia Roma en México, la competencia arquitectural entre las grandes multinacionales de farmacéuticos en Suiza, el tratamiento de la lana por John Smedley Limited en Inglaterra, Ciutadans en Cataluña, la renovación del centro de Tokio, la formación de las azafatas para el trasporte aéreo en la India, la competencia de Coca-Cola en Somalia, la ropa para hacer deporte, los permisos para matar a lobos en Suecia, el mercado de las armas en el golfo pérsico. TB lo confirma: inventar una revista no es poner tinta en papel de otra manera, es inventar otra mirada, fresca, sin cinismo, sobre el mundo.
En España las innovaciones no parecen llegar desde los medios tradicionales, pero gente como Juan Varela o Íñigo Sáenz de Ugarte anuncian nuevas aventuras periodísticas en las que podrían estar interesados algunos grandes medios. La trayectoria de los implicados parece ofrecer fundadas esperanzas de que esta aventura descubra nuevos e interesantes modelos que devuelvan a los usuarios el interés por los medios (sean digitales o en papel).
Pero, sin marcharse de España, y volviendo de nuevo a Bruce Sterling: “We're seeing individuals and groups and peer-production networks moving into 2.0 platforms that get a lot done socially, politically, industrially, whatever -- we haven't named those enterprises yet.”. Esta frase refleja la idea que inspira otro proyecto español, Generación Red. Un modelo OUT de innovación abierta que trata de construir algo nuevo sobre “los hombros de gigantes”. los blogs han generado una enorme creatividad y diversidad, y ahora un modelo empresarial trata de generar rentabilidad para sostener la creatividad ya existente y proporcionar la plataforma para seguir innovando. Generación Red es un proyecto de, entre otros, David Ballota que aún no ha nacido oficialmente, pero que ya ha sido anunciado por el propio David, por supuesto en su blog, en Generación Red y sus business plans. La idea es sugerente, el reto difícil pero apasionante (a mi me han convencido para colaborar en la aventura). Por ahora, las palabras de David son la mejor explicación del proyecto:
La ventanita. No hay medio digital que haya contado para su promoción de lanzamiento con 60.000 links en 60.000 blogs. Eso nos hace fuertes en la salida, y una potente salida conduce al éxito.
… Además la “ventanita publicitaria” será la mejor evidencia de nuestra vinculación directa y decidida con la innovación publicitaria en internet, lo que evidenciará desde un primer momento nuestra segunda línea de “producto”: la publicidad global en la red. De otro tipo de publicidad… Será en una segunda fase, pero el “guiño”, pensamos, ya estará hecho…
Más allá de esta peculiaridad “técnico-comercial” a la que todos llamamos, en casa, “la ventanita”, nos queda por definir una línea editorial. Pues bien, nos decantamos por el concepto de Generación Red y sobre todo por su mentalidad, que es, en acertadas palabras de Juan Luis Cebrián, la ideal para generar riqueza en la nueva economía. Por ser excepcionalmente curiosa, independiente, desafiante, inteligente, motivada, capaz de adaptarse, con gran amor propio, y tiene una orientación global.(…) Les encanta colaborar. Su primer punto de referencia es la red. Se ven impulsados a innovar y tienen una idea de la inmediatez que exige resultados rápidos.
Ahí están nuestros valores, nuestras señas de identidad. Eso quiere ser Generación Red: una revista curiosa, independiente, desafiante, inteligente, motivada y motivadora, sustantiva de cambios, global y sobre todo: proyección viva, en mosaico, del modelo colaborativo que es la red (Ugarte, dixit).
Generación Red asumiendo el valor transversal de la excelencia y de la modernidad será sobre todo de los que escriben y leen en la red. Nuestros bloggers son ya nuestros articulistas preferidos. La gente de la red, nuestra gente. Me gustan más, cien veces más: David de Ugarte, Juan Freire, el Unidimensional, Fernando Tricas, m , Lourdes Cilleruelo, Roger Colom, Pere Quintana, Tam, la sonrisa de María, Santiago Navajas, la cosa húmeda, la Petite Claudine, Natalia Fernández, las noches confusas, Jorge Otero, sobre todo Jorge Otero, Joseba, Roberto Santos, José Ángel García Landa, Pepe Cervera, Antonio Delgado-TV, Rogelio Bernal, los Barrapunto, El Alquimista, los microsiervos, El Almendrón y sus almendras, la salsa digital, Javier del Rey Morató, Antonio Gutiérrez Rubí, Rafael Carbayeda, José Luis de Vicente y los elásticos, Juan Varela…
Preferimos caer en la trampa que leer a Carlos Davila o Margarita Sáenz Díez. Preferimos parecernos a un wired independiente y rebosante de publicidad que al Viejo Topo.
Del viejo periodismo sólo nos gustan algunos clásicos modernos y de la vieja política un italiano loco, leyenda viva de la modernidad liberal. Su hijo político, claro, es nuestro hombre en Bruselas. Por las Españas políticas poca cosa. Una clave os doy: nos gusta más Lorenzo Abadía que Pujalte y Enrique Castro que Zarrías.
Y hasta aquí hemos llegado, dejando eso sí la puerta abierta a todo y a todos, pues como dice Juan Freire, nuestro director editorial, los nuevos business plans serán cada vez más hojas de ruta abiertas, menos financieras y más culturales, susceptibles de ser modificadas a cada paso o como decía Mikel Amigot (ahora Michael) la estafa moderna que se ejecuta de manera impecable mediante unas hojas de cálculo en Excel con falsarias proyecciones de futuro.
Os propongo, amigos, curiosos y anunciantes, asomaros a una ventana con las mejores vis(i)tas.
Otro día hablaremos del papel, pero ahora no hay tiempo que perder: sale muy pronto Generación Red. Como Don Quijote en su segunda salida…