Bruce Sterling se ha declarado en The Washington Post vencedor en sus predicciones de los últimos años: My Dot-Green Future Is Finally Arriving.
As a futurist, things are really going my way! It's 2007, and the old world has backfired so comprehensively that a new era is truly at hand. I actually knew this would happen. I guess, for a prophet, this is what victory feels like! …
They're all about creating irresistible consumer demand for cool objects that will yield a global atmosphere upgrade. It's the Net vs. the 20th-century fossil order in a fight that the cybergreens are winning. Why? Because they're not about spiritual potential, human decency, small is beautiful, peace, justice or anything else unattainable. The cybergreens are about stuff people want, such as health, sex, glamour, hot products, awesome bandwidth, tech innovation and tons of money. …
In 1998, I had it figured that the dot-com boom would become a dot-green boom. It took a while for others to get it. Some still don't. They think I'm joking. They are still used to thinking of greenness as being "counter" and "alternative" -- they don't understand that 21st-century green is and must be about everything -- the works. Sustainability is comprehensive. That which is not sustainable doesn't go on. Glamorous green. I preached that stuff for years. I don't have to preach it anymore, because it couldn't be any louder. Green will never get any sexier than it is in 2007. Because, after this, brown will start going away.
Una victoria que muchos parecen reconocer, y casi todos se apuntan. Pero, curiosamente, el resultado final del debate no parece tanto una consecuencia directa de los argumentos si no más bien de la capacidad de convicción de uno de los bandos unido a las nuevas oportunidades (políticas y de negocio) que ofrece la sostenibilidad. Lo han explicado Andrew Zolli hace poco en Fast Company (Business 3.0) y Alex Steffen, editor ejecutivo de Worldchanging, ya hace unos meses en Wired (The Next Green Revolution). Y por eso, algunos políticos e intelectuales en posiciones anti-verdes “por tradición” han girado 180º, como David Cameron en Reino Unido o algunos conservadores en EEUU.
En España, observando a unos y otros se entiende por que siempre llegamos tarde a casi todo. Así, muchos verdes “de la vieja guardia” se alegran de este cambio de escenario sin comprender que esta victoria puede ser especialmente amarga: la tecnología y el capitalismo aparecen como las promesas para un futuro más sostenible. En otros sitios, donde se encuentra el debate real e interesante, a algunos profetas se les cuestiona la sinceridad de su fe: Al Gore incomodó a muchos con An inconvenient truth y ahora le descubren su propia verdad incómoda (en forma de un “escandaloso” consumo eléctrico en su casa).
Quizás parte de la razón de la victoria del propio Sterling haya sido que ha sabido evolucionar en sus propuestas, recopiladas en Viridian Design. En una primera fase dominaba el catastrofismo (en 2002 anunciaba anunciando que la Tierra se destruiría en 2050), mientras que ahora dedica mucho más tiempo a compilar ejemplos de como los mercados y la tecnología funcionan coordinadamente para definir una ruta hacia la sostenibilidad del planeta.
Este parece el futuro … ¿a quién le incomoda más?.