Esta semana, en Generación Red, me pregunto si ¿Estamos vigilados o estamos vigilando?. Por fortuna, 1984 ya ha pasado y ante el discurso catastrofista del control de los grandes poderes en la era de la información ubícua y total, la distopía del panopticon, en 2007 emerge una nueva tendencia “de abajo a arriba” o de“sousveillance” participativa. En mi opinión el futuro no está escrito ni dependerá exclusiva ni principalmente de leyes y políticos. Creo que en este debate, en que nos jugamos muchas cosas, las personas son de nuevo el factor olvidado:
la actitud de los individuos y sus organizaciones formales e informales podrían ser determinantes. La información es pública y la tecnología es accesible; ciudadanos tecnológicamente cultos y deseos de ejercer su libertad pueden tener una enorme capacidad para reconvertir el panopticon y colocar en su interior a “los grandes”, haciendo así operativo uno de los principios democráticos más básicos, el control ciudadano del poder. Por contra, ciudadanos apáticos, dependientes de los poderes públicos y privados y temerosos de una tecnología que desconocen sólo podrán reclamar a “la zorra que cuide de sus gallinas”, un cambio de actitud bastante improbable.
Además de las personas como actores individuales se necesita generar una acción colectiva eficaz, la inteligencia de las masas, y no quedarnos en la estupidez de las masas. Y para empezar a pensar en esto nada mejor que leer a Ramón Sangüesa, que empieza muy fuerte en GR.